Xochiquetzal Rangel
Ayer, Olga Palacios Pérez, coordinadora de Derechos Humanos del Municipio de San Luis Potosí, aproximadamente a las cinco de la tarde, emitió un comunicado a través de redes sociales en el que explica su actuación en el desalojo de María Teresa Carrizales Hernández, donde, además, indica que se debe hacer una revisión a los protocolos de actuación de los policías municipales e impartir cursos de capacitación en derechos humanos.
“La Coordinación de Derechos Humanos recomienda al Ayuntamiento de San Luis Potosí realizar una revisión exhaustiva de los protocolos de uso de la fuerza, así como capacitación continua y permanente a los cuerpos policiales municipales para salvaguardar la integridad y dignidad de la ciudadanía, así como de las y los elementos de la Dirección General de Seguridad Pública Municipal”, se puede leer en el comunicado emitido horas después de que se diera a conocer la postura de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), en la cual dio cuenta del inicio del expediente de queja contra la DGSPM.
Esto, pese a que ayer, en conferencia de prensa, Palacios Pérez hizo referencia a que el desalojo de las oficinas de la Oficialía número 11 del Registro Civil de María Teresa Carrizales, del lunes 1 de junio, se había realizado conforme a los protocolos de actuación, y aseveró que no hubo violación de derechos humanos.
A pregunta expresa de si hubo violación de derechos humanos, la funcionaria municipal respondió: “no, no hubo violación de derechos humanos”, y explicó:
“El protocolo indica que tiene que ser operativo un acto de autoridad llevado por mujeres, estuvieron ahí tres oficiales, se les dijo, primero se constituyen justo cerca de ella, donde está el escritorio y se le vuelve a invitar de manera pacifica por favor. ‘Te vamos a tener que desalojar’ y ella se niega, entonces, frente a eso, sin lastimarla ni nada, se levanta, ella opone resistencia (…) se ve como se agarra de los espacios. Como forcejea ella, hay que tener muy en claro que ella ya está desobedeciendo a la autoridad y ella más bien obstaculizó el protocolo. Cuando se hace un uso de la fuerza no te van a pedir ‘oiga por favor’, y se le pidió mucho, solamente te someten y te llevan. No hubo un uso excesivo de la fuerza porque más bien ella se resistió, los moretones que ella trae ya los traía ella, no sé su situación ni por qué los trae ella, pero los dos moretones grandes que trae aquí (en el brazo) ya los traía, en el forcejeo al resistirse, obviamente iba a tener una señal, pero no hubo una situación fuera del protocolo del uso de la fuerza”.
