Por: Diana Lopez
Soy Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Mi carrera profesional hasta el momento se reduce a un par de medios por Internet un poco alejados de la política. Este 07 de junio será la primera vez que ejerza mi derecho a votar. Un descuido de mi parte provocó que las elecciones pasadas no pudiera acercarme a la casilla por no contar con mi credencial de elector. No puedo decir que formé parte del grupo que trató de evitar que el ineficiente de Toranzo ascendiera al poder.
Estos últimos meses, he vivido más de cerca las cuestiones políticas gracias a mi trabajo como editora en Astrolabio Noticias. Hoy, miércoles 04 de junio, alcé los brazos al cielo por el término de las campañas electorales; no más boletines de candidatos que lo único resaltable que hicieron fue indagar, quizá profundamente, buscando desacreditar al del partido contrario. Por lo demás, todos y cada uno de los boletines que recibíamos en el medio, estaba lleno de letras, “compromisos firmados” y promesas de palabra que al término, para quien resulte ganador, no van a significar nada.
Nunca he sido muy afecta a la política, pero mi carrera involucra mucho seguir de cerca estos aspectos; y mis padres siempre han resaltado el mal que el PRI ha hecho al país desde hace más de 70 años. Desde que tengo memoria, muchos de los temas tocados en mi familia han sido desacreditando el pobre y corrupto trabajo del PRI durante el tiempo de dictadura, al que poco a poco, estamos volviendo.
Pero los últimos años, durante el final de mi carrera y en este tiempo laboral donde me he topado de cerca con la realidad del mundo, puedo darme cuenta de la corrupción total en la que vivimos que México acarrea desde hace mucho tiempo, y de la que ningún político podrá sacarnos, como muchos (o casi todos) prometen.
Me he reído bastante, ante las propuestas llenas de utopía y las acciones que los candidatos proponen y han realizado durante su tiempo de campaña: erradicar al 100% el analfabetismo en el estado, firma de compromisos por todo San Luis Potosí y hasta la llegada de La Firma al cierre de campaña de conocido candidato que dice pertenecer al partido azteca. Desacreditaciones por agresividad con la familia y hasta apadrinados por exfuncionarios.
En fin, este domingo será la primera vez que vote. Y lo haré. No porque haya alguno que me convenza por la capacidad y viabilidad de sus propuestas. Me he convencido de que tristemente, lo que San Luis quiere, es estirar la mano para que los de arriba les den, “aunque roben”, “aunque sean corruptos”, aunque no sepamos el precio que se habrá de pagar por recibir mochilas, lentes, despensas…
Ejerceré mi derecho al voto, nuevamente, poniendo mi granito de arena por no dejar que esos candidatos, que han dado tanto de qué hablar a nivel local y nacional, se soben las manos una vez que se sepan ganadores. Bien, es cierto que no nos consta lo que se dice de ellos, pero sí nos consta el mal que sus partidos le han hecho al estado. Y nada bueno se puede esperar de aquellos que brincan como chapulines de un partido a otro.
El cambio no empieza por el gobierno; el cambio empieza desde abajo. San Luis Potosí no necesita que le traigan a La Firma, ni necesita despensas, mochilas y paquetes escolares. San Luis Potosí necesita gente consciente de que el cambio lo hace uno mismo. Entender que el miedo de cualquier gobernante es un pueblo unido e informado. No un pueblo vendido y acarreado.
Te invito a que en verdad, reflexiones tu voto. No lo anules, sabes que hay otras opciones. Vota.