Otro más que patea el bote

Abelardo Medellín Pérez

De entre el gran abanico de anuncio vacíos que diariamente reproducen los amaestrados promotores del gobierno, hay uno que ya no surte el efecto que el gobernador Ricardo Gallardo cree, uno que ya solo sirve para inflar redacciones con temas insulsos: las irregularidades en la dirección de Pensiones.

En menos de dos semanas el gobierno del estado y la propia dirección General de Pensiones han ventilado, primero de manera discrecional y luego de manera pública, cuatro casos en los que inversiones de la Dirección resultaron mal y que, según aluden, las pérdidas abonaron a la crisis financiera del sistema pensionario.

Si bien la lógica de causa y efecto que atribuye el gobierno a las inversiones fallidas sobre la condición actual de la dirección no está alejada de la realidad, lo que sí resulta surreal es lo mucho que le ha sacado provecho el gobierno a las situaciones más complejas, con tal de elaborar cuentos muy simplistas.

El gobernador Ricardo Gallardo Cardona y sus asesores técnicos, si es que existieran, han desarrollado una formula práctica para sus fines: al menos una vez al año, y en tras un evento complicado o en vísperas de un festejo que podría causa suspicacias, se libera como noticia relevante algún avance en el tema de pensiones.

El gobernador tuvo entre manos durante tanto tiempo el problema de ser el mandatario que más aumentó la deuda del gobierno con la dirección de pensiones, que necesitaba escribir una narrativa hacia el exterior que lo proyectara como quien solucionó el problema que le heredaron y él solo se encargó de empeorar.

Gallardo, víctima de la falacia punitiva, cree que los problemas que inician con la pluma, se solucionan con la espada. El gobernador cree que los cientos de afectados por el declive de las pensiones en el Estado celebrarán la detención de un millonario, que festejarán el hostigamiento a los funcionarios del pasado, que celebrarán el haber detectado qué inversiones fallaron.

El gobernador se miente y de paso pide que le creamos.

Obligar a que los medios se rindan a la versión oficial de una “solución” para un problema así de complejo, ha provocado que la mayoría de la información difundida sobre el caso de Pensiones esté limitada a la visión equivocada que tiene el gobierno sobre éste.

Los informes de la dirección apuntan a que el gobierno tiene responsabilidades de miles de millones con los pensionados, pero las detenciones y denuncias emprendidas por el gobierno a penas suma unos cuantos millones. Dinero es dinero y recuperar lo perdido no está peleado con el sano ejercicio de los recursos, sin embargo, el gobierno actual se ha cerrado a la posibilidad de programas integrales de rescate a las pensiones.

El enfoque simplista de la administración no solo afecta la información disponible para la ciudadanía, sino que ha obstruido, como dijimos, las otras vías para atender esta situación.

Existe una reforma a las pensiones, pero sus posibles beneficios son mínimos, en comparación con la reforma realizada en 2013 y que salvó temporalmente el fondo de la Sección 52; se pretende recuperar dinero, pero no se informa cuál será la aplicación que se les dará en pro de la dirección; se llama al consenso y se presume que se atienden a los sindicatos, pero el gobierno no abona a una discusión más amplia en la que se convoquen por igual a los expertos en la materia.

El circo en que ha convertido el gobierno a este problema es la verdadera tragedia del sexenio; en su continua obstinación por infantilizar a sus ciudadanos el gobernador difumina la severidad del problema e ignora (por conveniencia o sincera ignorancia) las soluciones que en sus manos podría emprender.

Poca probable es que el gobierno prefiera la opción de ser sincero y lamentable será ver que, en lo que resta del sexenio, la ignorancia simplona será la excusa con que la administración Gallarda se cubra para ser otro más de los que patean el bote.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.

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