Marcela Del Muro
Carmelo Hipólito resiste. Lleva más de seis años resistiendo las constantes violaciones a los derechos de su hija Odalis y de su familia. El padre resiste, pero también alza la voz y exige a la autoridades investiguen la muerte de su hija de forma exhaustiva y sin criminalizarla.
El lunes pasado, tras meses de espera por el paro del Poder Judicial Federal, Carmelo presentó un recurso de inconformidad contra la decisión del Juez Segundo de Distrito que dio por cumplido el amparo que reabrió la investigación de la muerte de su hija el año pasado, esto tras la resolución de la Fiscalía General del Estado (FGE) que cerró el caso nuevamente, en junio pasado, declarando la muerte como suicidio.
Para la familia Hipólito es necesario que se esclarezca, con una investigación seria y exhaustiva, qué sucedió exactamente con la adolescente de 16 años, cuyo cuerpo fue encontrado suspendido de un barandal en la zona de transferencia del transporte público el 11 de marzo de 2018.
El recurso de inconformidad se sostiene de un fuerte señalamiento al trabajo de la FGE, que dictó el no ejercicio de la acción penal, es decir, cerró el caso sin cumplir con lo que marcaba dicho amparo: no se informó a Carmelo cómo iba la investigación, qué pruebas faltaban de realizarse y sobre los movimientos o resoluciones a los que llegaron; tampoco fue debidamente integrada la investigación porque solo se exploró la línea del suicidio, a pesar de que la familia solicitó se investigara como feminicidio y se proporcionó información que los inquieta, como los antecedentes de violencia y la celotipia del novio de Odalis; y, por último, no se realizó el dictamen de antropología social que fue solicitado por el padre y pretendía proporcionar elementos adicionales para nuevas líneas de investigación.
A cambio del dictamen antropológico, la Unidad de Análisis y Contexto de la Fiscalía Especializada en Feminicidios realizó una opinión técnica en antropología social, donde se repitieron los mismos patrones de revictimización que se han dado a lo largo de seis años de investigación.
Sofía Córdova Nava, antropóloga y acompañante de las familias de la colectiva Por ellas, por nosotras y por todas, revisó el documento para ayudar a don Carmelo con el recurso de inconformidad y señala que se utilizó una metodología deficiente y alejada de las reflexiones que podrían obtenerse de una trabajo antropológico con perspectiva de derechos humanos y de género. La opinión técnica fue un documento importante para justificar el cierre de la investigación.
Profundizando en la opinión técnica en antropología social
“El dictamen antropológico aportaría elementos para explicar, comprender y analizar los contextos sociales y culturales específicos que envolvieron la muerte de Odalis y en los que sucede la violencia feminicida”, explica Córdova Nava.
También es una prueba que muestra las relaciones desiguales de género, las relaciones de poder, las situaciones de discriminación y violencia en las que se encontraba Odalis; visiblizan las causas e impactos de la violencia de género más allá de la esfera individual y permiten conocer, desde la propia experiencia de las personas, el impacto y el daño de las violencias, indica la antropóloga.
Esta prueba pericial fue solicitada por el señor Hipólito, a través de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV), desde el 22 de mayo de 2022 y se realizaría a partir de un convenio con el Colegio de San Luis (Colsan).
Hasta noviembre de 2023, la ministerio público (MP) de la Fiscalía Especializada dio seguimiento al convenio. El 6 marzo de este año, el apoderado general del Colsan informó a la FGE que “la solicitud de colaboración para la emisión de un dictamen en materia de Antropología Social no fue correctamente planteada, por lo que debía presentarla nuevamente con las consideración que al efecto le expuso dicho apoderado”, indicó la MP. Una fuente anónima comentó que algunos de los documentos que recibió el Colsan eran ilegibles.
La FGE consideró que realizar nuevamente el trámite “implicaría prolongar aún más la determinación de la carpeta de investigación de origen” y giró un oficio para que la Unidad de Análisis y Contexto de la Fiscalía Especializada en Feminicidios realizara la opinión técnica con los datos que contiene la carpeta de investigación. Esa misma carpeta construida para confirmar la única hipótesis, que la adolescente de 16 años se suicidó.
Sin avisar a Carmelo, que alrededor de esas fechas firmaba con la CEEAV la solicitud de presupuesto para la realización del dictamen antropológico, la Fiscalía hacía su opinión técnica.
La antropóloga explica que en la opinión técnica no se especifica la metodología utilizada y se centró únicamente en una fuente de información, la carpeta de investigación, por lo cual existe un sesgo metodológico y “corre el riesgo de derivar en un resultado tautológico, tal como sucedió en este caso, pues desde una perspectiva antropológica, los meros argumentos de autoridad son insuficientes si no se corroboran o contrastan con la etnografía”.
“Uno de los aportes de la antropología es proporcionar explicaciones culturales a fenómenos o hechos sociales, así como a hacer interpretaciones culturalmente pertinentes. En la opinión técnica hay una inexistencia de fuentes para hacer visibles los elementos culturales y sociales en donde se manifiestan o normalizan los actos de discriminación contra las mujeres”, indica Sofía Córdova.
En pocas palabras, la opinión técnica en antropología social realizada por la Unidad de Análisis y Contexto carece de los principios antropológicos y de las herramientas utilizadas en esta ciencia social, el trabajo etnográfico.
“La opinión técnica debe ser desechada, ya que es revictimizante y fue elaborada sin perspectiva de género”, es la conclusión del análisis de la antropóloga.
La necesidad de un verdadero dictamen antropológico para el caso de Odalis Hipólito
Daniela Varela, abogada, acompañante de la colectiva de familias y una de las especialistas que ayudó a realizar el recurso de inconformidad, explica que jurídicamente las pruebas realizadas por la FGE siguen sin ser exhaustivas y en el caso de muertes violentas de mujeres o de suicidio el equipo investigador debe presumir que se trata de un feminicidio.
“Los casos de suicidios de mujeres deben ser investigados bajo las indicaciones de este Modelo de Protocolo [de feminicidios] por tres razones fundamentales. En primer lugar, muchos suicidios son consecuencia de la violencia previa que han sufrido las mujeres. En segundo término, los suicidios son una forma habitual de ocultar un homicidio por parte de su autor, presentando la muerte de la mujer como un suicidio o muerte accidental. Finalmente, pueden ser un argumento usado por las personas a cargo de la investigación criminal para no investigar el caso y archivarlo como suicidio”, indica la abogada Varela citando a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Un dictamen antropológico con perspectiva de género ayudaría a contextualizar las violencias, las condiciones y posiciones de género de Odalis en su comunidad; aportaría nuevos elementos para agotar líneas de investigación distintas a la del suicidio y daría información para explicar el fenómeno de violencia feminicida.
Don Carmelo Hipólito dice que seguirá luchando por saber qué pasó exactamente con su hija aquel marzo de 2018. Él podría aceptar la hipótesis del suicidio de su hija si la FGE se compromete con la investigación, si le informa detalladamente de las pruebas y los hallazgos, si las autoridades dejan de criminalizar, con estereotipos de género, a su hija Odalis. Para Carmelo, el trabajo de la Fiscalía ha sido deficiente y no cumplieron con el amparo que reabrió el caso de su hija.