María Ruiz
La tarde del 28 de septiembre, Plaza de Armas se tiñó de verde bajo el grito de libertad, justicia y autonomía corporal. El Frente Marea Verde SLP y la Colectiva ILE convocaron a decenas de mujeres potosinas para unirse en el “28S Pañuelazo”, un evento en el marco del Día de la Acción Global para la Despenalización del Aborto. Mientras el firmamento gris de serbia pesado en la capital potosina, la plaza se llenó de colores, telas y consignas, mientras las miradas curiosas y escépticas de los transeúntes chocaban con la determinación de las participantes. Mujeres jóvenes y adultas, gestantes, madres y quienes no han decidido serlo, se dieron cita para visibilizar una lucha que, a pesar de su creciente apoyo social, sigue siendo incómoda para muchos.
El ambiente era una mezcla de arte y activismo. Mantas verdes ondeaban al viento, pintadas con consignas que exigían derechos sobre los cuerpos de las mujeres, mientras que en una esquina del evento, mujeres sentadas en círculo compartían sus historias: algunas sobre haber acompañado a otras en el proceso de abortar, otras sobre las razones que las llevaron a tomar la decisión de interrumpir su embarazo. Las experiencias eran diversas, pero todas coincidían en una verdad innegable: la lucha por la legalización del aborto es una batalla por el derecho a decidir.
Una de las organizadoras del evento, integrante del Frente Marea Verde SLP, alzó la voz para explicar el punto central del debate en San Luis Potosí.
“Hoy no se penaliza el aborto, eso es un avance, pero en el Código Penal aún es un delito. Seguimos siendo criminalizadas y esto debe cambiar. Necesitamos que el Congreso del Estado de San Luis Potosí legisle para que podamos ejercer plenamente nuestros derechos sexuales y reproductivos, sin el estigma y la carga de la ilegalidad”.
El mensaje de la despenalización y la legalización quedó claro en el acto.
“No se trata solo de evitar la cárcel, se trata de garantizar que las mujeres, en especial las más vulneradas, tengan acceso seguro y gratuito al aborto. Hoy, muchas solventamos el costo de nuestros propios procedimientos, y hay quienes ni siquiera pueden tomarse un día libre del trabajo para llevarlo a cabo”, explicó una acompañante que ha estado involucrada en estos procesos.
En la plaza, entre pañuelos verdes y consignas, los asistentes se detenían a observar el “tendedero de historias”, una instalación donde las mujeres que ya han abortado colgaban relatos de sus experiencias.
“Abortar es una realidad que ha existido siempre, pero se ha invisibilizado. Hoy lo que queremos es visibilizar que esta es una decisión que muchas tomamos, desde trabajadoras de la zona industrial hasta nuestras compañeras de escuela o maestras”, compartió una activista mientras colgaba su relato.
Las conversaciones entre las participantes reflejaban la urgencia de que los legisladores tomen cartas en el asunto.
Aunque el Frente Marea Verde SLP ha tenido acercamientos con algunos diputados y diputadas de distintos partidos, saben que la batalla legislativa es solo una parte del problema.
“El tema sigue siendo tabú. Existen muchos estigmas alrededor del aborto y eso es lo que más daño causa. Necesitamos educación y empatía, y que la gente entienda que la legalización no obliga a nadie a abortar; simplemente nos da el derecho a decidir”, concluyó otra de las organizadoras.
El evento culminó, con la esperanza de que la marea verde siga creciendo, no sólo en las plazas, sino en las leyes que, hasta ahora, han dejado fuera a tantas mujeres que merecen ser dueñas de sus cuerpos.