Por Victoriano Martínez
Las irregularidades en la administración de los parques Tangamanga no cesan y la Contraloría General del Estado emitió tres observaciones sobre las que pidió aclaraciones a sus directivos.
Un par de empleadas de los Centros Estatales de Cultura y Recreación Tangamanga que tienen diabetes e hipertensión se quejaron de que las pretenden obligar a presentarse en sus oficinas, a pesar de que por la contingencia por el coronavirus Codiv-19 les recomendaron mantenerse en casa.
Este jueves 26, Enrique Alfonso Obregón, director Administrativo, requirió mediante oficio a Isabel Piña Ibarra, de contabilidad y finanzas, las “pólizas de egreso originarles con sus respectivos respaldos y estados financieros originales, correspondientes a los ejercicios fiscales 2018 u 2019 de los Parques Tangamanga I y II”.
“¿Para qué le pide toda la papelería de los dos años si la auditoría fue de septiembre de 2018 a junio de 2019 y sólo tiene que responder a tres observaciones? Lo que pasa es que quiere comparar los documentos de los dos años para ajustar todo y no le encuentren más irregularidades”, dijo Sofía Espinosa Álvarez, empleada de los Parques.
Dijo que ella ha presentado documentación sobre las irregularidades en las que ha incurrido Obregón al frente de los parques, pero Alejandro Leal Tovías, secretario de Gobierno, evita tomar acciones porque los protegen “porque quien está atrás de todo es Yvet Salazar Torres, titular de la SEGAM (Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental)”.
Espinosa Álvarez mencionó que su compañera Isabel Piña Ibarra tiene hipertensión y diabetes y no es conveniente que se presente a la oficina, pero, a pesar de eso, Obregón la amenazó con despedirla, ya que ella está contratada por el régimen de honorarios.
Mencionó que otra de sus compañeras, a quien también le han advertido que debe presentarse a ordenar la documentación, es hipertensa. “Conmigo no quiere trato, me tiene congelada”, expresó.
Aseguró que Obregón salió peor que Marco Sergio Arévalo, pues acumula casos en los que ha desplazado a los trabajadores de los parques para hacer contratos con empresas particulares para realizar actividades que antes se hacían con personal propio, como la pintura de la fachada principal del Parque Tangamanga I.
Mencionó que Obregón distrae recursos de unas cuantas a otras. Puso como ejemplo que pretende utilizar 400 mil pesos destinados al Splash para cubrir obras pendientes en el Lago Mayor, porque los 900 mil pesos que estaban destinados a esa área ya se los gastó.
Entre las situaciones irregulares, dijo que los parques enfrentan una demanda por parte de los administradores del restaurante Las 4 Almas, que se encontraba en la zona del museo, ya que Obregón los desalojó sin que mediaran actuarios y arrumbó el mobiliario y mercancía en una bodega que conocen como La Troje, donde los perecederos ya despiden malos olores.
“Obregón tiene hasta el 2 de abril para presentar las aclaraciones a las tres observaciones que le hicieron, pero quiere toda la papelería de los dos años para tapar todo lo que ha hecho mal”, mencionó.