Estela Ambriz Delgado
Diana Elizabeth Batres Hermosillo es una bailarina y artista circense de un talento extraordinario con 20 años de trayectoria; una figura de talla internacional y de origen potosina; Licenciada en Danza Contemporánea, coreógrafa y una profesional de la danza aérea, así como de la suspensión capilar y dental.
Entre sus principales logros está su participación en el año 2012 en el Festival de Danza de Corea del Sur, al presentar un dueto de su autoría de danza aérea y contemporánea en la ciudad de Yeosu. En 2013 participó por cuarta ocasión en el Festival de Danza Contemporánea “Lila López” y fue elegida para el proyecto de danza “GQS Interkambios”.
En 2014 como integrante del Colectivo Lila López, fue invitada como intérprete en danza contemporánea y danza aérea en el Festival “Danza en la Ciudad” en Bogotá, Colombia. En 2015 con Epicus Cía. Escénica y la obra “Cirkótico el viaje”, obtuvo la beca del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA).
En el año 2018 formó parte del elenco del encuentro de “Circo Joven” organizado por el Circo Atayde. También ha trabajado con el circo Roncaly en diferentes temporadas a lo largo de la República Mexicana.
En 2019 y durante enero del 2020 fue seleccionada como presentadora y acróbata aérea en el Circo Internacional “Caribbean Circus”, realizando una exitosa gira por Dubai, Ajmán y Abu Dhabi en los Emiratos Árabes Unidos, y en el país de Omán.
En el año 2021 fue seleccionada para formar parte de los festejos del día mundial del circo en CDMX con su acto de fuerza capilar. En este mismo año, así como en 2022, formó parte de las “Galas de Atayde”, así como de la temporada “Insólito”, además de ser la imagen oficial de la temporada 2022 del Único y Original Circo Atayde Hermanos. El año pasado estuvo trabajando en Egipto, en el “Mexican Circus”, y también estuvo de gira por El Cairo y Emiratos Árabes.
Además, es bailarina y coreógrafa becada por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), y forma parte de Unidanza Contemporánea. Ha participado en innumerables Festivales artísticos y ferias alrededor de la República y fuera de ella, eventos gubernamentales, eventos públicos y privados, y colaboraciones artísticas.
Recientemente fue reconocida durante su gira por Perú por el Sindicato Nacional de Trabajadores del Circo y del Escenario, premiando su acto como el mejor de la temporada 2024 y, posterior a su regreso a San Luis Potosí, le entregaron la presea “Trayectoria de Éxito”.
Sus inicios en el teatro musical
En una amplia entrevista sobre su trayectoria artística y su pasión por la danza y el circo, realizada en la primera escuela de arte escénico y circense en San Luis Potosí “Vértika Centro de Entrenamiento”, de la cual es fundadora y directora, Diana Batres nos comparte cómo fueron sus inicios en esta carrera.
“Comencé haciendo teatro musical en el Instituto Potosino, cuando estaba en la prepa, y me enamoré del teatro musical. En ese tiempo lo que más hacía era actuar y doblar voces, lo cual va muy de acuerdo a mi familia porque los Batres son más músicos y locutores que artistas de otra cosa, pero en la obra “Cats” una de las bailarinas faltó y a mí me pusieron para suplir su lugar, y como siguió faltando me aprendí la coreografía.
Antes de eso yo siempre había estado tras bambalinas o pues diferente cantando o doblando voces en las obras y me tocó salir bailando, y ya cuando me tocó ver el escenario, las luces y al público de frente, pues esa sensación fue ‘de aquí soy’ (…) estar aquí en el escenario bañada por el lico, que es una luminaria del teatro, esto es lo mío, y de ahí me quedé bailando, me gusta la conexión con mi cuerpo y decidí estudiar danza también”.
Durante esa misma época Diana también entrenaba algo de gimnasia en el Instituto Potosino del Deporte (Inpode), donde dos de sus amigos más cercanos sembraron en ella la inquietud por el arte circense, sin embargo, no pudo continuar por este camino por los altos costos de la profesionalización en escuelas en España, o inclusive en el mismo país en la carrera de Artes Escénicas y Circences en el estado de Puebla, y decidió estudiar Danza Contemporánea en la Escuela Estatal de Danza.
Astrolabio: ¿Al venir de familia de músicos fue fácil elegir una carrera artística?
Diana Batres: Como no era por la música por donde yo me dije ‘voy a ir’ (…) nunca había hecho danza, porque siempre he sido como más ruda, rockera, también tuve mi banda de rock alternativo y metal, entonces ahí si tenía el apoyo, me prestaban el equipo, y cuando dije voy a dejar la música ya ahora soy bailarina, ya no les gustó, especialmente a mi papá.
Por eso soy Licenciada en Economía también, estudié las dos carreras al mismo tiempo, en la mañana iba a la Facultad de Economía de la UASLP y en la tarde entraba a la Estatal de Danza, así durante cinco años.
A: ¿En qué momento te das cuenta de que la danza puede ser tu profesión, vivir de ello?
DB: Yo sentía eso de que cuando no salga mi plan de ser artista, tengo aquí este plan B, y en el momento de verdad que dije no yo lo que quiero es esto (…) cuando dije no, aunque tenga la carrera de Economía (…) yo soy bailarina, artista, y no tengo un plan B, el único plan y al que le voy a apostar todo va a ser a este.
En ese momento específico todo empezó a acomodarse y de verdad empezó a fluir de una manera, que por más ganas que le echaba antes y yo creo era una cosa mental, no sé, ahora sí todo me llevaba por la danza y ya nada me llevó por la Economía.
De la danza en piso a la aérea
Para la artista, pasar de la danza en piso a la aérea fue algo prácticamente natural, pues desde que entrenaba gimnasia en el Inpode, su entrenador permitía a ella y sus amigos colgar sus telas de la estructura de aros olímpicos y desde ese entonces incursionó en los aéreos.
Aunque lo consideraba más un pasatiempo y complemento para su carrera como bailarina, posteriormente fue algo que la distinguió en la escena, ya que su maestro de teatro, Arturo Castillo, al ver sus habilidades en las telas le señaló que tendría mayores posibilidades en este tipo de danza, debido a que sobresalir en la danza contemporánea es difícil, y en 2010 los aéreos eran algo completamente novedoso en San Luis Potosí, sin embargo, esa sugerencia en un principio le disgustó.
Después su maestro dirigió la obra “El Libro de la Selva”, y le ofreció la posibilidad de protagonizar con el personaje de Bagheera, para el cual se requeriría estar todo el tiempo en las telas.
“Entonces ya dije bueno, voy a ser Bagheera, voy a poner mis telas y todo esto, y como esa vez El Libro de la Selva era una obra que aquí en San Luis estaba bien producida, gracias a esa obra nació la Orquesta Universitaria, porque se hizo para orquestar la función, y se estrenó el Teatro Bicentenario con esa obra, (…) y a partir de ahí todo el mundo sabía quién era la monita de las telas que era yo.
A partir de ahí nunca me pude quitar el personaje de la de las telas, y aunque ya había bailado con otras compañías de danza, no solamente del estado, sino también nacionales, a partir de ahí todo el mundo me buscaba para que me colgara, y en su momento también me enojé (…) y ya después de un rato dije: ‘está bien, me gusta mucho, soy buena’. Desde la primera vez que me subí sabía que igual y ya lo había hecho en otra vida, porque tengo una capacidad física aún sin entrenarla para esto y pues bueno, me quedé haciendo aéreos”.
A: ¿Cómo es que incursionas en la fuerza capilar y dental?
DB: El capilar era algo que ya me había llamado la atención desde hacía un rato, pero también en ese tiempo, ahorita está muy de moda, en ese tiempo era mucho del circo tradicional. El circo sí está dividido entre el circo tradicional, que es de familia, y el circo contemporáneo, que los de familia le dicen de academia, y era como casi un secreto entre los de circo tradicional.
Es muy complicado, era muy complicado que alguien te compartiera el peinado, por ejemplo, la técnica, o que te compartiera esto. Yo ya había preguntado por ahí, había pedido que me enseñaran y no, topaba con pared (…) entonces llegó, bueno su nombre artístico es Zendra Tabasco, se llama Ingrid, ella es mexicana y es la que tiene el solo de capilar en “Séptima Luna” del Cirque du Soleil, ella es mi maestra.
Diana describe este aprendizaje como una experiencia mágica en conexión con la naturaleza, ya que fue durante 10 días en el pueblo costero de Mazunte, en el estado de Oaxaca, un sitio de gran belleza natural, en donde se encuentra el espacio Mermejita Circus en medio de la selva, y tuvo el privilegio de aprender directo de una de sus ídolas.
Los desafíos de la carrera y del arte circense
Sobre las complicaciones que la bailarina ha tenido en su carrera para incursionar en el arte circense, nos comparte que en primer lugar, la gente en general, y los mismos artistas, no ven el arte como una profesión, lo que lleva a que cobren muy poco en relación de lo que deben invertir simplemente en transportarse al lugar de la presentación, sin contar vestuario y maquillaje.
Asimismo, ha tenido que luchar contra el hecho de que en San Luis Potosí hay muy pocas oportunidades de trabajo, en comparación con la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara, y aunque fácilmente pudiera haber migrado hacia esas otras ciudades, ella ha persistido en seguir aquí e inclusive fundó su propia escuela.
Otro de los retos más duros que ha tenido que enfrentar fue lograr ser aceptada por las personas del circo tradicional, al ser un grupo muy cerrado que se dedica al circo por herencia familiar de muchas generaciones atrás, y que por lo tanto tiene el derecho de ejercer esa profesión y vivir de ello.
En este sentido Diana explica que existe un choque cultural de estas familias, con las personas de academia que incursionan en el circo, ya que existe de parte de algunos una actitud de superioridad por tener cierto nivel educativo y haber costeado sus talleres y estudios.
Sin embargo, cualquiera de familia de circo, hace mínimo seis actos, para el circo, es decir, sabe cómo poner las torres, su iluminación y su aparato, lo que no ocurre comúnmente con la gente de academia.
“La primera vez que yo trabajé en un circo tradicional lloraba, me iba al baño y lloraba así donde nadie me viera (…) la sufrí porque pues yo venía de academia antes me trataban mal, pero después ya fui aceptada y abrigada”.
La preparación del acto
Estar lista para una presentación es algo mucho más complejo de lo que se pudiera pensar, no sólo por el entrenamiento diario para que su cuerpo esté siempre preparado, sino también porque, como lo relata la artista, en el circo profesional el solo hecho de no portar un maquillaje perfecto o tener una malla rota pueden cobrar al artista una multa hasta de 100 dólares.
Prepararse por completo puede tomar hasta dos horas y media, debido a esta perfección en el vestuario y maquillaje, además de que debe asegurarse que esté bien colocado su aparato y hacer un calentamiento previo; sin embargo, en ocasiones puede disponer sólo de una hora o menos, por lo que tiene que omitirlo y confiar en su cuerpo, que desde hace 20 años lo entrena día a día para estos momentos.
A: ¿Cómo te preparas para tus presentaciones?
DB: El acto se va preparando desde hace mucho tiempo antes (…) se entrena diario para que entonces en ese momento que me toca salir y no tuve tiempo de calentarme, mi cuerpo está listo para hacer el acto sin lastimarse, sin tener un accidente, y como soy portora, es decir, de las que cargan gente también, pues para que nunca se me vaya a caer nadie.
Eso te da esta capacidad de que, si llegaste tarde, si el avión tuvo un retraso, lo que sea y apenas llegaste a la función, te pones el vestuario y así como vas haces el acto que nadie más puede hacer, pero no es una cosa de suerte, es una cosa de años, llevo más de 20 años haciéndolo todos los días, entonces tiene que salir.
A: ¿Cómo te sientes en el escenario? ¿Cómo experimentas estar ahí en las alturas momentos antes de que vayas a presentarte?
DB: Pues muchas veces depende si es una nueva plaza, como le decimos, la primera vez que te vas a presentar, vas a debutar, lógicamente tienes nervios detrás de la cortina, pero van disminuyendo cuando lo haces todos los días (…) pero los nervios que se pueden sentir atrás de la cortina, por lo menos para mí, ya estando en escena se me olvida, o sea, sí me concentro en lo que estoy haciendo si me preocupo porque estén las cosas, porque aunque estoy yo colgada, mi cabeza está en muchos lugares.
Estoy viendo a quien está moviendo el motor, estoy sintiendo que el motor no tenga problemas, estoy viendo si ya entró mi compañera, si ya entraron mis bailarines a pasarme mis aparatos, todo eso, pero lo que más estoy haciendo es disfrutar de mi acto.
El circo me gusta mucho, creo que fue la mejor elección después de la danza, (…) tú ves a la gente y los saludas, les haces una mueca, les presentas tu acto, y esa conexión a mí me encanta. He llegado a estar cansadísima, sintiéndome mal, con una costilla rota dando show, y en el momento en el que salgo y veo a la gente es mi vida, o sea, estoy ahí con ellos.
El circo, su más grande pasión
Entregarse al arte circense como lo hace Diana, no sólo significa cumplir un sueño, también implica sacrificios, como dejar de lado la vida social y familiar, inclusive perder a seres queridos y no haber podido estar con ellos, así como decidir no ser madre, sin embargo, todo ello ha valido la pena.
A: ¿Qué significan en tu vida la danza y el circo?
DB: Yo hace un rato que no visualizo lo que es Diana sin el circo, no sé qué haría (…) lo que es el circo y la danza, hasta cierto punto me han dado todo, yo ni de chiste, si no pude ir a estudiar a Puebla qué iba a andar yo en Dubai de fiesta con un jeque árabe, pero el circo me lo dio, los países que conozco y muchas experiencias, y también muchos límites corporales y mentales, que yo no sabía que tenía, o lo que podía romper, eso me lo ha dado el circo.
No solo es mi estilo de vida, lo que me da de comer todos los días, no solo lo que me mantiene aquí y que hace que me levante de la cama cuando tenga flojera, que me sienta mal, es como algo que ahí me mantiene y también es algo por lo que yo sé que he dado todo y que lo voy a seguir dando, porque como lo mencioné hace rato es una decisión propia.
El dominio del cuerpo
Las presentaciones que ejecuta la bailarina implican movimientos de un alto grado de complejidad, su acto está reconocido porque es la única mujer que carga hasta 230 kilos suspendida de la cabeza, y de los dientes 110, por lo que requiere tener el mayor control posible de su cuerpo. Además de una perfecta ejecución, esto también implica el cuidado de su seguridad y de las personas que carga.
A: ¿Cómo es la conexión que tienes con tu cuerpo para realizar actos tan complejos?
DB: El cuerpo es esta profesión, por lo menos la que yo elegí, pues es mi herramienta. No creo que haya una manera en la que un músico salga con digamos la guitarra desafinada, con su guitarra rota, él conoce su guitarra, las cuerdas hasta con los ojos cerrados, entonces es justo lo mismo con uno que trabaja con el cuerpo. Yo trato de estar conectada lo más posible y de verdad conozco la mayoría de las cosas que me pasan.
Trato de cuidarlo porque amo al circo y si no es por el cuerpo, no puedo estar haciendo lo que me gusta hacer, tengo una relación creo que hasta el momento buena. He tenido una mala relación yo creo que como todos, y más cuando te toca estar en escena (…) pero al final de cuentas, si tú aprendes a trabajar con tu cuerpo, el cuerpo cambia como tú se lo pidas.
Tengo una relación ya más sana con mi cuerpo, si sé que le exijo mucho de repente, pero el cuerpo y las personas, más que una batería de celular que tienes que cargar para que vuelva a funcionar, yo pienso que es como una batería de carro, que necesita estarle dando para que se auto recargue (…) el circo, la actividad física me mantiene ahí y yo no me enfermo, tiene más diez años que no me da gripa, nadie me lo cree, pero tal vez es porque no tengo tiempo de enfermarme, y porque conozco mi cuerpo.
Profesionalización del arte
Como mensaje final Diana Batres exhortó a quienes estén interesados en dedicarse al arte a que lo profesionalicen, y a la comunidad artística a que le den el valor que se merece su trabajo, ya que hay un gran esfuerzo y años de entrenamiento detrás de ello, además de la inversión que esto implica en talleres y vestuarios que llegan a tener un costo de hasta 5 mil pesos, para dar un espectáculo de calidad.
Asimismo, invitó a la población a que valore el arte y la cultura, y hacer conciencia de que pagar por un espectáculo es parte de lo que contribuye a la manutención del artista, y a pesar de que patrocinar eventos gratuitos se ha vuelto una medida muy popular de los gobiernos en turno, saber que el arte debe ser retribuido, así como se pagaría por cualquier servicio, ya que es muy lamentable asumir que es gratis por ser arte.