Ciudad de México (28 de noviembre de 2015).- “¡Qué no te pique el mosco!” dice el spot pegajoso que todos los días se escucha en las estaciones de radio en México, por los canales de televisión abierta. La sugerencia es untarse un repelente para evitar la picadura del chikungunya, pero no recomiendan ponerse unas gotas del perfume Bombshell de Victoria’s Secret o el Skin So Soft de Avon, que recientemente demostraron contar con bondades para mantener alejados a los insectos de los cuerpos humanos.
“Bombshell de Victoria´s Secret repelió los mosquitos con bastante eficacia durante los primeros 120 minutos después de su aplicación”, revela el estudio La eficacia de algunos repelentes de insectos disponibles comercialmente para Aedes aegypti (dengue) y Aedes albopictus (chikungunya) realizado por el Departamento de Biología de la Universidad Estatal de Nuevo México, Estados Unidos.
El aceite para baño Skin So Soft de Avon tuvo una reducción a casi la mitad de la atracción de los mosquitos, así como su efecto repelente duró aproximadamente 120 minutos, explica la investigación publicada en la revista científica Journal of Insect Science. El estudio comparativo se realizó a ocho repelentes, dos fragancias o perfumes y a un parche de vitamina B.
“Los productos fueron probados utilizando una mano humana como atrayente en una configuración olfatómetro y un tubo con Aedes aegypti y Aedes albopictus, los dos principales insectos que contagian enfermedades a los humanos“, señala los académicos Stacy D. Rodriguez, Lisa L. Drake, David P. Price, John I. Hammond e Immo A. Hansen.
Los catedráticos explican que los mosquitos son portadores de una gran variedad y diferentes parásitos, protozoarios, nematodos y virus, por lo que se realiza su eliminación a través de fumigación con pesticidas y otras estrategias como redes.
“Desafortunadamente y por una serie de razones, estos enfoques pueden ser difíciles de aplicar en muchos lugares, además hay un problema significativo que es la resistencia a los insecticidas de las poblaciones de mosquitos portadores de enfermedades”, comentan los biólogos de la Universidad Estatal de Nuevo México.
Recuerdan que a nivel individual, los repelentes de mosquitos son ampliamente utilizados para evitar la exposición a la enfermedad.
“Los repelentes, a pesar de que nunca se puede garantizar una protección completa, pueden disminuir significativamente el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por los insectos”, expresan los investigadores. Como las esparcidas por esos mosquitos que impulsaron una serie de comerciales en prensa, radio y televisión mexicana para conocer qué es el chikungunya.
Según el recuento de la Secretaría de Salud (SS), al menos 9,622 mexicanos fueron contagiados por el virus del chikungunya al 31 de octubre de 2015. A partir de este año, se incluyó al chikungunya entre las 20 enfermedades monitoreadas en México.
El panorama epidemiológico de fiebre por dengue y fiebre hemorrágica por dengue muestra el contagio de 20 mil 409 ciudadanos, así como tiene el reporte de 25 defunciones entre el 1 de enero y 9 de noviembre de 2015.
Al menos 47% de los casos confirmados corresponden a Veracruz, Sonora ,Jalisco, Guerrero y Yucatán, señala la Secretaría en ese reporte que cada semana emite.
La presencia del dengue en México ha aumentado en los últimos 14 años en 30 estados de la república, y afecta a todos los grupos, mientras que la fiebre Chikungunya se reportó por primera vez en en Chiapas durante octubre de 2014, recuerda Teresa Uribarren Berrueta, investigadora del departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Agrega que el dengue ocurre durante todo el año, con una transmisión más intensa en los meses de lluvia.
“El chikungunya es un problema de salud pública importante; a finales de 2013 se detectó el primer caso autóctono en América, en la Isla de San Martín. En el transcurso de diciembre de 2013 y marzo de 2015 se han reportado más de 1.2 millones de casos en 44 países y territorios en las Américas”, comenta la investigadora.