Estados Unidos (14 de octubre de 2016).- El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, se ha visto envuelto en un nuevo escándalo y es que varias mujeres han alzado la voz para denunciar acoso por parte del magnate.
Entre ellas se encuentra Mindy McGillivray, una mujer de Florida quien denunció este jueves a un diario local que Donald Trump, la “toqueteó” en 2003 al término de un concierto en el hotel Mar-a-Lago, ubicado en Palm Beach, EU, y propiedad del magnate inmobiliario.
Por otro lado, dos mujeres, entrevistadas por el diario estadounidense The New York Times, han asegurado haber sido víctimas en el pasado de tocamientos “inapropiados” por parte de Donald Trump, que se ha visto envuelto recientemente en numerosas polémicas por su actitud hacia las mujeres.
La última denuncia en este sentido ha sido la de la periodista de la revista People, Natasha Stoynoff quien denunció este jueves que Trump abusó de ella en 2005 durante una entrevista que le hizo al magnate y a su esposa, Melania.
Stoynoff, relató que en 2005 viajó a Palm Beach (Florida) para entrevistar a la pareja con motivo de su primer aniversario de boda.
La cita fue en el hotel Mar-a-Lago, donde empezaron con una sesión de fotografías mientras ellos le contaban “lo felices que habían sido durante su primer año de matrimonio”.
“Cuando nos tomamos un descanso para que la muy embarazada Melania subiera al piso de arriba y se cambiara de ropa para más fotos, Donald quiso mostrarme la mansión. Había una habitación ‘tremenda’, dijo, que yo tenía que ver”, explicó Stoynoff.
“Entramos solos a la habitación, y Trump cerró la puerta (…) Me giré, y en segundos, él me empujó contra la pared, y metió su lengua hasta mi garganta”, añadió la periodista, que dijo que Trump estaba “gordo” y que no pudo hacer nada para frenarle.
Al cabo de un minuto, narra Stoynoff, el mayordomo interrumpió para avisarles de que Melania estaba casi lista para seguir con la entrevista (como si nada hubiera pasado).
Sin embargo, la historia no terminó ahí ya que al día siguiente Stoynoff tenía una cita con un masajista en el spa del Mar-a-Lago, a la que llegó media hora tarde.
El masajista le explicó que Trump la había esperado durante 15 minutos en el interior de la sala de masajes y al ver que no llegaba optó por irse a una reunión.
Aunque le explicó lo sucedido a un colega, además de a algunos amigos y familiares, Stoynoff decidió mantenerlo en silencio porque estaba “avergonzada” y “temerosa” de lo que Trump le pudiese hacer.
Fuente: La Silla Rota.