María Ruiz
A pesar de las acciones emprendidas para erradicar la violencia de género a lo largo del trienio presidido por Enrique Galindo Ceballos, los retos persisten en la capital potosina, reconoció Guadalupe Almaguer Pardo, directora de la Instancia de las Mujeres. En sus palabras, Almaguer Pardo subrayó la complejidad del fenómeno de la violencia, señalando que, aunque las políticas públicas son un paso fundamental, la violencia está profundamente arraigada en las dinámicas familiares y sociales.
“La desarticulación de la violencia no tiene que ver solo con políticas públicas, sino con las desigualdades de género que se nos enseñan desde el hogar. Eso hace que desestructurarlas sea muy complicado”, señaló Almaguer Pardo, quien justificó este hecho al señalar que la violencia está normalizada en muchos aspectos de la vida diaria de las mujeres.
Uno de los puntos más críticos es el reciente aumento en las denuncias de violencia de género. Según Almaguer Pardo, no necesariamente indica un incremento en los casos, sino que más mujeres están reconociendo y denunciando situaciones que anteriormente normalizaban.
Sin embargo, esto también refleja la gravedad del problema y el largo camino que queda por recorrer.
Un caso particularmente alarmante fue el feminicidio ocurrido hace unas semanas en la colonia El Aguaje, que evidenció las insuficiencias de las estrategias actuales.
A pesar de los esfuerzos por implementar programas y salir a las calles, la violencia continúa siendo una constante en la vida de muchas mujeres capitalinas.
Entre las iniciativas implementadas dijo Almaguer Pardo, por la Instancia de las Mujeres se encuentra la Brigada Violeta, un programa que busca concientizar a las mujeres sobre sus derechos y ayudarlas a identificar diferentes tipos de violencia. Según Almaguer, esta estrategia ha tenido un impacto positivo, ya que ha fomentado un mayor número de denuncias.
Asimismo, aclaró que las violencias más denunciadas varían, desde el acoso y el hostigamiento en mercados entre locatarios, hasta situaciones más graves en zonas rurales y colonias de bajos recursos.
Sin embargo, destacó que, a pesar de que la administración ha implementado estrategias, estas no parecen ser suficientes. Además, enfatizó que el incremento en las carpetas de investigación no debe interpretarse únicamente como un signo de mayor conciencia entre las mujeres, sino como una evidencia de que la violencia sigue estando profundamente enraizada.