Pese a corrupción de autoridades, sigue en pie la defensa del río Calabacillas en San Marcos Carmona

Foto: Estela Ambriz Delgado

Estela Ambriz Delgado

La historia de la defensa del río Calabacillas en la comunidad de San Marcos Carmona se encuentra plagada de corrupción por parte del Ayuntamiento de Mexquitic, la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (Segam), la Comisión Estatal del Agua (CEA), entre otras dependencias que también han permitido la contaminación del cuerpo de agua y el despojo de tierras por parte de empresas inmobiliarias. Sin embargo, la lucha por parte de sus habitantes continúa.

Lo anterior quedó de manifiesto durante la primera sesión del seminario “Ríos en Comunidad”, con el tema de la defensa del río Calabacillas y el territorio ancestral, la tarde del miércoles 14 de agosto en la capilla del Museo Regional Potosino, con la colaboración del Colegio de San Luis (Colsan), el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), la Secretaría de Cultura federal, y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah).

Los comuneros José Luis Ricario Montes y María Fernanda Vaca de la Cruz relataron a los asistentes cómo fue que inició la problemática, después de que en 2013 comenzaran a invadir sus terrenos empresas inmobiliarias como “Promotora y proyectos Proaljo”, y que fueran despojados mediante acoso, hostigamiento y diversas artimañas en colusión con autoridades estatales y municipales.

Tras haber culminado algunos de sus fraccionamientos y que estos fueran habitados, entre 2018 y 2019 se percataron de que no cuentan con sistemas de drenaje.

Algunos de estos fraccionamientos, siendo Fuerte Ventura el primero en ser construido, posteriormente Forja Real, y luego Gran Canaria, cuentan solamente con cárcamos y pozos a los que llevan las aguas residuales, que en repetidas ocasiones se ha encontrado a cielo abierto, las cuales posteriormente son tiradas al río Calabacillas, además de que esos pozos se trasminan igualmente hacia el cauce, y durante la época de lluvia tiran el agua directamente.

Desde 2019 comenzaron a presentar sus quejas y manifestar su preocupación por el foco de infección que representa; en primera instancia a la Dirección Municipal de Ecología y Medio Ambiente con evidencia gráfica, pero sin una respuesta favorable, hasta que en septiembre de 2020 una persona del área se presentó e hizo un recorrido con los comuneros, pero lejos de acreditar la contaminación, en su informe dijo no haber encontrado nada irregular.

De igual manera, al acudir ante otras instancias como le Segam y la CEA, la respuesta fue similar a la del Ayuntamiento de Mexquitic; decían no encontrar vertederos de aguas residuales pese a que se les comprobaba con fotografías y videos. Al respecto el señor Luis manifestó que se debía que previo a la inspección de las autoridades, la inmobiliaria ya había sido avisada y sacaban el agua del cárcamo y piletas en pipas.

Además, los comuneros señalaron que pese a contar con el apoyo de la Clínica de Litigio Estratégico de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), para interponer juicios en materia ambiental y haber obtenido en 2023 la suspensión judicial, la inmobiliaria sigue contaminando el río.

Ante la situación, recientemente la Clínica solicitó al subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Arturo Medina Padilla, su intervención.

El ecocidio y la apropiación de recursos

Con la invasión inmobiliaria, que continúa ahora con la construcción de Loma Real, se acabó el agua limpia que durante la época de lluvias llenaba el cauce del río Calabacillas, y con ello un recurso que las comuneras aprovechaban para lavar y abastecer en ocasiones a sus hogares, así como la recreación de los niños que iban a nadar, y las mujeres que gustaban de tejer y bordar a orillas del mismo. Ahora se les impide acceder río arriba donde puedan todavía disfrutar de un pequeño tramo de agua sin contaminar.

Con la edificación de los fraccionamientos se arrasó con flora como garambullos, nopales, mezquites, huizaches, magueyes, y fauna como víboras, ratones, conejos, coyotes, camaleones, además de que con la contaminación del río también se acabó con ajolotes, sapos y tortugas.

Aunado a ello, para abastecer de agua potable a las viviendas, con la construcción de Fuerte Ventura en 2017 se hizo un pozo profundo de manera clandestina, pues a los comuneros las autoridades les advirtieron que había veda por la sequía e inclusive actualmente se les ha obstaculizado la gestión de un pozo, misma que se ven en la necesidad de realizar debido al crecimiento de su población y la falta de abastecimiento por parte de Interapas.

Sin embargo, los comuneros señalaron que los habitantes de los desarrollos ya han comenzado a quejarse por la falta de agua, pues fueron engañados y pensaban que tenían drenaje, por lo que ya están gestionando otro pozo, aunque no cuenten con ningún permiso.

Al respecto, Juan Carlos Santillán agregó que han encontrado que Fuerte Ventura fue conectado de manera ilegal a la red de Interapas en la colonia Las Julias, pues existe una red de ahí que conecta a San Marcos.

Explicó que una parte de la comunidad recibe agua del organismo operador por un acuerdo que se hizo hace alrededor de 30 años, cuando Capulines necesitaba llevar agua a sus pobladores y les pidieron apoyaran, por lo que sus abuelitos, a pico y pala, trabajaron para traer el agua de la ciudad.

El comunero puntualizó que la situación fue denunciada a Interapas, pero después de que fueron a inspeccionar, igual dijeron que no había evidencia y dado que les presentaron evidencia gráfica que no quisieron hicieron válida, optaron por llevar un notario público y hacer fe de hechos, que igualmente presentamos en todas las dependencias correspondientes, sin que se haya obtenido una respuesta favorable.

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