“¡Pinche vieja!…”

Por Eduardo Delgado

“¡Pinche vieja!…, ¿qué culpa tenemos nosotros de sus problemas?”, profirió la mujer policía mientras se retiraba molesta para abordar la unidad 02250 de la Dirección General de Seguridad Pública del Estado; expresión que escuchó una de las familiares de Mary Chuy, quien se negó a firmar la bitácora que acredita que es vigilada por elementos de esa corporación.

La agente llegó al mediodía de este martes a las oficinas de la Oficialía Mayor de Gobierno del Estado, donde Mary Chuy completó dos semanas encadenada, y preguntó: “¿Quién es María de Jesús Almendárez?”.  

La policía encargada de la vigilancia en esa dependencia le indicó quién era y enseguida la agente recién llegada se aproximó a la indicada para ordenarle que le firmara el documento. “Sí, pero dígame quién es usted”, le condicionó María de Jesús.

“¿Me va a firmar la bitácora sí o no?”, increpó a María de Jesús, quien le objetó: “No. Porque ustedes no han venido…el sábado vinieron otros agentes que nada más me dijeron a qué venían y se retiraron”.

Enojada la agente sacó su dispositivo móvil y lo activó para tomar video de todos los familiares, incluidos menores de edad, que acompañaban en ese momento a la inconforme, que exige su reintegración a la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas, de la que fue removida después de que denunció que fue víctima de abuso y acoso sexual de parte de Juan Martín Gatica Izaguirre.

Enseguida se retiró y regresó con un compañero, quien se presentó como Carlos Altamirano, quien su vez le insistió a Mary Chuy para en le firmara la bitácora y retirarse.

María de Jesús le explicó que antes debían presentarse de manera formal. “Ya se presentaron los compañeros (el sábado)”, replicó el agente al tiempo que le requirió: “A mí hábleme con respeto. Nosotros no tenemos la culpa de su situación señora”, se deslindó.

  • ¿Quién lo está culpando?-, refutó María de Jesús.
  • Aquí venimos a tratar de ayudar y de ver la solución. Me está atacando y yo ni siquiera sé. Yo por eso vengo a presentarme, por eso viene la compañera también.

Enseguida le dijo: “Aquí tengo una bitácora. Yo voy entrando, mi nombre es Carlos Altamirano y yo soy el responsable. Yo estaba comisionado. Voy presentándome apenas. Así como tengo sus medidas (cautelares) señora, tengo 14 más, que tengo que estar atendiendo”.

Mientras su compañera videogrababa, el agente se excusó: “No podemos estar permanentes en el lugar por obvias razones”.

Además, justificó, “nos acaban de girar a nosotros una circular donde se nos solicita que con las personas de las medidas nos proporcionen una copia de su IFE, fotografías del lugar, que se van a tener que entregar ante el Ministerio Público, donde se está cumpliendo el oficio que usted solicitó de la unidad de protección”, explicó.

Vigilancia, le dijo, que le brindarán en diferente horario y día “porque nos es imposible pasar todos los días o estar permanente”, añadió el agente, de lentes oscuros.

“A mí me explicaron, desde el sábado que vinieron, y me dijeron lo mismo que usted: Aquí hay una bitácora y va a venir una persona y va a cambiar de turno. Hasta ahí estoy de acuerdo, pero no me gusta la actitud de ella”, objetó Mary Chuy.

Porque, le explicó al agente, “su compañera no se presentó” y solo le ordenó que le firmara el documento para dejar constancia de que han cumplido. Aparte “me quiere grabar y me está tomando fotografías”, reclamó.

La agente y su compañero admitieron que lo primero que deben hacer es presentarse e identificarse.

  • ¿Te identificaste?
  • No, pero por obvias razones-, arguyó e interrumpió el policía a María de Jesús, quien le exigió ser escuchada.
  • A ver señora yo no voy a discutir; no tengo la necesidad de discutir. Yo vengo a que me firme la bitácora, sino me va afirmar yo también tengo la manera de hacer el informe señora.

María de Jesús le insistió en que su compañera no se identificó y que solo entró preguntando por ella. “Olvídese de eso señora”, le pidió el elemento y entonces le propuso: “Vamos a esperar a derechos humanos”.

Mary Chuy aceptó, sin embargo nuevamente le pidió al agente su nombre. “¡Ya se lo di!”, respondió el agente, que manoteando volteó hacia ella luego de dar unos pasos para retirarse.

La vigilancia de los agentes policiacos fue solicitada por la Comisión de Derechos Humanos a la Procuraduría General de Justicia del Estado, como parte de las medidas cautelares requeridas por la inconforme, cuyo abogado advirtió que la videograbación realizada por los agentes, en especial de los infantes, constituye un delito.

Más tarde, personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos acudió a levantar un reporte, al que familiares de María de Jesús anexaron videos y fotos de la mujer y el hombre policía.

 

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