Por Victoriano Martínez
Tal vez no lograron las demandas que enunciaron cuando iniciaron el plantón frente a las oficinas de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV), pero sí pudieron exhibir las actitudes de las autoridades ante su situación… y hasta de una oficiosa organización civil que ahora tendrá que demostrar su genuino interés de protección a las víctimas.
Si tuvieron que retirarse 40 días después de iniciado el plantón es porque resultaron vencidas en una lucha desigual en la que a ellas les tocó poner el desgaste, y mientras su contraparte –que los re victimizó una vez más– simplemente optó por no atenderlos y maniobrar para mermar su ánimo de exigir sus derechos hasta verse obligados a retirarse.
¿Qué autoridad representativa opta por negar a sus ciudadanos en condición de víctimas la más mínima atención, y con ello mutilar el “supremo recurso de la rebelión” contemplado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
El plantón se rebeló contra años de trato injusto por parte de los integrantes de una CEEAV a la que la gran mayoría de las víctimas llegan en busca de apoyo y salen con nuevas lesiones en su dignidad. ¿Cuántas víctimas mejor desisten de buscar justicia cual si la CEEAV fuera un dique de contención contra quien –sin que por su voluntad se volvió víctima– reclama derechos?
El plantón se rebeló, y la autoridad mostró su verdadero rostro ante las víctimas:
- En lugar de atenderlas y escucharlas, las descalifica y busca dividirlas.
Si las demandas eran tan injustas, qué mejor que una reunión en sesión pública para que abiertamente se expusieran en un acto que dejaría expuestos los improcedentes requerimientos. Sólo quien tiene algo que desea que no se conozca lo evitaría. Todo indica que quien lo evitó, fue la autoridad.
- En lugar de atenderlas y escucharlas, intenta desacreditarlas públicamente, al extremo de tratar de volverlas invisibles.
Primero fue Jorge Vega Arroyo, titular de la CEEAV, quien le negó la existencia a las víctimas en plantón al asegurar que se trataba de un movimiento unipersonal de María de Jesús Armedarez Prieto, Mary Chuy. Alejandro Leal Tovías, secretario de Gobierno, lo secundó.
Jorge Andrés López Espinosa, titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, quien tiene rencillas con Mary Chuy porque lo ha exhibido ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y en varios amparos, se sumó a la acusación de una protesta unipersonal.
El resto de las víctimas en protesta no existía.
- En lugar de atender el problema original –las deficiencias de la CEEAV–, opta por estrategias para anular el síntoma… con aliados aparentemente espontáneos.
La agrupación Cambio por San Luis, convenientemente para la autoridad, salió a la escena con la misma línea de invisibilizar a las víctimas en plantón. En rueda de prensa acusó a Mary Chuy de un movimiento unipersonal que afectaba al resto de las víctimas.
Encabezó una movilización para exigir la reapertura de las oficinas de la CEEAV, nuevamente en la misma línea de la autoridad: atacar el síntoma y no la enfermedad. No resulta extraño que su protesta sí haya sido atendida y no la de quienes se plantaron frente a la CEEAV.
El saldo para Cambio por San Luis como organización civil está por verse. Anunciaron que revisarán el trabajo de la CEEAV porque reconocen deficiencias. Un buen punto de partida para ese diagnóstico lo representó el plantón al que se fueron sumando casos no resueltos por años. Le llegó el momento de demostrar que auténticamente buscan el beneficio de las víctimas.
Lo que exhibió la autoridad representa un saldo negativo: el aparato burocrático se muestra como una alianza de complicidades para dejar intacta su inoperancia, mantener su actitud de simulación y, lo peor, inhibir todo ejercicio ciudadano de reclamo de derechos.