Alejandro Rubín de Celis
Hasta hace unos años, la forma más socorrida de los políticos para hacerse propaganda era a través de los medios tradicionales: prensa escrita, radio y TV. A esos medios era a los que se pagaban grandes sumas de dinero en paquetes publicitarios para mostrar la cara amable y benefactora de los altos funcionarios. Esa práctica se mantiene pero ya no es tan relevante como lo fue en otro tiempo.
En la medida en que los medios convencionales han perdido fuerza y penetración, las que han ganado mayores espacios son las plataformas de internet, particularmente las redes sociales digitales, y eso lo saben bien los políticos y sus propagandistas que rápidamente rediseñaron las estrategias de comunicación para dirigirlas principalmente al óptimo aprovechamiento de las nuevas tecnologías, dejando en menor grado de importancia a los medios convencionales, sabedores de que la inmensa mayoría de los consumidores de medios acceden a información y contenidos de toda índole desde dispositivos móviles ꟷlos más accesibles y prácticosꟷ, laptops y computadoras de escritorio, que ya los hay en todos los espacios laborales, educativos y familiares.
De lo que se trata es de aprovechar ahora las nuevas tecnologías para multiplicar los mensajes ꟷsabiendo del alcance mundial que pueden tenerꟷ dirigiéndolos a reforzar la buena imagen de los políticos, no importa si eso implica mentir, erogar mayores recursos públicos o incluso violentar preceptos constitucionales.
El alcalde Xavier Nava Palacios, por ejemplo, está pagando, además de propaganda en medios tradicionales, mensajes en Facebook, cuya penetración depende de la cantidad que se pague por cada uno de ellos. Aquí uno de los mensajes de la campaña Juntos con San Luis.
Quizá por esa razón y por el desmedido afán de aparecer en todos los espacios posibles, es que el presupuesto para comunicación social del Ayuntamiento de San Luis Potosí prácticamente se duplicó para 2020 con relación al de este año, al pasar de 35 millones 378 mil 453.87 pesos originalmente en 2019 a 70 millones 846 mil 804.99 para el año próximo.
A Nava Palacios no le ha importado que públicamente le hayan hecho ver la violación en que incurre al artículo 134 de la Constitución federal ꟷy que se replica en el 135 de la Constitución localꟷ, que prohíbe hacer propaganda personalizada con recursos públicos.
En Twitter, otra de las redes digitales de mayor penetración, Nava difunde profusamente en su cuenta personal, @navaslp, textos e imágenes donde él es el protagonista principal, no como un ciudadano común, sino como presidente municipal. Para lograr un efecto multiplicador y apoyar a su jefe, funcionarios y regidores afines retuitean los mensajes de la cuenta personal de Nava y también se difunde su imagen en la cuenta del ayuntamiento ꟷ@SLPMunicpioꟷ.
El gobernador Juan Manuel Carreras López no se queda atrás en eso de promocionarse en redes sociales digitales y llega incluso a incurrir en la distorsión y la mentira con tal de proyectar una buena imagen, como sucedió recientemente cuando en un tuit presumió que San Luis Potosí ocupó el cuarto lugar nacional en crecimiento económico y cifras trimestrales del Inegi lo desmienten.
Y también el alcalde de Ciudad Valles, Adrián Esper Cárdenas sigue el camino de las redes sociales digitales para proyectar su imagen y engañar a la gente, sólo que de una forma distinta. Con motivo de su primer informe de gobierno, pagó al actor estadounidense Charlie Shenn 550 dólares para que le enviara una felicitación y hacer creer que tiene una cercanía con él.
“¡Ciudad Valles! Soy Charlie, ¿cómo están? Felicidades, Andy Panda, por tu excepcional trabajo este primer año (…) “Apoyaste a tu comunidad y trabajaste muy duro para mejorar toda la ciudad, por lo que me gustaría felicitar a esta turística ciudad: ¡Ciudad Valles! (…) ¡Felicidades, Adrián! ¡Viva San Luis! Y ¡Viva México!”, dice Sheen en el mensaje difundido en Facebook.
Frente a una mayor vigilancia social y de la prensa independiente sobre la promoción personalizada en medios tradicionales pagada con recursos públicos, y la gradual disminución en la penetración de esos medios, los políticos han encontrado en las redes sociales digitales una nueva forma de promoverse aprovechando los amplísimos márgenes de libertad de circulación de contenidos en esos medios y la falta de regulación de los mismos.
Twitter anunció que a partir del 30 de octubre pasado cancelaría a nivel mundial la propaganda política en esa red social, lo que incluye menciones a candidatos, partido políticos y funcionarios públicos, bajo el argumento de “el alcance de un mensaje político debería ser algo que se gana, no que se compra”, según lo declaró su director-fundador, Jack Dorsey. A diferencia de Twitter, Facebook está abierta a comercializar mensajes políticos aún cuando se trate de contenidos falsos.
Twitter reconoce que puede cometer errores al emprender esta medida y que personas y grupos buscarán la manera de burlar esta disposición.
Es muy probable que los políticos potosinos ya la hayan encontrado o que todavía los algoritmos de Twitter no identifiquen sus mensajes propagandísticos, lo cierto es que están promoviendo su imagen en forma desmedida.
Esperemos que pronto, al menos Twitter, cancele sus mensajes para que la imagen se la ganen, no que se la compren, y que en un futuro no muy lejano Facebook se convenza del enorme daño social que causa la propaganda política.