Ciudad de México (02 de enero de 2016).- Un nuevo estudio reveló que síntomas como desconcentración, desgano o mal humor no estarían relacionados al cansancio natural de fin de año, sino con la baja ingesta de agua en días de elevadas temperaturas.
Investigaciones anteriores habían demostrado que las personas que beben menor cantidad de agua de la necesaria ven alteradas algunas de sus facultades cognitivas, como la memoria a corto plazo, la concentración, la atención y hasta el estado de alerta. De hecho, se considera que con un 2% de deshidratación ya se notan deficiencias tanto en la masa muscular, como en los niveles cognitivos.
Este nuevo estudio, liderado por la investigadora Nathalie Pross para la Universidad de California y publicado en la revista especializada PLOS One, comprobó que solo tener un leve cuadro de deshidratación, ya se pueden apreciar cambios en el estado de ánimo.
Beber más agua mejora el humor, reduce la tensión, aumenta la calma y las ‘sensaciones positivas’ de felicidad.
“Son conocidos los beneficios del rol del agua a nivel celular, renal o digestivo, su participación para regular la temperatura corporal y eliminar toxinas, pero la gente en líneas generales ignora los que aporta sobre las funciones cognitivas como concentración, memoria o estado de ánimo”, explicó Silvia Jereb, miembro de la Asociación Argentina de Nutricionistas (AADYND) y Coordinadora allí del Grupo de Estudio de Nutrición y Neurociencias.
“Hoy sabemos que tensión, dificultad para la concentración, fatiga y el mal humor pueden ser síntomas de deshidratación, pero son sencillamente prevenibles o reversibles bebiendo más agua”, agregó a Infobae Mirta Antonini, Licenciada en Nutrición e integrante de la Comisión Directiva de AADYND.
Los detalles.
La investigación evaluó el efecto en el estado de ánimo y las sensaciones fisiológicas como resultado de un cambio en el consumo de agua en dos grupos de individuos con diferentes hábitos de hidratación (de baja y de elevada ingesta de agua).
Se observó que aquéllos que incorporaban menos cantidad de agua, al incrementar su consumo, experimentaron efectos positivos significativos en las valoraciones de estado de ánimo y sensaciones como fatiga o letargo. De hecho, refirieron tener menos fatiga, confusión, somnolencia y menos sed.
En cambio, aquellos que tenían un hábito alto de consumo y lo redujeron, mostraron efectos negativos en el estado de ánimo: indicaron que esta restricción había impactado negativamente en su humor, ya que estaban más sedientos, impacientes, menos contentos y, en general, reportaron menos sentimientos positivos.
“Los resultados de la investigación sugieren que un aumento o disminución en la ingesta de agua habitual tienen, respectivamente, una mejora o un empeoramiento en el estado de ánimo y sensaciones, dependiendo de los hábitos de consumo habituales de cada individuo”, explicó Jereb.
“Siendo éste un estudio en personas jóvenes y sanas, en el que se controlaron numerosas variables, podemos concluir que la variabilidad en el consumo de agua tiene efectos en el estado de ánimo de acuerdo a los patrones de consumo habituales”, subrayó Atonini.
“Según las Nuevas Guías Alimentarias para la Población Argentina, se recomienda un consumo diario de 8 vasos de agua. Considerando estos días de altas temperaturas este requerimiento podría ser incrementado a fin de compensar las pérdidas adicionales”, explicó Antonini a Infobae.
Grupos de riesgo.
Hay momentos en la vida que ante la fragilidad se necesita estar muy atento al consumo de agua.
“Los bebés, ante cuadros de vómitos y diarreas; los niños, que tienen menor percepción de la sed cuando están activos; y los adultos mayores, que presentan alteraciones en el mecanismo de la sed y, en ocasiones, dificultad en la deglución. Un cuarto grupo que requiere mayor aporte de agua son las embarazadas y madres en periodo de lactancia”.
“El agua representa dos tercios del peso corporal, es decir más del 60% de nuestro cuerpo está formado por agua y este porcentaje es aún mayor en los niños. Un adecuado consumo de agua permite mantener a los niños más alertas, concentrados y con mayor coordinación física. Asimismo, evita la deshidratación en estos días de altas temperaturas”, dijo Antonini.
Cómo el sabor juega un rol a la hora de la ingesta de bebidas, porque se asocia con la elección de una experiencia placentera, una manera de que los chicos la consuman es a través de los jugos naturales.
“Si bien el agua es la mejor bebida para hidratarnos, a la hora de elegir alguna otra bebida, debemos recordar elegir aquellas con menor aporte calórico y de azúcares. Los jugos naturales de frutas, sin agregado de azúcar, son también una excelente opción”, finalizó Antonini.
Fuente: Prodigy Msn.