Ciudad de México (08 de julio de 2016).- Hay días en los meses de julio o agosto que no nos queda más remedio que salir a la calle a las 4 de la tarde, cuando aprieta un sol de justicia, y sentimos ese achicharrante calor que derrite las piedras.
Entonces solemos acordarnos, no con demasiada indulgencia, del Sol. Sin embargo la culpa no es suya, sino de nuestro planeta. El Sol emite la misma cantidad de luz todos los días del año, y lleva haciéndolo así durante 6.000 millones de años.
¿Entonces por qué nos derretimos de calor en verano?
Para ello debemos fijarnos en nuestro planeta: es la inclinación del eje de rotación de la Tierra la responsable de las estaciones. En contra de lo que podamos pensar, en los meses de canícula no hace calor porque estemos más cerca del Sol; de hecho, estamos más lejos que en invierno. Lo que sucede es que la Tierra está inclinada de tal modo que los rayos solares inciden perpendicularmente sobre nuestras cabezas; eso caldea el ambiente… y nuestras ideas.
Pero lo más curioso, es que si no fuera por la Luna, el eje terrestre daría cabezadas como si estuviera borracho. Nuestro enorme satélite –los astrónomos dicen que el nuestro es un sistema planetario doble- es el responsable de que el devenir de las estaciones se mantenga como hasta ahora por los siglos de los siglos.
Fuente: Muy Interesante.