Al menos una vez en la vida, todos hemos bebida tanto, que al día siguiente no recordamos casi nada. Quedarán las fotografías y las historias que cuentan los amigos, pero al final no sabremos la razón de esas lagunas mentales tras una noche de fiesta.
Hoy, te explicamos el motivo… ¡Sigue leyendo!
La memoria se divide en aquella que es a corto y largo plazo. Los recuerdos inmediatos son de corto plazo, pero nuestro cerebro elige cuáles guardar en la memoria a largo plazo.
Al consumir grandes cantidades de alcohol, la memoria a corto plazo no funciona de la misma manera que estando sobrio. Por lo tanto, el cerebro no procesa la información correctamente para llevarla a los recuerdos a largo plazo.
Ahora bien, estas lagunas mentales pueden ser en bloque, o fragmentario. El primero, significa perder la memoria de esa noche por largo tiempo, mientras que el fragmentario se da forma intermitente.
La diferencia entre ambas, es que en bloque no recuerdas nada, pero en la siguiente puedes recordar si te cuentan lo ocurrido. Sin importar el tipo, la ciencia te dice que son provocadas por la misma razón.
¿Cómo ocurren?
Según diversos estudios, esto ocurre porque el alcohol interfiere en los receptores del hipocampo, se bloquean las vías neuronales en el cerebro y no se comunican entre sí con normalidad. En pocas palabras, no somos capaces de crear nuevos recuerdos.
No obstante, la memoria podría estar escondida en alguna parte del cerebro, y quizá todo venga a la luz de repente.
El efecto del alcohol en nuestra memoria es igual que la amnesia anterógada. Es decir, que podemos perfectamente recordar lo sucedido antes de comenzar a consumir y luego de ahí, hasta cierto punto. Comer antes ayuda a prevenir o retardar la embriaguez. Pero si no comes, la sangre se intoxicará mucho más rápido.
La razón de las lagunas mentales es porque el nivel de alcohol en la sangre llega a 0,15% velozmente. Tomar lento pudiese evitar que al día siguiente, tu mente esté en blanco.
No importa que tan a menudo tomes, una laguna mental te puede pasar si la sangre se intoxica rápido. Cada vez que se interfiere en las funciones del cerebro, se está más propenso a tener un daño considerable en este órgano tan importante del cuerpo.