Ciudad de México (05 de febrero de 2016).- Cada vez que recibimos un golpe en la mano, inmediatamente las comenzamos a agitar de manera eufórica, como cuando nos cuentan una novedad inesperada. ¿Pero a qué se debe ese movimiento? ¿Realmente nos alivia el dolor?
Está claro que no, agitar las manos no nos reduce el dolor, pero esa agitación sí parece bloquear la sensación intensa que notamos en la parte golpeada. Todo esto se debe a cómo se comunica la información de las señales nerviosas a nuestro cerebro. Cuando te golpeas un dedo contra una puerta, notas el dolor en la parte que impacta y justo después, el dolor se va haciendo mayor tras unos segundos.
A grandes rasgos, tenemos “dos tipos de nervios” que controlan el dolor, por un lado un nervio más grueso que transmite una señal más intensa desde los receptores que están en la piel y un nervio más delgado que transmite señales de forma más lenta desde zonas más generales del cuerpo. Cuando la presión se realiza sobre la piel, esas señales más rápidas pueden ser bloqueadas físicamente antes de que lleguen al cerebro, mientras que las lentas pasan directamente.
¿Qué tiene que ver eso con el agitamiento? Al realizar ese movimiento, estás sometiendo tus dedos a fuerza G como las que sufren los pilotos de fórmula uno o los astronautas, lo que provocaría una presión suficiente para mitigar un poco esa parte inicial del dolor transportada por el nervio grueso.
Fuente: Conéctica.