Ciudad de México (08 de octubre de 2016).- En México se han extinguido 127 especies de animales en los últimos 100 años y hay otras dos mil 604 que están en riesgo de desaparecer, entre ellas la vaquita marina, endémica de nuestro país y que habita en el Alto Golfo de California.
En diciembre de 2015 se contabilizaron menos de 60 vaquitas marinas; diversas estimaciones indican que la población ha reducido de manera dramática en los últimos años, pues se calcula que en 2014 había 97 animales; en 2012 eran 240 y en 1998, es decir, hace casi 20 años, había 600.
Lo que ha condenado a la vaquita marina es la pesca ilegal de la totoaba, un pez cotizado en el mercado asiático sólo por su vejiga, parte que se considera tiene efectos afrodisiacos y se usa también en la medicina tradicional por su cantidad de colágeno.
Las redes con las que se pesca la totoaba -en veda desde 1975- se denominan agalleras y son letales también para la vaquita marina; debido a que la venta de vejiga de dicho pez ha detonado un negocio millonario, en consecuencia el pequeño cetáceo ha pagado la factura.
El negocio de la totoaba implica a México, donde se da la pesca ilegal y con agalleras; a Estados Unidos, que es a donde se traspasa el pez y desde donde se manda a Asia, cuyo mercado demanda la vejiga o buche, altamente cotizado. En medio de este triángulo queda la vida de la vaquita marina.
Se ha informado que un kilo de buche o vejiga de totoaba puede costar en el mercado asiático 20 mil dólares, que al tipo de cambio actual (19 pesos en promedio) representa 380 mil pesos; la venta también se da en los asentamientos chinos en Estados Unidos, donde el costo puede ser de entre 500 mil y 800 mil dólares, es decir, entre nueve y 15 millones de pesos.
El tema es de gran relevancia que incluso ocupó parte de la conversación que sostuvieron en julio pasado el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el de Estados Unidos, Barack Obama, donde se acordó prohibir de manera permanente desde mayo de 2017 el uso de redes agalleras para la pesca.
Por ello la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) trabaja en el diseño de métodos de pesca alternativos que sustituyan a las redes agalleras para así evitar lo menos posible la afectación a especies marinas.
De acuerdo con Omar Vidal, director de WWF, las redes agallaeras son la única razón por la que la vaquita marina está en peligro de extinción, pues “no hay otras artes de pesca que la atrape, ya sea para pescar totoaba, camarones y tiburones”.
Un paso importante hacia la preservación del cetáceo fue en el acuerdo en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en el que por primera vez China reconoce el tráfico ilegal de totoaba y Estados Unidos se compromete a combatirlo cerrando sus fronteras.
El pronóstico es critico, pues de no resultar las estrategias implementadas la vaquita marina podría extinguirse en 2018; de hecho, de no haberse tomado seriamente cartas en el asunto hace un año, dijo Omar Vidal, director de WWF, hoy ya no existiría esta especie endémica.
Además de la vaquita marina, otras especies marinas que están en peligro de extinción son la ballena azul, la ballena de aleta, la tortuga carey, el tiburón ballena, el tiburón martillo y varias especies de corales.