Por: Eduardo Delgado.
A pregunta de si una persona propuesta para ser condecorada con la presea “Plan de San Luis” no debe asumir una actitud insensible, como se mostró en el caso Diego personal y directivos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, cuyo máximo responsable es el rector Manuel Fermín Villar Rubio, propuesto para recibir este año ese galardón, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos, Equidad y Género en el Congreso del Estado, el diputado panista Miguel de Jesús Maza Hernández, respondió tajante: “¡Claro que no!”.
“Alguien que la reciba tiene que ser una persona ética, honorable y que aparte se haya caracterizado por un servicio hacia la comunidad que haya sido trascendental, pero en ese punto creo que el diputado “Chógono” (Crisógono Sánchez Lara), presidente de la comisión de educación, que fue quien lo seleccionó, debe tener la respuesta”, se deslindó.
De si la muerte de Diego “mancha” la entrega de la vigésima novena entrega de esa condecoración, instituida hace 32 años, porque la mamá se duele de la insensibilidad de las autoridades universitarias, soltó: “híjole”, expresión que denota sorpresa o asombro del algo inesperado.
Entrevistado en su calidad de titular de la comisión legislativa encargada de atender asuntos relacionados con los derechos humanos, advirtió que la función primordial de la Universidad “no es organizar campamentos infantiles”.
Pero, añadió, “el que hayan organizado el campamento y hayan tenido este lamentable suceso es una cuestión muy aparte”, opinó.
“Tenemos que recomendarle a la UASLP no andar organizando actividades donde no tienen el control al cien por ciento”, añadió.
A su juicio en torno al incidente “se conjugaron varios errores: tanto del balneario… como de la Universidad, al no tener la supervisión estricta que se amerita cuando se trata de niños, que son muy inquietos y se andan trepando por todos lados”, comentó.
A insistencia de si el Poder Legislativo entregará la presea a una persona señalada de inhumana, admitió que ese punto “se tiene que debe hablar y señalar, porque es la percepción que tiene la señora…”.
- No es solo su percepción… puso la queja ante la CEDH en ese sentido-, se le precisó.
- Qué bueno, porque este tipo de circunstancias hay que señalarlas, levantar la mano y en un momento dado en México y sobre todo en la Universidad, en accidentes como estos o en cualquier problemita, se tiene que ser suficientemente sensibles para hacerle frente a la responsabilidad.
- ¿Cree factible un cambio en el dictamen?
- Hay que platicarlo porque es un tema muy delicado, pues nadie quería que pasara eso, o sea, es un accidente y en estos no hay directamente un culpable. Indirectamente sí; por falta de cuidado hay responsabilidades.
La madre de Diego, quien tenía 12 años y murió ahogado precisamente hace tres semanas en el parque acuático “Woow”, al que acudió como parte del campamento infantil organizado por la UASLP, se quejó de la insensibilidad mostrada por el personal universitario el día del incidente.
Porque el 17 de julio y unas cinco horas después del evento, funcionarios universitarios la abordaron en el hospital pero solo para darle el pésame e informarle que los gastos médicos y funerarios estaban cubiertos, pero sin ofrecerle una explicación de lo acontecido.
