Promesas… sólo promesas

Por Victoriano Martínez

El prometer no empobrece… pero mucho ayuda a ganar una elección, aunque enseguida venga la complicación sobre la manera de cumplir, que es lo que aniquila.

Estimaciones realizadas por Astrolabio Diario Digital sobre el probable costo de sólo cuatro de las propuestas hechas por Ricardo Gallardo Cardona durante su campaña revelan las dificultades que enfrentaría la nueva administración estatal para ajustar su presupuesto a las promesas: requeriría recursos adicionales equivalentes a alrededor del 70 por ciento más.

Se consideraron en el cálculo los cinco hospitales de especialidades ofrecidos con su costo de operación (más de 10 mil 500 millones de pesos), el transporte gratuito para los estudiantes (3 mil 419 millones 839 mil 800 pesos), el apoyo a adultos mayores (15 mil 172 millones 416 pesos) y el costo de los apoyos a personas con discapacidad (6 mil 42 millones 162 mil pesos).

Cuatro promesas de campaña cuyo costo sumaría 35 mil 134 millones 417 mil 800 pesos que, de entrada, exigirían un incremento en el presupuesto del Estado del 70 por ciento. En lugar de los 48 mil 987 millones 838 mil 640 pesos del presupuesto anual para este año, se requerirían 84 mil 121 millones 840 mil 856 pesos.

El presupuesto estatal ha sido incrementado en un promedio anual del 6.54 por ciento en los últimos 10 años, aunque en los últimos tres ese incremento ha sido de los más bajos. El año de mayor incremento fue de 2013 a 2014, cuando subió un 13.06%. En cambio para 2021, el presupuesto no creció, sino que disminuyó

En comparación con el de 2020 el presupuesto estatal disminuyó de 50 mil 228 millones 93 mil 173 a 48 mil 987 millones 838 mil 640 pesos. Un decremento del 2.47 por ciento. Tal disminución, ante la situación económica del país, difícilmente puede revertirse al grado de que para 2022 se pudiera incrementar en el más del 70 por ciento requerido por las promesas.

La posibilidad de un incremento al presupuesto favorable al cumplimiento de las promesas de campaña de Gallardo Cardona no sólo es muy remota, sino que el riesgo es que de nueva cuenta haya una disminución, por mucho que en calidad de gobernador electo ya haya acudido a instancias federales a pedir más dinero, como informó en su gira por la zona media y huasteca.

El reto presupuestal de cuatro promesas de campaña confrontará, de entrada, a la nueva administración pública estatal con una realidad en la que su imposibilidad de cumplimiento exhibirá la fantasía con la que se manipuló a los electores, entre las que no puede dejarse de lado el reparto de la La Cumplidora, tarjeta presuntamente de débito.

Una maniobra calificada por el presidente Andrés Manuel López Obrador como delito para un candidato de Nuevo León, pero ignorada para el caso potosino. Una tarjeta en cuyo paquete de entrega incluía la frase “actívala este 6 de junio”, en claro chantaje de un apoyo a cambio de un voto.

Si bien un poco más arriba en la tarjeta se aclara que con un “disfruta de sus beneficios a partir del 26 de septiembre de 2021”, configuró una compra del voto con un entréguelo el 6 de junio y se lo comenzamos a pagar a partir del 26 de septiembre.

¿Cuántas de esas tarjetas repartió Gallardo Cardona? ¿Cuántas fueron activadas el 6 de junio? ¿Cuántas –y sobre todo, de dónde– comenzarán a recibir el beneficio ofrecido por cuatro mil pesos mensuales? Fue una promesa con plazo establecido para hacerse efectiva que, además, dejaría claro el número de votos adquiridos a través de ese mecanismo.

Fue una promesa que en el nombre de la tarjeta, La Cumplidora, no ocultaba la mentira: ni era tarjeta de débito, ni se podría activar el 6 de junio, ni hará llegar los beneficios a partir del 26 de septiembre y ni ha vuelto a hablar de ella el candidato: de haber sido real, sería una huella indeleble de la compra de votos. Como engaño, saber cuántos votos le redituó queda en el misterio.

Una colección de promesas de fantasía que no empobrecen a quien las ofrece, pero muy bien le sirven para ganar una elección… y ahora a aprovechar el aparato gubernamental para ver cuánto se puede estirar el engaño que le permitió acceder al cargo.

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