-
Programa de Desarrollo favorece intereses de desarrolladores inmobiliarios
-
Es necesaria una discusión pública para lograr que se beneficie a la población
Redacción
Mediante conceptos como “habitacional ecológico campestre”, “habitacional densidad mínima” y “crecimiento urbano no programado”, el Gobierno Municipal pretende expandir parte de la ciudad hacia la sierra y zonas de valor ecológico en la ciudad.
De acuerdo con expertos en la materia, la versión final del Programa Municipal de Desarrollo Urbano y Centro de Población (PMDUCP) que se pretende aprobar y que ya se encuentra en el Cabildo, pero no lo han hecho público, la propuesta de urbanización contradice el modelo de ciudad compacta y sostenible que en él mismo se pregona. Este autoriza un total de 5 mil 700 hectáreas de área urbanizable, más de las necesarias para la población proyectada.
Las autoridades aprovecharon la participación de 2 dos 481 ciudadanos que presentaron propuestas y observaciones al PMDUCP para legitimizar una serie de determinaciones que afectarán la viabilidad ecológica de la ciudad.
Entre estos proyectos sobresalen los desarrollos como Gran Peñón y Cañadas, en la sierra de San Miguelito, parcialmente integrados como áreas urbanizables, y el proyecto “San José de Buena Vista”, que fue integrado en su totalidad al desarrollo urbano.
Se trata de tres desarrollos que el propio programa debería considerar innecesarios por el concepto de ciudad compacta que pregona, ya que antes de considerar una afectación ecológica como esa, se debieron aprovechar las más de 900 hectáreas de vacíos intraurbanos que existen en la ciudad. Actualmente, el crecimiento proyectado en estas áreas representa el 10% del futuro crecimiento pero puede expandirse a más del 50% si se continúan autorizando las expansiones.
Los efectos negativos para la ciudad
Gran Peñón, Las Cañadas y San José de Buena Vista, generarán una huella ecológica profunda en los sistemas naturales de nuestra ciudad al provocar la pérdida de la capa vegetal, que la temperatura aumente, además de que se pierde flora y fauna, con una afectación generalizada al equilibrio del ecosistema.
San José de Buenavista
El mega desarrollo San José de Buena Vista, aprobado en su totalidad, se proyecta en una zona aledaña al Área Natural Protegida “Camino a la Presa”, la cual es uno de los principales pulmones de la ciudad y una zona de recarga y retención de agua.
Los efectos negativos de realizar una urbanización con esas características en el área que se pretende son:
- Contaminará con sustancias químicas el agua retenida en el vaso que alimenta del vital líquido a una parte de la capital potosina.
- Aumentará la velocidad de los escurrimientos, llenando el vaso más rápido, lo que implica que deberá ser desfogada con mayor frecuencia o, en el peor de los escenarios, incrementará el riesgo de que la presa se desborde. En ambos casos, los costes ocasionados por posibles pérdidas económicas y humanas serán asumidos por los ciudadanos que, aguas abajo utilizan el Río Santiago y viven en sus inmediaciones.
- Incrementará el flujo de aguas negras vertidas en el vaso, lo que fomenta el crecimiento del lirio acuático y afectará la calidad del agua de la presa y las especies que ahí habitan.
La aprobación en su totalidad de las 200 hectáreas de este megaproyecto atenta contra un área natural de alto valor ecológico, así como contra un espacio público de recreación y disfrute para los potosinos y potosinas en favor de intereses privados que benefician a una élite reducida. Es además, una afrenta directa a los procesos de participación ciudadana y a los estudios técnicos de impacto ambiental.
Gran Peñón
El programa autoriza 100 hectáreas a Gran Peñón y al polígono restante de 900 hectáreas se le asigna un uso de suelo de “valor paisajístico”, el cual es susceptible a cambiarse a urbanizable. Esto detonará el desarrollo inmobiliario en el eje 140, expandiendo la ciudad hacia la sierra.
Además de esto, el Gran Peñón fomenta las siguientes afectaciones:
- La vía alterna propuesta para desahogo vial contradice el principio de ciudad compacta, fomentando el crecimiento del parque vehicular e incrementando la inversión en vialidades de servicio a transporte privado mayoritariamente.
- El proyecto se encuentra en colindancia con el Aguaje en la cual existen zonas de inundación que se verían afectadas.
- Se encuentra en las faldas de la sierra lo que impide la infiltración y flujo del agua.
Las Cañadas
El programa autoriza 200 hectáreas de las 2,000 que comprende el proyecto original. Al igual que el Gran Peñón, las 1,800 restantes son susceptibles a un cambio de uso futuro.
Este proyecto conlleva las siguientes afectaciones:
- Obstrucción de corrientes de agua y pavimentación que evita su infiltración en las faldas de la sierra
- Aumento de las escorrentías que desembocan e inundan diversas colonias después de Periférico (las cuales actualmente ya sufren de inundaciones producto de urbanizaciones como Pedregal).
- La vialidad que conecta Cañadas con el Eje 140 atraviesa la Cañada del Lobo por lo que impacta al paisaje y ecosistema de dicha presa.
- Afectación a la flora y fauna nativa como cactáceas.
- Promueve la segregación social al estar en colindancia y darle la espalda a un asentamiento de bajos ingresos.
- La oferta de vivienda residencial que propone este proyecto se dirige a un sector reducido y de altos ingresos de la población, no incluye vivienda asequible y sobre pasa las proyecciones de población para el 2050
¿Y la ciudad compacta?
De autorizar el Cabildo esa aprobación total o parcial de proyectos de alto impacto atentará contra el principio de ciudad compacta que el propio programa sostiene, ya que fomenta el crecimiento de la ciudad en zonas sin equipamiento e infraestructura.
La ciudad cuenta con más de 900 hectáreas de vacíos intraurbanos señalados en los propios documentos de la autoridad municipal por lo que resulta una total contradicción que el Programa permia a los desarrolladores extender la ciudad hacia zonas de valor ecológico, especialmente cuando se favorece a los intereses económicos de desarrolladores urbanos que tradicionalmente han dominado ese mercado en la ciudad.
Al ser tomada a hurtadillas y en detrimento de los intereses ciudadanos y ecológicos de la ciudad, esas determinaciones convierten el PMDUCP en una herramienta económica y de poder político que perpetúan el desarrollo de una ciudad que es todo, menos sustentable, inclusiva y resiliente.
Los expertos consultados coinciden en las siguientes consideraciones:
“Tristemente, observamos que la planeación urbana de nuestra ciudad es orquestada por grupos de poder que, a diferencia de los pobladores más vulnerables, imponen sus intereses, inciden en la política pública y manipulan a nuestros funcionarios mientras nosotros, los ciudadanos absorbemos y pagamos las consecuencias”.
“Resulta lamentable que después de diez años de varios intentos fallidos para la actualización del PMDUCP (que antes integraba también a Soledad de Graciano Sánchez), nos encontremos cerca de su aprobación por parte de cabildo, con un alcalde que no ha alineado sus piezas correctamente, y parece ponerlas al servicio de los grandes desarrolladores inmobiliarios”.
Desde hace una semana, y de espaldas a la ciudadanía, el documento del PMDUCP se encuentra en el Cabildo para su aprobación por parte de los regidores, quienes, en su mayoría, al no informar a sus representados dan una mala señal de encontrarse en camino de avalar una determinación que afectará a todos los habitantes de la ciudad, en beneficio de intereses económicos y políticos.
La aprobación del plan es inminente pero también lo es la necesidad de que se discutan y cuestionen públicamente las decisiones hoy tomadas tras bambalinas, de manera que al final sea la ciudad y sus habitantes más desfavorecidos los que se vean beneficiados.