Por Victoriano Martínez
“Yo no quiero marchas, si no les gusta no lo hacemos”, ofreció el alcalde Enrique Galindo Ceballos a los habitantes de El Saucito cuando necesitaba su voto. Hoy quizá necesita quedar bien con alguien más y se dice listo para hacer el puente a desnivel junto al templo de Nuestro Señor de Burgos, tras descalificar las marchas y combatir a los que “no les gusta” en los tribunales.
Queda más que justificada la consideración sobre la deshonra en la que cae Galindo Ceballos, como describió este lunes Antonio González Vázquez, pues quien –como hizo el alcalde– no es capaz de honrar sus palabras y sus compromisos sólo exhibe la poca estima y el poco respeto a su propia dignidad.
En el caso, no sólo hace trizas el valor de su palabra, sino que además abre paso al riesgo de que las vibraciones por las excavaciones terminen por dañar al templo y/o al Museo de los Exvotos, monumentos históricos que ya presentan daños estructurales por humedad y cuarteaduras, y podrían derrumbarse.
“Comparto ese criterio del Juzgado, que garanticemos todos que no va a pasar nada ahí y es un documento que tiene que emitir el INAH, que debe establecer los requerimientos que nos hace y agregarlos nosotros a las pólizas de seguros para que, eventualmente, si hubiera algún daño, estar garantizados que va a haber alguna protección del patrimonio”, dijo Galindo Ceballos.
¿Desde cuándo una póliza de seguro evita que la tragedia o el daño asegurado no ocurra? Si acaso ocurriera el indeseable perjuicio y se cayera cualquiera de los dos monumentos históricos, o los dos, ¿la culpa será de la aseguradora o se trata de una aseguradora celestial que milagrosamente hará la restauración a cambio de un módico deducible penitencial?
Presuntamente la obra podrá iniciar porque las autoridades municipales solventaron las dos condicionantes que estableció el Juzgado Segundo de Distrito cuando el 22 de mayo acordó la suspensión definitiva de la obra: contar con autorización para remover los árboles y garantizar la seguridad de los monumentos históricos.
Ambos cumplimientos de las condicionantes tienen sus espacios de duda que seguramente combatirán los vecinos de El Saucito en el Juzgado.
El 22 de junio, el juzgado dio entrada a un oficio del director de Obras Públicas del Ayuntamiento en el que dio por cumplidas las salvedades y condiciones para iniciar la obra por contar con los permisos del director de Gestión Ecología y Manejo de Residuos del propio Ayuntamiento y la autorización del Centro Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia en San Luis Potosí.
El 6 de julio el Juzgado dio por válido el cumplimiento de las condiciones. “Es por ello, que haberse colmado las condicionantes establecidas en la resolución incidental emitida por este juzgado, en materia ambiental y en materia de preservación de monumentos históricos, se estima que las autoridades responsables están en condiciones para continuar con la obra”, señaló el acuerdo.
En materia ambiental, poco importó que el Ayuntamiento como autoridad responsable con la mano de la dirección de Obras Públicas provocara el agravio y con la mano de la dirección de Gestión Ecológica lo autorizara.
En materia de preservación de monumentos históricos, los vecinos denunciaron una inadecuada intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia al considerar que le puso precio a la casa de Nuestro Señor del Saucito.
Así fue como quedó abierto el camino para iniciar la obra, incluso antes de una sentencia en el juicio de amparo que, para cuando llegue seguramente ya podría haber daños de difícil reparación.
De acuerdo con la licitación de la obra, el puente a desnivel quedaría terminado en 344 días. Al trienio de Galindo Ceballos le faltan 447 días, es decir, si la comienza en los próximos 100 días podrá ofrendarla dentro de su gestión a con quien se quiere congraciar… con la deshonrosa traición a los habitantes de El Saucito.