“¡Qué creen! ¡San Luis le debe a Aguas del Poniente!”

Por Victoriano Martínez

Si algo ha caracterizado a Enrique Galindo Ceballos como presidente municipal ha sido una actitud condescendiente en contra de los intereses del municipio que gobierna, al grado incluso de no defender su territorio como ocurrió con la creación del municipio de Villa de Pozos.

A menos de un mes de que se cumpla un año de la firma del Acuerdo del Agua, mediante el cual se supone que inició la entrega de la concesión de Aguas del Poniente Potosino, los indicios de un trato condescendiente a la empresa que usurpó, sin beneficio alguno para los potosinos, parte del abastecimiento de agua potable se acumulan.

De entrada, establecer un plazo adicional de ocho meses para la entrega de la concesión va en contra, no sólo del acuerdo del Cabildo del 23 de diciembre de 2008, sino también de la Ley de Aguas del Estado.

Se haya acomodado por bondad o conveniencia al gusto y voluntad de Aguas del Poniente el Acuerdo de Agua, el hecho es que la entrega de la infraestructura y bienes materia del inventario quedó establecido para el término de la concesión, es decir, el 23 de diciembre de 2023.

El punto V de las Obligaciones de la concesionara (página 12) dice que debe “desocupar y entregar la infraestructura y bienes materia del inventario al término de la concesión de conformidad con lo establecido en la Ley”.

El artículo 123 de la Ley dice: “Al término de la concesión, las obras y demás bienes del concesionario destinados directa o indirectamente a la prestación de los servicios públicos, se revertirán al organismo operador descentralizado que sustituya al concesionario o, en su caso, al ayuntamiento o a la Comisión, sin costo alguno”.

En consecuencia, a partir del 23 de diciembre de 2023, Aguas del Poniente en confabulación por escrito con Galindo Ceballos ocupó la infraestructura y los bienes relacionados con la prestación del servicio por encima del acuerdo de concesión del Cabildo y violando la Ley de Aguas del Estado.

No conforme con tal condescendencia con la empresa, este lunes Galindo Ceballos declaró que es importante evaluar el valor de la infraestructura que Aguas del Poniente entregará al municipio y que podría formar parte del pago de esta deuda.

Estamos cuantificando cuánto vale la infraestructura que nos están entregando, y cuando tengamos esa cifra, se sorprenderán del dato”, expresó. Involuntariamente exhibió que Aguas del Poniente incumplió la obligación de reportar al Ayuntamiento sus inventarios actualizados cada año.

Conforme a su planteamiento, pretende tomar como dación en pago la infraestructura de Aguas del Poniente que está obligada a entregar al Ayuntamiento, cuando por Ley la debe de entregar “sin costo alguno”.

¿Hasta dónde pretende complacer los intereses de Aguas del Poniente en perjuicio de los intereses de los habitantes del municipio? Casi un año sin poder realizar el cálculo del adeudo de Aguas del Poniente al Ayuntamiento por la contraprestación de la concesión abren más sospechas sobre la gravedad de la condescendencia con la empresa.

“¿Por qué no nos ponemos de acuerdo en el monto? Porque hay cantidades que prescriben, hubo administraciones pasadas que no cobraron ni rescindieron la concesión y eso prescribe en cinco años”, explicó Galindo Ceballos.

En principio, no tienen por qué ponerse de acuerdo en el monto. Se trata simplemente del cálculo conforme a una fórmula para determinar el adeudo.

Quizá no es que no se pongan de acuerdo, sino que Aguas del Poniente no reportó nunca el volumen de agua utilizado para poder aplicar la fórmula y en lo que están es en fijar una cifra sin que necesariamente corresponda al consumo. Una negociación que tendrán que transparentar o engordará la sospecha de su condescendencia.

Sobre los montos que prescribieron, Galindo Ceballos está obligado a revisar bien los archivos municipales por si existe algún requerimiento de pago. Por lo menos al inicio del trienio de Ricardo Gallardo Juárez se habló de un requerimiento formal que habría interrumpido la prescripción.

En cuanto a las “administraciones pasadas que no cobraron ni rescindieron la concesión”, si defendiera el interés del municipio, Galindo Ceballos está obligado a iniciar juicios de responsabilidad contra esas autoridades pasivas en perjuicio del patrimonio municipal, incluido contra él mismo por haber dejado pasar todo el trienio pasado sin un requerimiento que interrumpiera la prescripción, como todos sus antecesores.

En un mes y 11 días se cumplen 16 años de la concesión y Galindo Ceballos aún no requiere el pago pendiente. Es decir, está por contribuir a limitar el cobro de la contraprestación a los últimos cuatro años de la concesión por la vía de la prescripción que argumenta.

¿Así o más dadivoso con quien usufructuó un bien de todos los potosinos sin reportarles un solo beneficio?

A ese paso, con su intención de tomar a cuenta la infraestructura de Aguas del Poniente sin respetar la ley y el retraso en el cálculo del adeudo para requerir su pago, prescripciones incluidas, el Ayuntamiento va a terminar debiéndole a la empresa mucho más de lo que ésta tendría que pagar.

“Cuando tengamos esa cifra, se sorprenderán del dato”, dijo Galindo Ceballos como si preparara el terreno para un “¡Qué creen! ¡Nosotros somos quienes le debemos a Aguas del Poniente!”. Huele a corrupción e impunidad.

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