Alejandro Rubín de Celis
Por fin un órgano del Estado mexicano resuelve que Gabino Morales Mendoza incurrió en actos indebidos y que debe ser sancionado por la Secretaría del Bienestar.
La Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió que el superdelegado de Programas Integrales de Desarrollo en San Luis Potosí es responsable, junto con otros superdelegados, subdelegados y Servidores de la Nación, de hacer promoción personalizada en favor del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en lo que constituye una violación al artículo 134 de la Constitución mexicana.
Al parecer, la resolución del TEPJF es independiente de las investigaciones que realiza la Secretaría de la Función Pública (SFP) sobre uso indebido de programas sociales a cargo de varios superdelegados, pues algunas de ellas están relacionadas con la renovación de dirigencias estatales y la del comité nacional de Morena, mientras que la resuelta por el tribunal es producto de una denuncia que presentó en agosto pasado el PRD por promoción personalizada a favor del presidente de México.
La instancia de justicia electoral determinó enviar a la contraloría interna de la Secretaría del Bienestar (SB) y a su titular, María Luis Albores, la resolución “para que determine lo que estime pertinente”. La SB ¿decidirá imponer una sanción ejemplar como proceder a la inhabilitación definitiva de Gabino Morales como delegado en San Luis Potosí o buscará una salida legal menos drástica como la inhabilitación temporal o si acaso una amonestación?
Sea cual sea la decisión que tome dejará en claro hasta dónde llega la voluntad política de AMLO quien se ha comprometido a castigar a los delegados y subdelegados que hayan incurrido en la comisión de delitos relacionados con la entrega de beneficios de los programas sociales.
Lo que en el fondo está en juego es demostrar que realmente se quiere acabar con el clientelismo electoral o permitir que la dádiva condicionada siga siendo parte de la estrategia del poder gubernamental para mantener el control social. De ese tamaño es la decisión que finalmente tome el gobierno de la 4T a través de la Secretaría del Bienestar.
Cuando aún era presidente electo, AMLO salió en defensa de Gabino Morales a pesar de los gritos de “fuera Gabino” y los abucheos que emitían sus detractores en la Plaza de Armas. “Fuera Gabino, no. Gabino es nuestro coordinador aquí, representante del gobierno federal. Le tenemos confianza y ya. Repito: hay que dejar de pelear, hay que hacer a un lado la politiquería, la patria es primero”, diría entonces López Obrador. Hoy, el superdelegado está en el banquillo de los acusados. ¿Intervendrá el presidente para darle una ayudadita y evitar que la sanción sea demasiado severa? Los mexicanos esperan que no.
No son pocas las denuncias de partidos de oposición y de líderes de Morena que desde principios del año pasado han acusado a Gabino Morales de entregar discrecionalmente apoyos sociales con fines clientelares y hasta de actos de corrupción con los que supuestamente ha incurrido en enriquecimiento inexplicable, pero hasta ahora sólo el asunto de la promoción personalizada a favor del presidente de la República ha tenido una repercusión legal trascendente, aunque todavía está en veremos lo relativo a la sanción que habrá de imponer la SB.
Soberbio como ha demostrado ser, el joven político desestimó las acusaciones que se le hicieron por el uso indebido de programas sociales: “Mientras no se compruebe nada, son chismes, dimes y diretes, y ahí no voy a entrar, yo estoy bien con mi trabajo, con lo que desarrollo, y mientras siga cumpliendo, eso nos tiene tranquilos”, dijo a mediados de noviembre pasado. Pero por lo pronto el tribunal electoral ya lo alcanzó.
Gabino Morales no goza de la simpatía de varios grupos al interior de Morena pues además de incurrir en presuntos actos de acoso sexual y violencia política de género ꟷlo que le valió que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena le suspendiera temporalmente sus derechos partidistasꟷ, es señalado por inmiscuirse en decisiones que sólo competen al Congreso del Estado a través de diputados afines de la coalición Juntos Haremos Historia y de hacer negociaciones clandestinas con líderes legislativos de otros partidos, y por involucrarse más allá de lo necesario con los grupos de poder en el estado ꟷlo que demostró en su fiesta de cumpleaños número 30, a donde acudieron lideres partidistas, diputados, funcionarios públicos y otros miembros de la clase política potosinaꟷ.
Gabino Morales ha llegado a ser mencionado como posible candidato a la gubernatura del estado, pero con los negros antecedentes que ha acumulado en los últimos tres años eso se ve poco menos que imposible. Son muchos los enemigos que tiene al interior de Morena en San Luis Potosí y serán los mismos que harán todo lo que esté a su alcance para evitar que sea elegido candidato a la gubernatura, amén de que hay otros tiradores con mayores posibilidades que él.
Tampoco le permitirán que logre la candidatura a otro cargo de elección popular, como pudiera ser una diputación local o una federal. Saben bien del daño que le ha causado a su partido.
Está además por verse la sanción que la SFP pudiera aplicarle a Gabino y a otros suprdelegados, sobre todo porque la Cámara de Diputados ya aprobó como delitos graves que ameritan prisión preventiva oficiosa el uso indebido de programas sociales, algo que incluso hizo notar la secretaria de la Función Pública, Irma Sandoval en su comparecencia en la Cámara Baja en octubre pasado, acerca de los funcionarios investigados.
En fin que Gabino Morales Mendoza se encuentra en una situación sumamente complicada de la que muy difícilmente saldrá airoso y seguramente perderá el escaso capital político que le quedaba.