Por: Antonio González Vázquez.
Este martes es el Día Internacional de la Niña y bien podría ser también el Día de la Alegría, del Amor o de la Sonrisa. La o las niñas son por su propia naturaleza y voluntad, el amor de papá; es bien mirado, un amor inconmensurable que resiste hasta la muerte puesto que la sensibilidad de la mujer desde su niñez, crece y se renueva como las hojas en un árbol.
En México, conforme al artículo 5 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes; son niños y niñas las personas menores de 12 años y adolescentes las personas 12 a 17 años de edad, precisa el Instituto Nacional de Estadísticas Geografía e Informática.
Tengo una niña que hoy es adolescente y la quiero desde que supe que iba a nacer.
Hay niñas y adolescentes que forman parte de la literatura, la historia, del cine o de nuestras vidas. Matilda, entrañable personaje de Roald Dahl o la Alicia del País de las Maravilla de Lewis Carrol o Malala Yousafzai que cuando tenía 14 años desafió a los Talibanes porque quería estudiar.
Pero también La Tucita que en los cincuentas era la niña graciosa y traviesa en las películas de Pedro Infante o Emma Watson como Hermione Granger en Harry Potter o Dakota Fanning como Lucy en I am Sam.
Tengo una niña ha sido gimnasta y taekwuandoina, es lectora inteligente, va en bachillerato y quiere ser doctora para aliviar los males de todos.
Actualmente hay 39 millones 200 mil mexicanas y mexicanos que están en la etapa de la niñez o la adolescencia. El 50.6 por ciento de esa cifra son niñas o adolescentes, lo que supone que el 16.2 por ciento de la población total del país, es de niñas y adolescentes.
El INEGI precisa que de 5 millones 340 mil 695 son niñas menores de cinco años, 7 millones 592 mil 247 se encuentran en un rango de edad de 5 a 11 años y 6 millones 581 mil 314 son adolescentes de 12 a 17 años.
Tengo una niña que ha iluminado mi vida y que seguramente seguirá iluminando lo que me reste de ella.
Pero en México hay también niñas y adolescentes que sufren, puesto que en la realidad violenta de al menos las últimas dos décadas, hay niñas y adolescentes desaparecidas, violadas, usadas con fines sexuales, asesinadas, ejecutadas, secuestradas, agredidas, despreciadas, discriminadas, explotadas.
San Luis Potosí tiene su propia historia negra, tal es el caso del Feminicida de Tamuín, Filiberto Hernández que violó y asesino a niñas inocentes.
Tengo una niña amorosa, alegre, bondadosa, solidaria, comprensiva, fantasiosa, soñadora, aguerrida, noble y a veces, caprichosa.
Algunas niñas víctimas a las que hay que recordar para alimentar nuestra indignación: Adriana Martínez Campuzano de trece años de edad, Dulce Ximena Reyes Rodríguez de nueve años de edad, Itzel Romani Castillo Torres de once años de edad, Rosa María Sánchez González de diez años de edad.
En San Luis Potosí, el 17 por ciento del total de la población, son niñas o adolescentes, la media nacional es de 16.2.
Tengo una niña ya adolescente que me cuida y protege aunque no esté cerca, su presencia es la de un hada de la suerte.
Como resultado de los cambios que experimentan las familias, actualmente el 20.1 por ciento de las niñas y adolescentes viven con su madre, el 2 por ciento viven con su padre y el 7.6 no cohabitan con ninguno de ellos, es decir, viven en casa de familiares.
Las niñas y adolescentes enfrentan muchos peligros durante su desarrollo y una de esas situaciones tiene que ver con la maternidad. En el año 2014, en México ocurrían 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad, pero en 2009 la tasa era de 70 por cada mil, lo que supone un crecimiento grave.
Tengo una niña que me reconforta sin que ella lo sepa, solo es cuestión de decir su nombre para hacerme fuerte
La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014, detalla que poco más de 308 mil (9.6%) de las adolescentes de 15 a 17 años han estado embarazadas alguna vez, y de ellas; 9.8% (30 mil) manifestaron haber tenido algún aborto.
Las adolescentes que declararon estar embarazadas al momento de la entrevista representan 3.1% (103 mil) de las cuales 48.4% afirmaron desear el embarazo.
Tengo una niña ya adolescente, mi heroína, mi ángel de la guarda, mi talismán contra las acechanzas de la muerte.
La Encuesta arrojó que del total de mujeres de 15 a 17 años, 73.8% asiste a la escuela, mientras que de las 103 mil adolescentes que declararon estar embarazadas al momento de la entrevista, solo 13.5% asisten; lo que las coloca en el riesgo de sumarse a la población en condición de rezago educativo.
Si esos datos no fueran especialmente preocupantes, habría que sumar entonces el hecho de que en 2015, 198 mil niñas y adolescentes ya habían sido madres.
Tengo una niña ya adolescente que siendo frágil es más fuerte, que siendo fuerte es más femenina y que siendo femenina es una chica empoderada de si misma.
Por si fuera poco, datos del Módulo de Trabajo Infantil 2015 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, muestran que 2.4 millones de niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años realizan alguna actividad económica. De estos 747 mil son mujeres.
En 2015 de las 747 mil niñas y adolescentes de 5 a 17 años ocupadas, 35 mil no asistían a la escuela. Las principales razones por lo que dejaron de asistir fueron: 33.9%, por falta de interés, aptitud o requisitos para entrar a la escuela; 21.9% por tener que trabajar y 19.2% por falta de recursos económicos.
Tengo una niña transformada en una hermosa adolescente que sueña en algo superior y que para eso, se prepara todos los días.
El panorama para miles de niñas ha sido sombrío, lo deseable es que el presente y futuro para ellas sea más bien mágico y promisorio. Las instituciones públicas y la sociedad tendrían mucho que hacer en ese sentido, por supuesto, empezando por la familia. De cualquier modo, Feliz Día de las Niña y ¡que Vivan las Niñas!