¿Quién dijo que es lunes?

Precisamos de un astrolabio.

Por Leonel Serrato Sánchez

Los espacios de libertad en los medios de comunicación han sido siempre limitados, no necesariamente por el ejercicio de una censura desde el poder, sino que las más de las veces por la autocensura de quienes hacen periodismo.

El periodismo, en cualesquiera de sus expresiones, es a la sociedad como la sangre a un organismo animal, porque no sólo transporta los nutrientes indispensables para la vida, sino también el oxígeno y los anticuerpos, así como sirve de vehículo para que se desechen los elementos tóxicos.

Hoy en Astrolabio Diario Digital se hace periodismo de una gran calidad, con la agudeza para la identificación de las noticias que sacuden a la comunidad, y con un inmenso trabajo de investigación, que hace que lo meramente noticioso trascienda y se convierta en paradigmático.

La visión de varios jóvenes empresarios potosinos logró anticiparse al modelo de comunicación que será el estándar en los próximos años, acorde a una nueva generación que gusta de un modo de comunicación interactivo, transversal, en el que el medio y la noticia sean objeto de debate, y las opiniones sean cuestionadas.

Al poder, en cualesquiera de sus expresiones, sean los legalmente instituidos, los factores reales del mismo, e incluso –y cada día peligrosamente más– los poderes fácticos y criminales, les disgusta la expresión libre, les incomoda la difusión de la verdad y les asusta que las personas opinemos.

Astrolabio Diario Digital se ha lanzado al ruedo con la poderosa pluma de sus reporteros, y ha sacudido el bienestar de propios y extraños, bajo la premisa que ha caracterizado durante toda su vida a multipremiados periodistas como Juan Antonio González, Eduardo Delgado y Victoriano Martínez, y ha dado cobijo como opinadores a ciudadanos de a pie que se han revelado como indispensables a la hora de intentar recuperar puntos de vista para formar nuestra visión del día a día.

Ciertamente son varios los talentosos seres humanos que hacen posible que la Internet se ocupe de temas que la frivolidad desplaza en otros espacios, y centra su atención en los puntos espinosos, y Astrolabio Diario Digital reúne a muchos.

Sin tener los merecimientos de esos grandes periodistas, ni las dotes de los demás hacedores de Astrolabio Diario Digital, me siento muy honrado de formar parte de sus colaboradores.

Aunque periodísticamente se denomina “columna” a la publicación en forma periódica, y en el mismo espacio, de un artículo de opinión, eso me colocaría en un umbral al que no puedo ni debo acceder porque pertenece a los profesionales del periodismo, por eso me siento obligado a establecer que soy sólo un colaborador empírico que mucho agradece el espacio en un medio tan absolutamente comprometido con el periodismo, sin dobleces ni intereses malsanos o inconfesables.

Quizás muchos no estemos de acuerdo con lo publicado en Astrolabio Diario Digital sobre algunos temas, de los que me permitiré discrepar en su momento, pero eso lejos de ser motivo de reyerta lo es de satisfacción, porque lo importante es que los asuntos se conozcan, se discutan y se valoren en las muchas dimensiones que tiene la sociedad, y que algunos medios no lo hacen, por negocio, por temor o simplemente por quedar bien, aunque nadie les tire un lazo.

La opinión es de quien la emite, y refleja exclusivamente lo que uno piensa, desde luego que estará llena de nuestros propios juicios, y para bien o para mal, será el resultado de nuestras taras y limitaciones, pero quizás alguien la comparta, o le sirva de punto de partida para establecer la suya propia que sea diametralmente opuesta.

En los tiempos oscuros, como suele suceder en las guerras, la primera víctima es la verdad y tras de ella la libertad, y precisamente para la oscuridad es que se inventó el astrolabio, para que los marinos usaran referentes inmutables para orientarse; en nuestro país, tan convulso, tan lastimado, tan lleno de miedo y tan confundido, un referente para conservar la mira se torna indispensable; en nuestro San Luis, tan obnubilado con el espejismo del desarrollo económico, tan confundido con liderazgos que parecen populares y no queda claro a qué intereses representan, con partidos políticos tan extraviados que ya no son capaces de reconocerse cuando se ven al espejo, con líderes empresariales o sociales que ya no tienen idea de a quién representan; créame, un astrolabio se vuelve una exigencia.

¿Quién le dice a un gobernante sonriente que no, que el estado actual de inseguridad, las decenas de personas asesinadas, los centenares de asaltos a mano armada, las miles de víctimas de extorsión, desaparición forzada, secuestros, feminicidios, trata de personas, robos a casa habitación y a negocios no son un resultado “de diez” para su policía?

¿Dónde se le reclama a los jueces que fomentan la impunidad, fascinados de revisar papeles y lejanos de la gente?

¿Quién denuncia la destrucción de la representación popular a manos de diputados que deshonran su cargo, contaminan la percepción de la gente sobre el verdadero quehacer de un representante popular, y destazan cual animal en canal la integridad de un pueblo con la exhibición de su ignorancia?

¿Quién le dice a un político agrandado que comprar medicinas sin la más mínima transparencia no es un acto de empoderamiento de la gente pobre, sino un acto de desprecio por la ley y por el pueblo?

¿A dónde se queja uno de que una empleada pública de medio pelo y pocas capacidades gane el doble del máximo permitido por la ley, sólo porque goza de la amistad de sus superiores, o la complicidad ignorante de sus auditores?

¿A quién recurre un empresario o comerciante cuando se siente víctima de la voracidad fiscal de municipios y Estado?

¿A quién recurrimos cuando sospechamos que las tesorerías municipales sirven como inmensas e impunes lavadoras de dinero tinto de la sangre derramada por el crimen organizado?

Se precisa un astrolabio para encontrar el lugar en el que están esas respuestas, y al mismo tiempo una guía ética para distinguir las verdaderas de las que son meros sofismas.

¿Al opinar tenemos interés en lo que abordamos? Desde luego que sí, pero yo me comprometo con Usted a que ese interés será siempre limpio, y a, que cuando opine sobre un tema controversial en el que Usted no esté de acuerdo, o haya cometido errores en mis apreciaciones, aguantaré vara cuando me lo reconvenga.

En esta semana, varios temas sonarán en Pueblo Quieto, le encargo estos siete; si puede, envíeme su opinión.

  • Los motivos para rezar en materia de seguridad pública. Hagamos un grupo de oración.
  • Los “descuentos” que hace la Secretaría de Finanzas. ¿Para qué quieren el dinero?
  • El debate sobre Uber. ¿Por qué la gente prefiere viajar en taxi?
  • La disputa al interior del Partido Acción Nacional potosino. ¿Todos contra todos o contra quién?
  • Las acusaciones en contra del consejero de la Judicatura Carlos Alejandro Ponce Rodríguez. Apuesto a que “Meche” Ponce es inocente.
  • El machismo y la magistrada Yolanda Pedroza Reyes. ¿Qué medidas pueden tomarse?
  • La sonrisa de Juan Manuel Carreras López. ¿De qué se ríe el Gobernador?

 

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