Ciudad de México (26 de julio de 2016).- A 59 kilómetros de la capital del estado, el Pueblo Mágico Real de Asientos ofrece a los visitantes paisajes mineros, fachadas de cantera rosa y un museo de naturaleza viva durante este verano.
De acuerdo con información de la Secretaría de Turismo estatal, Real de Asientos cuenta con edificaciones que datan de 1548 y “en sus rincones se guardan tesoros históricos y culturales”.
Entre sus edificaciones destacan la parroquia principal, la Casa Larrañaga, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y la Casa del Minero, en donde se puede apreciar el trabajo de cantera y herrería en puertas y ventanas.
Esta localidad se incorporó al programa Pueblos Mágicos en 2006 y se trata de un pueblo pequeño de origen minero con mucha historia, que conserva muestras de arquitectura y arte virreinales, jardines y un invernadero.
Real de Asientos se fundó en 1548, 27 años antes de la capital del estado. La alfarería tradicional de barro es la artesanía local, presente en cántaros, macetas, ollas, jarrones y ceniceros, así como los trabajos de cantera rosada que abundan en construcciones de la región.
La parroquia de Nuestra Señora de Belén es uno de los principales atractivos del lugar, ubicada frente al jardín principal, en cuya pinacoteca hay una interesante colección de arte virreinal, además del acueducto de Asientos, construido a finales del siglo XVIII para filtrar el agua y evitar inundaciones.
Los platillos típicos del lugar son el conejo a la chichimeca, preparado con chile y especias, las gorditas de requesón, frijol y chicharrón, y los dulces de guayaba. Es posible visitar el lugar en “El Piojito” un tren turístico que recorre sitios como la Casa Larrañaga, casona del siglo XVII perteneciente a uno de los fundadores de Asientos, Gaspar Benito de Larrañaga, empresario minero que formó parte de la consolidación del lugar; el santuario de Guadalupe, la Casa del Minero y el ex convento del Señor de Tepozán.
Son varios los eventos que se celebran en este poblado, como el Festival de Ogarrio, del 27 de marzo al 2 de abril, en el que los habitantes usan ropa del siglo XIX para celebrar el túnel que se inauguró en 1901.
Además las fiestas religiosas de San Francisco de Asís en los primeros días de octubre, con miles de peregrinos; la fiesta de Nuestra Señora de Belén, en enero; las del Señor de Tepozán en julio, con verbenas populares y actividades religiosas, y el Día del Minero, el 11 de julio.
Fuente: 20 Minutos.