Antonio González Vázquez
El viernes cuatro de mayo, Luis Antonio Mahbub Sarquis, candidato al Senado por el Partido Revolucionario Institucional hizo proselitismo en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Lo invitaron a dar una conferencia sobre economía en la Aula Magna y resultó que su exposición fue toda una presentación de su perfil con toda la parafernalia de campaña.
El empresario es candidato a Senador y anda en plena campaña en busca del voto de los ciudadanos; sería ridículo negarlo. En la Facultad de Derecho, estudiantes, maestros y directivos sabían que Luis Antonio Mahbub era candidato a un cargo de elección popular.
Por supuesto, el caso molestó en rectoría donde guardan celosamente con escudos en forma de bolitas de naftalina a la llamada autonomía.
Ayer, en las escuelas y facultades de la UASLP, por mandato rectoral, se giró sendo oficio a todos los docentes para que lo cumplan a cabalidad. La circular distribuida entre la comunidad de maestros (para que a nadie se le vuelva a ocurrir a meter candidatos o políticos al sagrado suelo universitario), dice así.
“Estimados miembros de esta comunidad.
La observancia de nuestro estatuto orgánico, los reglamentos y acuerdos de Consejo Directivo, se traduce en el alto grado de responsabilidad de los miembros de nuestra comunidad universitaria.
Por ello, se les recuerda que el estatuto orgánico en su artículo 5°, señala que por ningún motivo la Universidad como institución, ni sus dependencias, ni sus representantes como tales, podrá tener actividades de política militante partidista o electoral dentro de sus recintos.
Es importante destacar los principios establecidos en el Código de Ética de la UASLP, su alcance y objetivos para evitar con ello faltas a sus normas, que pongan en riesgo a la institución.
Agradezco su atención”.
La circular es un recordatorio pero al mismo tiempo una advertencia.
Mientras que en universidades privadas e instituciones de educación superior de primer nivel (que acaparan los primeros Rankings de calidad) sus estudiantes reciben la vista de candidatos, en las públicas se continúa viviendo en tiempos de las cavernas.
La actitud universitaria empezando por la de Manuel Fermín Villar Rubio es tan comodina como retardataria: que no entren a la Universidad, pero cuando ganen, los vamos a visitar para pedirles dinero.
