Reflejos silentes

Óscar G. Chávez

No intrascendente, pero sí el menos trascendente de cuantos problemas enfrenta la ciudad de San Luis Potosí es el de la Procesión del Silencio, o al menos es lo que pienso. Antes que ésta se encuentran la problemática del agua, de la inseguridad, del abandono integral del centro histórico, y del desinterés absoluto en lo que concierne a cualquier acto de gobierno de la administración estatal. Podríamos seguir buscando y mencionando, pero al final todos redundan en aquel menos trascendente, la muy –en estos días– mentada Procesión.

No es exageración afirmar que todo gira en torno a ésta, y eso mismo se ha utilizado como pretexto perfecto para desviar la atención de esos otros aspectos. Pero, imaginemos, ¿qué sería de este evento si colapsara completamente el sistema de abastecimiento de agua?, ¿qué ocurriría si la inseguridad incrementara a tope en los días previos y en el propio del evento?, ¿cómo se realizaría la Procesión de estar más deteriorado el centro histórico?

Esto nadie lo cuestiona (aunque en realidad de un tiempo para acá, nadie cuestiona lo que sea), todos parecen más atentos al desenlace del pleito quintopatiero que libran en la palestra de lo mediático la asociación civil Tradiciones Potosinas y un buen número de las cofradías que participan en esta procesión. El pleito, sobra decirlo, fue generado y auspiciado por gobierno del estado representado por la secretaría de Cultura; la sentencia “divide y vencerás” no tuvo mejor ejemplificación.

Si bien, periodistas, opinólogos y algunos miembros de la sociedad civil han dado seguimiento al asunto, de esta última nadie ha expresado desacuerdo con o cuestionado las formas de actuar de la instancia encargada de proteger y fomentar las manifestaciones culturales propias del estado, sobre todo ésta que hace varios años fue declarada parte del patrimonio cultural de los potosinos (debo señalar que me parecen bastante ociosas y hasta ridículas las categorías de tangible e intangible).

Rectifico, dentro de la sociedad civil dos agrupaciones expresaron mediante un desplegado una certera crítica al actuar en general de la sociedad potosina frente a la problemática (aparentemente ya zanjada) del gran evento de Semana Santa, se trata del Frente Ciudadano Anticorrupción y el Frente Cívico Potosino.

Al margen de la filiación partidista o política que se le pudiera dar, en el referido texto no sólo hacen notar la apatía de la sociedad en general sino también el contubernio, por sumisión, que ésta sostiene con el aparato gubernamental en tanto que “quienes en lo privado expresan su rechazo a los avasallamientos gallardistas no sean capaces de actuar en consecuencia y, en casos como el de la Procesión del Silencio, no hayan apoyado e impulsado a la asociación Tradiciones Potosinas para proteger la esencia de la ceremonia, cuya principal razón de ser tiene origen en motivos religiosos que, por su naturaleza, están muy lejos de buscar “el mayor prestigio”, y mucho menos mundial”.

Así (mientras el arzobispado llama un día a cuidar la esencia de la procesión y al siguiente a colaborar con las instancias necesarias para no ponerla en riesgo, la dirigente del PAN señala que la perversa intromisión de la secretaría de Cultura no rompe con el principio de laicidad, los grupos empresariales aplauden que se quiera desplazar a la procesión de Sevilla por capricho de un gobernador acomplejado y una confrontación pone en riesgo este evento en el que la secretaria mustia asegura no tener nada que verel asunto se manifiesta como un reflejo de la problemática real que aqueja a San Luis; no hay mejor ejemplo: el gobernador visualiza un posible botín y a través de sus diversos testaferros desarticula, ya sea mediante el dinero o el ofrecimiento de canonjías, cualquier oposición a sus intereses; el resto de la sociedad, por muchas críticas que exprese a sus espaldas, no tendrá el suficiente valor (con todo y que en el membrete  digan llevarlo) para enfrentársele, sólo se concretan a asentir y aplaudir. La sumisión también reditúa.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio. 

Skip to content