Por Alejandro Rubín de Celis
Finalmente Xavier Nava Palacios renunció a ser candidato independiente y prefirió busca la postulación a la presidencia municipal de San Luis Potosí por la coalición PAN-MC.
El diputado federal externo del PRD enfrenta resistencias de dirigentes y militantes del PAN que se pronuncian por un candidato propio surgido de las filas de ese partido. Es el caso del presidente del Comité Municipal panista en la capital del estado, Maximino Jasso y de aspirantes como Sonia Mendoza y Jalil Chalita que así lo han demandado ─eso sin contar con la posibilidad, aunque remota, de que el PAN local acabe por apoyar a Ricardo Gallardo Juárez presionado por la dirigencia nacional que ha concretado una coalición también con el PRD en varios estados y municipios y a nivel federal─.
Xavier era muy joven pero tenía la edad suficiente para registrar y hacer consciente la lucha que dio la Coalición Democrática Potosina en la elección de gobernador de 1991 y que encabezó su abuelo, Salvador Nava Martínez. Seguramente recuerda que después de la resistencia civil que emprendieron ciudadanos por la defensa del voto y que derivó en la renuncia del ex gobernador Fausto Zapata Loredo, PAN, PRD, el Partido Demócrata Mexicano (PDM) y el Frente Cívico Potosino (FCP) acordaron impulsar una reforma electoral de fondo como condición para participar en las elecciones municipales de diciembre de ese año, basada en la genuina ciudadanización de los organismos electorales.
No podrá olvidar que un mes antes de las elecciones municipales ─el 30 de octubre de 1991─ PAN, PRD y PDM renunciaron a participar en esos comicios mediante un documento firmado por sus dirigentes estatales y entregado a la autoridad electoral, bajo el argumento de que no había condiciones para una elección limpia dado el control que ejercía el gobierno sobre el Consejo Estatal Electoral, y que en ese documento iba la rúbrica de Mario Leal Campos ─hasta ese momento dirigente estatal del PAN y aspirante a la alcaldía de la capital─ uno de los panistas que ahora impulsa su candidatura.
Nava Palacios recordará que esa misma noche Luis H. Álvarez, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN decidió que su partido sí participaría en las elecciones, lo que motivó el rompimiento del doctor Nava con la dirigencia nacional panista. Sabrá que ─para sorpresa de propios y extraños y a pesar de que siempre condicionó su candidatura a una profunda reforma electoral─, unos días después de la firma de ese documento Mario Leal aceptó formalmente ser candidato del PAN a la alcaldía de la capital, cargo que ganó en las urnas pero que a punto estuvo de perder por un fraude electoral a falta de reglas claras que respetaran la voluntad popular.
Tendrá claro que panistas que en ese entonces dieron la espalda a una lucha democrática como Alejandro Zapata Perogordo, Miguel Martínez Mireles, Francisco Xavier Salazar Sáenz, Antonio Herrán Cabrera y el propio Mario Leal Campos, son algunos de los que ahora están impulsando su candidatura. Se trata de un grupo de panistas que en otro tiempo ─los años 80 y 90─ tuvo el control de su partido a nivel estatal, y que algunos de ellos, después del lamentable episodio de 1991, ocuparon cargos públicos de alto nivel en un régimen antidemocrático ─alternado entre PRI y PAN en el ámbito federal─. Alejandro Zapata fue secretario general del Ayuntamiento de San Luis Potosí, alcalde de la capital, diputado federal y senador; Francisco Xavier Salazar Sáenz fue diputado federal y titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social ─cargo en el que se le responsabiliza indirectamente por la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos─; y Mario Leal Campos fue alcalde de San Luis Potosí, diputado local, cónsul de México en Macao y Hong Kong, y embajador de México en Chile.
¿Qué espera de ellos Xavier Nava Palacios? ¿Lealtad y apego a un proyecto democrático como el que afirma él encabezará? ¿Puede asegurar Xavier Nava que estos personajes tienen hoy una auténtica convicción democrática cuando no la tuvieron en el pasado?
Y, del otro lado, ¿qué le pedirán a cambio estos panistas de viejo cuño ─y otros de más reciente hechura como el pragmático Pedro Pablo Cepeda Sierra─ en el remoto caso de que gane la presidencia municipal? ¿Será cierto que lo apoyan porque coincide con principios del panismo y con valores democráticos y porque es el mejor candidato para vencer a su seguro contendiente Ricardo Gallardo Juárez, o porque buscan recuperar espacios de poder y privilegios con su reincorporación a puestos públicos?
Xavier Nava debe tener mucho cuidado de quiénes se rodea si es que en verdad pretende encabezar un gobierno democrático ─más allá del discurso─ en la difícil empresa de ganar la elección municipal.