California, Estados Unidos (28 de noviembre de 2016).- Una organización especializada en monitorear grupos extremistas en Estados Unidos registra un promedio de cien delitos racistas diarios en el país a partir de que el presidente electo, Donald Trump, ganó la elección presidencial.
El Centro Legal Sureño para la Pobreza destacó que desde el 9 de noviembre, el día siguiente de la elección, registró en promedio un acto de racismo y discriminación en promedio cada 15 minutos.
El presidente de la organización, Richard Cohen, dijo que las cifras se actualizan a ese ritmo en todo el país.
“Se presentan en todas partes, en escuelas, en tiendas, en las calles”, dijo Cohen.
El presidente electo refirió en una entrevista con la cadena CBS sentirse triste por el cúmulo de agresiones y, mientras miraba a la cámara, ordenó a sus seguidores detenerse, pero los actos continúan.
Las autoridades definen como “crímenes de odio” las agresiones basada en diferencias raciales, como los actos vandálicos a la propiedad y ofensa a las personas. Han encontrado incidentes repetitivos, como swásticas pintadas con aerosol en vehículos junto con el apellido del presidente electo.
Una regidora de Los Ángeles, Hilda Solís, dijo que en la ciudad de Azusa una mujer empujaba una carriola con su bebé cuando de pronto un hombre canoso se le aproximó en una pickup, bajó y le gritó “vete de mi país… ustedes mexicanos infectan mi tierra” y le arrojó a la mujer soda que llevaba en un vaso desechable antes de marcharse mientras seguía con los gritos.
Solís, hija de madre salvadoreña y padre mexicano, recibe queja de las comunidades centroamericana y mexicana que le tienen confianza por sentirla cercana, por lo que está más enterada de esos incidentes.
“La gente está siendo blanco de agresiones por su apariencia, grupo étnico, raza, religión, idioma y origen”, explicó la regidora, “tenemos que ponernos de pie y hablar al unísono contra estos actos de abuso, discriminación y violencia racial”.
Las constantes son similares aunque no exclusivas: los agresores son personas anglosajonas, la víctimas son todos los demás residentes distintos a ese grupo étnico.
De acuerdo con estadísticas oficiales de la Oficina de Investigaciones Federales (FBI) los crímenes de odio incrementaron en un siete por ciento en el 2015, pero los dirigidos contra musulmanes en particular aumentaron en 37 por ciento, y este año se han disparado.
En la Universidad Estatal en San Diego una joven estudiante se dirigía a su vehículo cuando tres sujetos la atacaron por la espalda. Uno de ellos la pateo de forma que la joven, que cubría su cabeza con un hijab, cayó de bruces. La insultaban por su religión y repetían el apellido del presidente electo. Le quitaron su mochila, su bolso de mano, las llaves de su auto y huyeron.
La joven caminó hasta el comando de la policía universitaria y regresó con agentes en una patrulla, pero para entonces su auto había desaparecido junto con los atacantes, todos anglosajones.
Lo que la policía encontró fue una swástica pintada en el muro de una parada de autobús junto con la frase “Heil Trump”.
La Unión Americana de Libertades Civiles llamó a toda la comunidad a unirse en rechazo a agresiones a los musulmanes y contra cualquier otro grupo étnico, religioso o de preferencia sexual.
En Los Ángeles el procurador de distrito, Mike Feuer, declaró en inglés y en español que quien cometa delitos con base en diferencias de raza, culto o elección sexual será encontrado y procesado judicialmente.
“Las víctimas de delitos de odio deben saber que los vamos a proteger”, dijo Feuer. Y el jefe de policía, Charlie Beck, aseguró que su departamento va a detener a quienes cometan delitos de odio.
En nueva York el alcalde Bill de Blasio prometió que su administración “usará todas las herramientas de que dispone para defender. Si quieren obligar a los musulmanes a usar distintivos, actuaremos legalmente para impedirlo; y si el gobierno federal quiere que nuestra policía participe en separar familias inmigrantes, nos negaremos”.
De Blasio dijo que si de Nueva York quieren deportar, el cabildo de gobierno proporcionará los abogados que necesiten para defender “a estas familias neoyorquinas”.
El gobernador Mario Cuomo ordenó por su parte que el estado de Nueva York integre con subprocuradores y miembros de la comisión de derechos humanos un equipo especial que desde ahora investigue y sancione “todos los crímenes de odio, con plena aplicación de la ley”.
Pero Heidi Beirich, la investigadora del Centro Legal Sureño para la Pobreza especialista en grupos extremistas, explicó que mientras el presidente electo no condene los actos racistas, van a continuar.
“Mientras más tarde en condenar estos actos, más se presentan”, explicó Beirich.
Básicamente todas las organizaciones de derechos civiles, humanos y de inmigrantes han condenado los actos racistas y, aunque con variaciones, pedido al presidente electo que condene los delitos de odio.
Hasta ahora nadie responsabiliza directamente a la coalición autodenominada Alt-Right por los actos. El nombre es una contracción de “alternativa de derecha” que aglutina a todos los grupos neonazis, del Ku Klux Klan, al Movimiento Nacional Socialista, grupos evangélicos, la Nación Aria, la Resistencia Blanca Aria y otras organizaciones supremacistas blancas, es decir que suponen que el tono claro en la piel fuera sinónimo de superioridad.
El profesor George Michael, de la Universidad Estatal Westfield, opina que un distanciamiento del presidente electo con el movimiento de Alt-Right puede ser más difícil de lo que parece.
La alternativa de derecha consiguió que Trump ganara en las elecciones en algunos estados y el director de la plataforma de redes sociales y web que representa a Alt-Right colaboró como parte de la campaña de Trump a la presidencia. Ahora el director de esa plataforma, Stephen Bannon, fue elegido pro Trump como asesor oficial.
Mientras que miles de abogados reúnen firmas en contra del nombramiento de Bannon, Alt- Right ya tuvo su primera reunión en Washington, en la que algunos de sus integrantes saludaban el triunfo de Trump con el brazo en alto como lo hacían lo nazis en Alemania.
Tres cenros islámicos en California recibieron cartas con amenazas de genocidio de musulmanes y referencias a Donald Trump. reportó este domingo el Centro de Relaciones Islámicas Estadounidenses.
Fuente: Excélsior. (Por Manuel Ocaño)