Antonio González Vázquez y Eduardo Delgado
Es probable que el “trabajito” le fue encomendado a un sicario “principiante”, que se puso algo nervioso y su disparo contra Juan Manuel Velázquez, El Fammyto, se desvió a unos cuatro metros de distancia de su objetivo, sin embargo con teatralidad ensayada, el panista dijo en tono entre trágico y cursi: “Intentaron matarme”.
Con el remedo de convicción de cualquiera de los actores del “Big Brother”,“reality show” transmitido hace años en México, garantizó que aquello no fue un invento. Nomás le falto hacer la señal de la cruz con la mano, colocarla frente a su boca para besarla y soltar ante un grupo de reporteros: “Por Diosito santo”.
Así, con el semblante de quien está en un sepelio, el candidato Velázquez se dijo víctima de una agresión, de un intento de asesinato. Su única culpa, querer lo mejor para cada uno de los soledenses. Es que es un demócrata por donde quiera que se le vea y por tanto, es un peligro mayor al que despierta Andrés Manuel López Obrador.
Arropado por sus escoltas dijo una y otra vez que su vida corre peligro, pero que no tiene miedo y está dispuesto sacrificar su vida en aras de echar de la presidencia a los criminales: a los Gallardo. ¿Por qué?.., porque Soledad es mi sueño, diría como si fuera un iluminado.
Héctor Mendizábal siguió con puntualidad el acento histriónico del candidato y dio rienda suelta a augurios apocalípticos: se activado la alerta roja en Soledad, declaró como un profeta que anuncia maldiciones divinas. A más de uno le hizo recordar Juan José Benavides, personaje de la teleserie “Las Infames”, producida por Argos, de Epigmenio Ibarra.
Compungido y demacrado, para lo que evito afeitarse, el presidente del PAN clamó por el voto de los ciudadanos libres para que rescaten a Soledad de las maléficas, perversas y sucias manos de los Gallardo.
Mientras que nadie era capaz de explicar cómo ocurrió el presunto atentado ni a razón de qué se dice que atentaron contra la vida del candidato, el vocero de blanquiazul, Enrique Flores Flores, le cedió cámaras y micrófonos a Pepe Toño, líder del PAN en la capital. “Para no desviar el motivo de la rueda de prensa”, esgrimió.
Zapata Meraz lanzó consabidas consignas contra la plaga de los Gallardo y el PRD. Son un peligro, advirtió como apelando a que la ciudad se vea libre de la maldad y el pecado.
“Quiero hacer del conocimiento público que hago responsables de lo que me pase a mi o mi familia a Mauricio Ordaz, José Luis Fernández y Gilberto Hernández, así como a Ricardo Gallardo, que está detrás del atentado”, declaró valeroso. Ello enseguida de que identifico a su agresor como agente activo de la policía soledense. “En la política se gana con votos no con balas”, remató el script.
Con actitud fingida, durante la rueda de prensa, repitió una y otra vez que iban por él, que lo querían matar y Velázquez superó, con creces, a cualquier mártir de la democracia que le pongan enfrente. Casi llevado hasta las lágrimas, exigió que renuncien los autores intelectuales del atentado.
Entrevistado al termino de la conferencia de prensa aseveró: “Estas no son simulaciones; todavía antier un grupo de diez personas destrozaron a batazos uno de los vehículos de los compañeros y fue agredido un domicilio”. Enunció como si rezase el Padre Nuestro.
Del incidente explicó que él estaba a bordo de su coche, atendiendo unas llamadas, cuando vio que paso un automóvil “de manera muy sospechosa; en eso veo correr a unas personas de mi equipo de seguridad y también escucho la detonación y veo al hombre que está muy cerca de mí”, narró con un dejo de tono ensayado.
Dijo ignorar dónde impacto el proyectil pero aseguró que el disparo fue dirigido a su persona, pero para su fortuna impactó a unos cuatro metros de distancia.
Lo que podría haber sido porque el agresor “pudo haberse puesto nervioso o a lo mejor el tiro pudo haberse ido por otro lado”, justificó. “Bendito sea Dios no alcanzo a acercarse”, añadió.
Como si no supiese que las autoridades no van a mover ni un dedo para indagar nada, “El Fammyto” las responsabilizó de averiguar la razón del nerviosismo del individuo que le intento asesinar, precisamente a unos días a de la jornada electoral.
- ¿Entonces no es un invento?
- ¡Noooo!. Ojala y hubiese sido un invento; lo que estamos viviendo en Soledad es algo real. Es un clima de inseguridad complicado.
Lo curioso del caso, es que a la misma hora, pero en la Posada del Virrey, en el Centro Histórico de la ciudad, los del PRD contaban el mismo cuento pero al revés.
En la sede estatal del PAN, a lo que asistimos no fue a una rueda de prensa, sino a la puesta en escena de una obra chafa, que bien se le podría titular “La Risa en Elecciones II”.