Por Victoriano Martínez
A pesar del intento de boicot por parte de autoridades estatales y municipales, el Segundo Festival Sierra de San Miguelito cumplió su cometido: por un lado, alertar sobre los riesgos de no proteger adecuadamente el Área de Protección de Flora y Fauna y de insistir en la depredación inmobiliaria, en tanto que, por el otro, exponer aspectos productivos sustentables ya en marcha.
El mayor riesgo para la Sierra de San Miguelito lo representa el atractivo margen de utilidad desproporcionada por su urbanización que tiene como base el despojo que representa apropiarse de tierras ejidales y comunales a precios irrisorios para comercializarlos multiplicados por cientos, y hasta miles.
Un incentivo de lucro desproporcionado que no sólo involucra a quien hace el negocio, sino que permea hacia las autoridades que lo permiten, en un esquema en el que se pierden de vista los servicios ambientales que presta la APFF, y se encaminan presuntas soluciones a problemas como el del abasto de agua potable sin considerar los efectos negativos para el ecosistema.
Adolfo Rojano Guido presentó la conferencia “Importancia de la conservación de la Sierra de San Miguelito: Una mirada geológica e hidrológica”, de la que se puede concluir que el programa emergente para enfrentar la crisis hídrica, con la extracción de más agua del subsuelo como solución, no considera los efectos de la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
Una sobreexplotación que debió ser acompañada de medidas de protección para las zonas de la Sierra de San Miguelito que son consideradas como áreas de recarga y que en la ciudad provoca la ampliación o aparición de fallas geológicas.
Una protección a las áreas de recarga que tiene que ver con la ausencia de programas para la recuperación de grandes extensiones quemadas en las zonas más inhóspitas de la Sierra y con la invasión de concreto en zonas residenciales pioneras de la depredación que hoy busca su expansión.
Una expansión cuyo efecto negativo quedó de manifiesto en una exposición fotográfica que da cuenta de la forma en que la biodiversidad de la APFF se va perdiendo: se afectan los árboles, se aleja la lluvia y se reduce la fauna.
En 2019, los incendios que captaron la atención sobre los riesgos que enfrenta la Sierra de San Miguelito contribuyeron a que se impulsara como Área Natural Protegida (ANP) federal, pero poco han hecho los gobiernos locales para recuperar esas zonas boscosas.
Antes que generar un proyecto de reforestación con todos los lineamientos para una ANP y como respuesta a aquella afectación, el ayuntamiento de San Luis Potosí arrancó el programa “Pulmones urbanos: un potosino, un árbol” con más sentido propagandístico que de una genuina intención de contribuir a recuperar la flora en la APFF.
Mejor visión tuvo un grupo de estudiantes del Colegio Internacional Terranova con un proyecto de reforestación para ayudar a regenerar la Sierra de San Miguelito, tras el incendio que sufriera en mayo de 2019, que afectó casi 12 mil hectáreas que llamaron “Foresta vivero”, y ganó entre 1800 participantes de 80 países el concurso “Slingshot challenge – Videos for change”.
La gente que vive en la APFF exhibió durante el Segundo Festival otras acciones a favor de la Sierra, como es el caso de las brigadas para vigilar con la intención de prevenir incendios que ya funcionan en varias comunidades y ejidos, además de grupos que trabajan en la conservación del agua y el suelo, así como en la restauración de entornos contaminados.
También se mostraron proyectos productivos relacionados con desarrollar fertilizantes naturales (bioinsumos), productos apícolas y productos de higiene elaborados con plantas naturales, además de producir variedades de maíz natural de la zona como los canelo, negro, blanco y sangre de cristo).
La presencia de ejidatarios y comuneros de los cuatro municipios que abarca la Sierra de San Miguelito dio cuenta de la forma en que los habitantes del Área de Protección de Flora y Fauna cada vez más se apropian del compromiso de proteger y defender con sentido ambiental su territorio.
La ausencia de las autoridades estatales y municipales, que en dos años seguidos han tratado de boicotear estas expresiones, sólo exhiben que sus esporádicas y descontextualizadas declaraciones en favor de la Sierra de San Miguelito son menos que palabras, pues sus acciones y omisiones claramente se oponen al APFF.
Comuneros, ejidatarios, investigadores, activistas como los Guardianes de la Sierra de San Miguelito, autoridades federales involucradas en la protección ambiental y demás participantes en el Festival mostraron lo que se ha logrado y el potencial que tiene esa área.
¡Lo que se podría lograr, y con mayor rapidez, si las autoridades estatales y municipales adoptaran un compromiso real y dejaran de atender los intereses de los depredadores inmobiliarios e industriales!