Sandford Fleming, el hombre que sincronizó al mundo

Sin la invención del ferrocarril, sir Sandford Fleming jamás habría concebido el horario universal para resolver lo que hasta fines del siglo XIX era un caos.

El 22 de julio se cumplirá el primer centenario de la muerte de Fleming, escocés emigrado a Canadá, en un mundo donde a partir de su creación se hizo posible tener un punto de referencia único para medir los días y sincronizar horarios alrededor del mundo.

Fleming, un ingeniero, topógrafo e inventor nacido en Escocia, pero que llegó a Canadá a los 17 años, fue también el primer proponente de la construcción de un ferrocarril que atravesara Canadá del Océano Atlántico al Pacífico; diseñó además la primera estampilla postal canadiense y participó en la fundación de varias instituciones educativas y académicas en ese país.

Pero más que nada se le recuerda por la concepción de los Husos Horarios.

El famoso jet lag que padecemos cada vez que somos transportados, en unas cuantas horas, de un país donde la gente duerme a otro país donde la gente apenas se está despertando, no existía como tal en tiempos de Fleming. De hecho, nadie se veía en la necesidad de cambiar la hora de su reloj para ajustarla al horario de un sitio distante.

Lo que sí había era un caos monumental en la medición del tiempo de las distintas ciudades interconectadas por un ferrocarril, porque cada una de esas ciudades medía localmente su tiempo tomando como referencia la luz del sol.

Ese método –o más bien su falta– provocaba diferencias de hasta más de tres horas entre una y otra localidad. Y a eso se agrega que el tiempo se contaba de la una hasta las 12 nada más, es decir de la 01:00 a.m. hasta las 12:00 del mediodía y de la 01:00 p.m. hasta las 12:00 de la noche (medianoche).

Esa situación motivó que en 1876 Fleming perdiera un tren en Irlanda, porque su boleto tenía impreso un horario p.m. en vez de un horario a.m. Un poco como la que describió el escritor mexicano Juan José Arreola en su cuento El Guardagujas.

“Este país es famoso por sus ferrocarriles, como usted sabe. Hasta ahora no ha sido posible organizarlos debidamente, pero se han hecho grandes cosas en lo que se refiere a la publicación de itinerarios y a la expedición de boletos (…) hasta para las aldeas más pequeñas y remotas. Falta solamente que los convoyes cumplan las indicaciones contenidas en las guías y que pasen efectivamente las estaciones”.

La desopilante situación que Fleming vivió, no en la ficción como describió Arreola, sino la vida real, lo llevó tres años después a proponer al Real Instituto de Canadá, un sólo horario de 24 horas para el mundo entero que tendría como eje y punto de partida al Meridiano de Greenwich, una localidad de Londres con más de 30 mil habitantes y sede del Observatorio  Astronómico del mismo nombre.

La mundialmente famosa localidad londinense había servido con éxito a los marinos del imperio británico como punto de referencia cronométrica o “Tiempo Medio de Greenwich” y el antecedente de la medición más precisa del tiempo conocida hasta hoy.

El caso es que aeropuertos y las alarmas de teléfonos celulares todavía se rigen tomando como referencia los husos horarios de Fleming, mientras entran en vigor sistemas más precisos de medición universal de un tiempo que ya quedó atrás porque los avances tecnológicos y los proyectos espaciales obligan a la máxima precisión en la medición del tiempo que va más allá del espacio terrestre.

De allí que el pasado jueves 17 de julio la Agencia Europea de Sistemas Globales de Navegación Satelital (GNSS, por sus siglas en inglés), con sede en Praga, analizó el desarrollo de redes precisas de fuentes de medición del tiempo, mediciones de la inclinación del eje de la Tierra y su sincronización y actualización en las redes de nuestros sistemas de cómputo.

LAS ZONAS HORARIAS

Los Husos Horarios o zonas horarias son cada una de las 24 áreas en las que se divide la Tierra. Ésta gira alrededor de su eje una vez cada 24 horas, por lo que se establecen 24 husos horarios.

Todos los Husos Horarios se definen en relación al Tiempo Universal Coordinado (UTC), por lo que se centran en el meridiano de Greenwich. Al pasar de un huso horario a otro en dirección Este hay que sumar una hora y por el contrario, al pasar de Este a Oeste hay que restar una hora.

La línea internacional de cambio de fecha, marca el cambio de día. Ésta es una línea imaginaria trazada sobre el Océano Pacífico, coincidiendo con el meridiano de 180 grados.

Excélsior

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