Por: Antonio González Vázquez.
Fotografías: Nahúm Delgado.
Es la angustia que procede del hecho de saberse descubierto, la incertidumbre ante lo desconocido, es el rostro que gesticula y pareciera que tragase sapos. Pocas veces se concreta la especie periodística de que una imagen dice más que mil palabras. Ahí lo tiene, como quién está recibiendo una muy mala noticia y luego busca una respuesta en las alturas celestiales a la implacable pregunta: ¿Quién es Sandra Sánchez Ruiz?, es el alcalde de la ciudad que de la soberbia pasó a la zozobra. Le rodean algunos reporteros, los más, inofensivos que le hacían preguntas tan inútiles como insulsas, pero con las que le lanzaron dos periodistas fue suficiente para hundirlo en un mar de dudas y vacilante no sabía qué decir. No le preguntaban nada difícil, simplemente que dijera si conocía a Sandra Sánchez Ruiz, pero el edil al escuchar el nombre perdió la paciencia y se molestó para luego caer en el estado que muestran las imágenes. Cabizbajo, apretando la mandíbula como si le estuvieran torturando. Las cosas no siempre se quedan en lo oscurito como se desearía y entonces, cuando eso sucede, no se sabe qué hacer, eso deja ver este juego de imágenes del fotógrafo Nahum Delgado que captó en unos minutos, el desplome de la sonriente imagen de un político que se siente dueño del lugar donde se pare. Su rostro es adusto y su mirada busca una salida, está en Palacio Municipal pero da la impresión de estar atrapado en un laberinto; solo se le preguntaba por Sandra y los 34 millones de pesos en gasto de medicamentos para empleados de confianza, solo eso, nada más. Parece dolido, como quien sufre internamente por alguna pérdida irreparable. Observa hacia algún lugar del palacio municipal, medita acerca de lo que deberá hacerse luego de que se descubrió la existencia de los cheques para Sandra. No es sencillo gobernar ni una ciudad ni un estado, los problemas surgen súbitamente y no hay forma de solucionarlos, aunque la clase política en esos casos, suele evadirlos o simplemente se sacan respuestas huecas de la chistera. Ya se conoce de esa fórmula: no nos dejan trabajar, es la prensa que nos obstaculiza y más perogrulladas, pero lo único que es necesario es saber quién es Sandra y porqué ha cobrado 34 millones de pesos y a razón de qué y porque ella. Un gobernante sabe que se hace con la hacienda pública, esa es su obligación y responsabilidad, pero también sabe que esa hacienda pública es para beneficio de la gente y de la ciudad…no para otra cosa, menos si ésta, es de suyo muy oscura e inexplicable. El talante del alcalde en estas imágenes es el de alguien que se siente incómodo, exhibido y es algo que al parecer, en el caso de Sandra, no tenía previsto.