Por Victoriano Martínez
Ahí están cada uno tal cual ellos. Cada uno adoptó su presa y sobre sendas cortinas realizaron su pasarela de proyección de imagen.
El alcalde Enrique Galindo Ceballos con su promesa de resolver el problema del lirio. El gobernador Ricardo Gallardo Cardona con el milagro de ver agua en la presa que a fines de los 50 del siglo pasado fue bautizada como presa El Cacique.
Ni la promesa de uno, ni el milagro que se pretende atribuir el otro tiene la más mínima utilidad para los miles de familias de la zona metropolitana que sufren de escasez de agua en sus viviendas.
“Vean qué hermosa luce nuestra presa San José que ya está casi a la mitad de su capacidad”, describió Galindo Ceballos como si fuera su gran mérito voltear a ver esa presa después de tres años como alcalde.
A Galindo Ceballos quizá le preocupe más cumplir la resolución del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Noveno Circuito sobre la revisión de amparo 366/2019 que ordena un programa conjunto para garantizar la protección al medio ambiente, impedir la contaminación del agua y garantizar el suministro de agua salubre, respecto del crecimiento y reproducción del lirio acuático en el cuerpo de agua ‘Presa de San José’.
Gallardo Cardona, ocupado más en casi atribuirse el crédito de las lluvias, ni por enterado se da que entre las autoridades aludidas en ese amparo también está él, además de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental y la Comisión Estatal del Agua.
“Ahijadx, vean nada más que bonita está la presa El Peaje. Gracias a Dios ya se encuentra al 60 por ciento de su capacidad, y aún da para más”, dijo Gallardo Cardona como si esa presa fuera la única existente.
Tanto le interesa magnificar su obra, que mantiene la manipulación sobre las cifras de captación. Ya sólo falta que cuando la Comisión Nacional del Agua la reporte al 90 por ciento, Gallardo Cardona anuncie que la preparan para que llegue al 150 por ciento… ¡faltaba más!
Es demasiado obvio que no tienen la intención de encontrar una solución real al desabasto de agua potable, pero eso los tiene sin cuidado. Lo que buscan es hacer creer a la gente que sí la tienen… y parecen lograrlo.
Si de verdad buscaran resolver el abastecimiento de agua potable a los habitantes de los tres municipios conurbados, no gastarían en ridículas pasarelas al estilo de candidatas a reinas del agua, y trabajarían en serio en las soluciones, y sólo hasta alcanzarlas lo anunciarían.
Pero los dos son iguales. No importa que uno sea del bando de la herencia maldita, y el otro como heredero se note empeñado en superar a sus antecesores. ¿Acaso preparan una herencia siniestra?
El renovado alcalde reelecto, Galindo Ceballos, parece extrañar las mañanas en las que lo primero que hacía era comunicarse con Gallardo Cardona para ver qué harían por San Luis, durante aquella luna de miel en la primera parte de su primer trienio.
“Me parece muy importante afianzar el lazo de comunicación entre el Ayuntamiento y el Gobierno del Estado, y la pieza clave es el gobernador. Vamos a trabajar juntos en varios temas importantes”, afirmó tras anunciar que se reunirá con el mandatario para los riesgos del huracán Beryl en el municipio.
Lejos de representar una buena señal ese “vamos a trabajar juntos en varios temas importantes” parece anunciar una segunda luna de miel que representa una amenaza propagandística recargada con obras cosméticas, pero sin ninguna solución de fondo.