Antonio González Vázquez
El envío de remesas de los potosinos a sus familiares en la entidad cerrará este año con una sensible disminución de dólares lo cual necesariamente impactará en las condiciones de vida de miles de familias en comunidades y municipios de las principales zonas expulsoras de mano de obra.
De acuerdo con datos de Gobierno del Estado, al cierre de septiembre pasado, habían llegado remesas por 592 millones 400 mil dólares, cincuenta por ciento menos que las remesas de 2017.
En ese año, el monto total enviado por los migrantes potosinos fue de mil 125 millones 800 mil dólares.
En 2016, las remesas reportaron 960 millones 800 mil dólares, refiere el Informe del Banco de México “Ingresos por Remesas Familiares, distribución por Entidad Federativa”, citado por el ejecutivo estatal en su Ley de Presupuesto de Egresos 2019.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía dicen que al cierre de 2017 había al menos 42 mil potosinos laborando en los Estados Unidos. El saldo neto de migración de San Luis Potosí con respecto de la población total es apenas del 0.2 por ciento, informa el INEGI, aunque el 95 por ciento del flujo migratorio es hacia Estados Unidos.
Los municipios con mayor expulsión de mano de obra a Norteamérica son Cerritos, Villa Juárez, Matehuala, Cedral, Vanegas, Villa Hidalgo, Ríoverde, Ciudad del Maíz, Guadalcázar entre otros.
Pese al desplome del 50 por ciento en las remesas, el gobierno estatal “tiene la expectativa al cierre del año en curso es que alcancen cuando menos lo registrado el año anterior”, lo que supone que en tres meses se tendría que enviar lo enviado durante siete meses.