Se pusieron amarillos

El Catalejo es el resultado de las mentes desorientadas de los reporterillos de Astrolabio Diario Digital.

En el vocabulario popular, ponerse amarillo tiene varias acepciones. Pagar una cuenta, sea por lo que sea, y cambiar el color de la piel como una clara señal de miedo. Desde hace unos nueve años, en la zona metropolitana de San Luis Potosí, ponerse amarillo tiene su propio significado: volverse seguidor de la gallardía, con todo lo que eso implique. El pasado jueves, un grupo de grandes empresarios de la ciudad acudieron a un desayuno con Ricardo Gallardo Juárez, lo que aprovechó la corriente gallardista para promoverlo y presumirlo como un apoyo de las “empresarios verdaderos” a su reelección. Lo cierto es que los empresarios se pusieron amarillos, independientemente de la acepción que les aplique a su participación en ese desayuno.

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