Abelardo Medellín Pérez
A estas alturas del camino, con cerca de tres años completos de la Gallardía en el poder, a todos los potosinos nos queda claro que el gobierno ejerce los recursos económicos que tiene a su disposición con una lógica cínica y obvia: más para los ahijados, pero menos para los ciudadanos.
Según los secretarios y técnicos del gobierno, el eje rector del ejercicio del gasto es la austeridad: se despiden trabajadores basificados de manera irregular, se recortan las aportaciones de entidades con funcionamiento discreto y poca popularidad, se regatean las pensiones de decenas de trabajadores del gobierno estatal y, por si fuera, poco se desamparan crisis financieras menores como las que padecen los fondos de jubilación diversos que llevan quebrados años al interior de la SEGE.
En contraste, la postura del gobernador Ricardo Gallardo Cardona es clara: gastar lo que sea necesario con tal dejar huella (sin importar si es buena o mala). Se apuesta por financiar pequeños proyectos de infraestructura mal planeados, pero en grandes cantidades; se dilapida el dinero en espectáculos superficiales e intrascendentes, que solo dejan fotografías y pasarelas, y se promueve el desarrollo industrial del estado a costa de sacrificar y deshacer el tejido social que hace a un Estado sano.
La cristalización de esta doble lógica dispendio-avariciosa, se deja ver ahora por las posturas y justificaciones que esgrime el actual secretario de Finanzas del Estado, Omar Valadez Macías.
En un reciente comunicado enviado de manera discrecional a medios, el secretario de Finanzas respondió a la solicitud de recursos extraordinarios que ha hecho el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (Ceepac) por un monto de 9 millones de pesos, que serían destinados a cubrir los gastos relativos a la última parte del proceso electoral local 2024 que aún no concluye.
En su comunicado, el secretario prácticamente se declara ignorante de todo medio público de consulta de información y afirma que, como quien no tiene capacidad de acción, necesita que el Ceepac le entregue en su oficina, en bandeja de plata y explicado, el informe de cómo se han gastado los 170 millones de pesos que el Gobierno entregó para las elecciones recientes.
Tal parece que la experiencia en el servicio público los hace o muy inocentes o muy descarados, pues basta con darse una vuelta a la Plataforma Estatal de Transparencia para encontrar el informe que la Sefin dice desconocer para condicionar el apoyo económico al Consejo.
Por si fuera poca la desfachatez, el boletín con dedicatoria publicado por la Secretaría de Finanzas concluye con un monumento a la desvergüenza:
“La responsabilidad que se tiene dentro de la Sefin no permite que el dinero de las y los potosinos se ponga en riesgo con el pretexto de un proceso electoral que está por concluir, no obstante, en cuanto transparenten recursos se valorará una nueva ministración”.
Predecible era que un secretario de Finanzas como Omar Valadez, gallardista de cepa, esgrimiría una idea tan incongruente como la de que, invertir en las elecciones, es poner “en riesgo” el dinero de los potosinos.
Aunque, no por predecible resulta menos ofensivo para los ciudadanos.
¿El secretario de Finanzas de verdad piensa que otorgar recursos a un proceso electoral cuesta más de lo que cuesta pagar las vacaciones en Catar del gobernador y su esposa? Porque, aunque le llame “gira de trabajo”, hasta el más incauto sabe que esa es una insulsa fachada para lo que claramente son descansos con cargo al erario.
¿Omar Valadez de verdad requiere informes de gastos de un ejercicio que aun no concluye, aún cuando las dependencias de gobierno utilizan esa misma razón para eludir sus responsabilidades de transparencia? Porque a nadie se le olvida que la Fenapo se negó a entregar información de sus gastos aludiendo a que, un año después de haber concluido, aún no cerraba el ejercicio.
Y hablando de la Feria…
¿Cómo es que 9 millones de pesos extras para organizar y dar certeza a una elección, ponen en riesgo al dinero del erario público, pero el erogar más de 56 millones de pesos en artistas gratuitos para la Feria Nacional Potosina, no?
El verdadero problema del secretario Omar Valadez es la posición en la que le tocó jugar. Por más profesional que sea, por más preparación que tenga, por más experiencia que lo respalde, de nada sirve todo ello, cuando su nombramiento es más bien un papel donde debe representar el personaje de la avaricia selectiva.
En este personaje, el titular de la Sefin debe respaldar las indefendibles decisiones de un gobierno que derrocha en lo insulso y escatima en lo trascendente.
Valadez Macías será quien defienda los gastos en la Arena Potosí y por otro lado justifique los impagos a los inspectores zootecnistas que ponen en riesgo la situación sanitaria del estado; deberá convertirse en el principal promotor de los buenos resultados en las auditorias federales, pero meter las manos al fuego cuando se revele que la entidad tiene el mayor aumento de deuda a nivel país; será quien ilusamente llamará “inversión” a los gastos en la Villa Navideña y tilde de “gastos” a los recursos que requiere un organismo ciudadano como lo es el Ceepac. (Todos los anteriores ejemplos reales)
En esa distinción reside la otra parte del problema.
El gobierno se jacta de reconocer la importancia de la inversión en beneficios indirectos, como lo es el financiar un festival cultural que atraerá derroche económico, pero al mismo tiempo la administración es plenamente incompetente en reconocer los beneficios de dar recursos a necesidades ciudadanas que solo benefician a los ciudadanos, pero no al gobierno en su conjunto.
Secretario, entendemos que, como servidor leal de la Gallardía, su visión es la de eficientizar el gasto (como si esto fuera un juego de empresarios), pero así no funciona el nudo gordiano que representa la administración de un Estado.
El complejo entramado de procesos, acciones y gestiones que requiere un ejercicio como el de las pasadas elecciones no es un gasto, no es un derroche de recursos, no es una pérdida, esto es una inversión en libertades. Punto. Y me permito repetirlo para usted: la democracia no es un gasto, es una inversión en libertades.
Solo el futuro próximo dirá si la correa del gasto logra holgarse y la Sefin cumple con el compromiso firmado por el gobierno de apoyar al Ceepac en estas elecciones que, técnicamente, aún no terminan. En ese cumplimiento o incumplimiento de lo solicitado por Consejo, podremos corroborar si lo que tenemos es una secretario funcional de Finanzas, o solo un tacaño a conveniencia.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.