Marcela del Muro
El Palacio de Gobierno se encuentra amurallado para evitar plantones y manifestaciones. En el poste de luz que divide en dos la gran valla que rodea la fachada del edificio, se observaba una ficha de búsqueda de una mujer de ojos almendrados y sonrisa amplia. En ella se leía: “Zahily Guadalupe Luna Luna, 21 años de edad. Fue vista por última vez el 6 de septiembre del 2021 en Ciudad Satélite, San Luis Potosí”.
En 9 meses, la señora Amada Luna ha buscado, investigado y aportado muchas pistas para dar con el paradero de su hija Zahily, pero las autoridades no han hecho mucho por encontrarla. Comenta que, en este tiempo, ni siquiera han ido por los videos del laboratorio clínico donde su hija fue vista por última vez y agrega que “es probable que ya se perdieron”.
La marcha del 10 de mayo –donde familiares de personas desaparecidas se manifestaron por calles del centro de la ciudad– fue una oportunidad para Amada de mostrar a la ciudadanía el rostro de su hija; por si la ven o saben qué pasó con ella, le avisen.
Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), de 2009 al 31 de mayo de 2022, se encuentran desaparecidas o no han sido localizadas 125 mujeres en el estado. Sin embargo, esta plataforma cuenta con un subregistro de reportes en comparación con las fichas de búsqueda publicadas en la página de pesquisa de la Fiscalía General del Estado, que reporta la ausencia de 379 mujeres en el mismo periodo de tiempo.
A nivel nacional, el RNPDNO muestra que el 2021 ha sido el año donde más mujeres continúan desaparecidas con 2 mil 794 mujeres ausentes; pero el 2022 muestra un patrón muy similar al año anterior.
En San Luis Potosí, según el registro nacional, el 2022 muestra similitudes con las desapariciones registradas en el 2016, año en el que se reportaron 30 mujeres desaparecidas y no localizadas, la cifra más alta registrada por año en el estado.
Sin embargo, las fichas de búsqueda en la página de la Fiscalía nos muestran un panorama muy diferente sobre las mujeres que continúan desaparecidas en el estado. De 2016 se encuentran desaparecidas 11 mujeres, un tercio de lo que registra el RNPDNO; en 2017 y 2018 se duplicaron las desapariciones de un año para otro, con 27 y 59 fichas de búsqueda activas. Durante el 2019 y 2020 se reportó la ausencia de 54 y 63 mujeres. Y el 2021, al igual que la tendencia nacional, ha sido el año que más mujeres se encuentran desaparecidas o no han sido localizadas, con 110 fichas de búsqueda activas, siete veces más de lo reportado en el registro nacional.
Las fichas de la Fiscalía nos dicen que desde el 2018, cada mes alguna mujer desaparece y continúa sin saberse su paradero hasta la fecha. La capital del estado es el lugar donde más mujeres desaparecen, seguido por Matehuala, en el Altiplano; Soledad de Graciano Sánchez, en la zona Centro; Tamazunchale, Ciudad Valles y Xilitla, en la huasteca potosina. La edad promedio de las mujeres desaparecidas es de 20 años.
¿Por qué desaparecen mujeres?
El pasado 17 de mayo, el RNPDNO reportó que al menos 100 mil personas se encuentran desaparecidas o no han sido localizadas en México, Las desapariciones de mujeres representan un 25 por ciento de las desapariciones totales de personas. Actualmente, en el país existen 24 mil 880 mujeres que faltan en sus vidas, en sus familias, les faltan a sus hijos o a sus padres.
Para Marcela Villalobos, presidenta de Amnistía Internacional México, es necesario abordar el fenómeno de desapariciones de mujeres con perspectiva de género porque la mayoría de las desaparecidas en México son niñas, adolescentes o mujeres muy jóvenes. Nacionalmente, “de las mujeres que siguen registradas como desaparecidas, el único grupo etario con más mujeres desaparecidas que hombres es de 10 a 14 años, mientras que el grupo con más desapariciones (de mujeres) es de 15 a 19 años. Porque los delitos relacionados con la desaparición tienen que ver con edad y sexo”.
Según el RNPDNO, en San Luis Potosí se sigue un patrón distinto al nacional: el grupo etario con más mujeres desaparecidas que hombres es el de cinco a nueve años, pero coincide en que el grupo de 15 a 19 años registra mayor número de desapariciones de mujeres.
“Sin afán de simplificar el fenómeno de las desapariciones de mujeres en México, hay estudios que señalan que los principales delitos con los que se relaciona la desaparición de niñas, adolescentes y mujeres, son la trata con fines de explotación sexual y laboral; violencia sexual y feminicidio“, comenta la activista Marcela Villalobos.
Las desapariciones de niñas y niños en el estado también están ligadas al aumento de violencia vicaria –violencia de género donde la ex pareja daña a la mujer violentando a los hijos–, por eso es habitual encontrar fichas de búsqueda que indican que la o el menor de edad fueron sustraídos por algún familiar, pero esto no quiere decir que las niñas o niños se encuentre libre de riesgo.
Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, de 2006 al 31 de mayo de 2022, se reportaron 747 mujeres desaparecidas o no localizadas en el estado; de las cuales se localizaron 615 mujeres con vida y, lamentablemente, ocho mujeres fueron encontradas muertas.
Feminicidio
Fernanda Guadalupe Morán Rodríguez desapareció el 7 de septiembre de 2020. La última llamada que su mamá recibió fue pidiéndole ayuda: “Mamá, me quieren llevar, ayúdame”, recuerda la señora Jazmín Rodríguez.
Ella salió a buscar a su hija, de 21 años, por su cuenta, pero no la encontró. Cuando denunció la desaparición recibió el típico “seguramente, su hija se fue con el novio o de fiesta”, por parte de la Fiscalía.
En la primera declaración que dio Jazmín a las autoridades dijo que sospechaba de un chico que llevaba un mes saliendo con Fer, pero la investigación de la Fiscalía indicaba que el principal sospechoso era el ex novio, que fue detenido un mes después de la desaparición. Jazmín siempre señaló esa detención como apresurada.
El 29 de marzo de 2021 se notificó a la Fiscalía que en el patio de la casa del sujeto que fue señalado por la señora Jazmín, unos albañiles hallaron el cuerpo de Fer enterrado. Durante esos casi siete meses que estuvo desaparecida, no se investigó la vivienda, aunque había señalamientos, en cambio, el feminicida fue presentado como testigo en la investigación.
Según datos presentados por la Fiscalía en el documento “Resultados e información diagnóstica del Análisis de Carpetas Asignadas a la Unidad de Investigación de Feminicidios y Acceso a la Justicia” de 112 carpetas de investigación que corresponden al periodo de 2016 al 2021, que fue el universo total analizado, en 12 casos de feminicidios hubo denuncias previas por desaparición.
En lo que va de 2022, según el RNPDNO, se han encontrado a dos mujeres víctimas de feminicidio que previamente fueron reportadas como desaparecidas en el estado.
Violencia sexual
El pasado 29 de marzo, José Luis Ruiz Contreras, fiscal general del Estado, informó que 78 mujeres habían sido localizadas y regresadas con sus familias.
“Si bien nos encontramos en ocasiones con privaciones ilegales de la libertad, o secuestros virtuales, en otras ocasiones las no localizaciones tienen que ver con problemas familiares o de otro tipo, y no siempre implican la existencia de delitos que perseguir”, explicó el fiscal.
Entre las mujeres señaladas como localizadas se nombró a Bellaury Arely Morales Puebla, de 17 años. Pero hasta la fecha, Alicia Puebla sigue sin saber dónde y cómo está su hija. “No se vale mentir y jugar con mi dolor. Aquí no hay justicia”, piensa la madre de Bellaury.
Bellaury desapareció el 6 de marzo pasado. Alicia señala que su vecino se la llevó. El hombre de 40 años tenía un año acosando a la menor de edad, que lo evitaba porque le tenía miedo.
Ante la falta de respuesta sobre el paradero de su hija, Alicia hizo su propia investigación y averiguó que este hombre ha abusado sexualmente de otras mujeres, incluso familiares de él.
Alicia ha denunciado constantemente sus hallazgos sobre la desaparición de su hija en su Facebook. Esto le ha traído amenazas de la familia del sospechoso, pero a Alicia lo que le importa es que su hija regrese a casa.
El 16 de abril, un nuevo perfil de Bellaury en Facebook comenzó a hablarle, “me dijo que está bien y que ya no la buscara”, pero Alicia dice que ella no sabe si es su hija.
“En su foto se ve muy maquillada, pero a ella no le gustaba el maquillaje, y se le ven los ojos tristes, llorosos. Yo creo que puede ser este hombre que habla por ella. La última vez que me habló fue el 24 de abril”.
Este nuevo perfil de Bellaury no es del todo nuevo. Se creó desde el 2020, el 6 de octubre de aquel año se publicó una foto del dorso y la entrepierna de una mujer con un bikini negro. Un cuerpo que claramente no es de la adolescente desaparecida, pues está muy desarrollado para alguien de su edad.
“Tengo tanta incertidumbre porque familiares de esta persona tienen bares en (el Estado de) México”, dice Alicia, quien teme que su hija pueda ser víctima de violencia sexual o, incluso, de trata.
Trata con fines de explotación sexual y laboral
“Yo veo que estamos en un momento coyuntural, donde la violencia comunitaria (violencia interpersonal en los espacios comunitarios que no son cometidos por personas del círculo íntimo de la víctima y tiene la intención de causar daño) está repercutiendo en los cuerpos de las mujeres. Yo sí creo que son casos de trata”, comenta Fátima Alvizo, abogada y defensora de los derechos de las mujeres.
La trata es un delito que se extiende por todos los rincones del mundo, que consiste en engañar a personas que son sometidas a situaciones de explotación sexual, pornografía, trabajo forzoso, servidumbre doméstica, mendicidad infantil, extracción de órganos, entre otras actividades delictivas.
“La trata es uno de los delitos más vergonzosos que existen, ya que priva de su dignidad a millones de personas en todo el mundo”, define la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A través de un anuncio de trabajo en Facebook, una mujer de 27 años fue citada por un hombre de 36 años en el estacionamiento de Plaza Sendero, el 29 de febrero de 2020. El hombre informó que, para tener el pago, la joven tendría que prostituirse.
La joven potosina rechazó la oferta, pero el hombre no aceptó la negativa; sacó un cuchillo y la privó de su libertad. La llevó a un hotel ubicado en la avenida Fleming, en la colonia Progreso, ahí la fotografió y grabó videos mientras la joven estaba aterrorizada, después abusó sexualmente de ella y la amenazó de muerte.
Unos días después, la joven mujer fue a pedir ayuda al programa municipal Puerta Violeta y puso la denuncia por trata en la Fiscalía. El 23 de marzo de 2020, el hombre de 36 años fue encarcelado.
México ha sido considerado un país de origen, tránsito y destino de personas víctimas de trata. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, incluidos en un informe de Hispanics in Philanthropy (HIP), de 2018 al 2021 han aumentado un 39.7 por ciento los casos de mujeres víctimas de trata en el país: de 360 en 2018 aumentó a 402 en 2019, a 455 en 2020 y 503 en 2021. Pero activistas han señalado que la cifra negra de este delito puede llegar a triplicar las cifras presentadas por el gobierno.
El informe indica que las víctimas son mujeres de entre 12 y 35 años y los estados con mayor presencia de este delito son Oaxaca, Chiapas, el corredor Puebla-Tlaxcala y Veracruz. Las modalidades con mayor incidencia fueron la explotación sexual, la prostitución ajena y el trabajo forzoso.
De la región Bajío, Zacatecas y San Luis Potosí son los estados donde se registran mayores reportes de casos de trata de personas, según el informe. En el estado se señalan 16 municipios como zonas de riesgo; la mayoría en la zona Huasteca: Huehuetlán, Tancanhuitz de Santos, Matlapa, Xilitla, Aquismón, Tanlajas, Tamazunchale, Tanquian de Escobedo, Tamasopo, Axtla de Terrazas, Santa Catarina y Tancanhuitz de Santos; Lagunillas en la zona media del estado; San Luis Potosí y Villa de Arista en la zona Centro; y Matehuala en el Altiplano potosino.
“En este contexto, las personas jóvenes que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, en tránsito por el país o de desigualdad económica y social, son propensas a caer en redes de trata de personas”, especifica el Informe sobre Trata de Personas: Modalidades de Enganche en San Luis Potosí, Zacatecas y Tamaulipas, realizado por la asociación civil Educiac.
El informe de Educiac también nombra las formas más habituales que utilizan los tratantes para enganchar a sus víctimas, como el amor romántico, padrinazgo, adopción ilegal, cesión de las víctimas a los tratantes por medio de préstamos o alquiler, raptos del crimen organizado, entre muchas otras más.
“En los últimos años, los reclutadores han utilizado las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para enganchar a niños, niñas, adolescentes y personas jóvenes, a través de anuncios de trabajo, chats o grupos para encontrar pareja”, indica Educiac.
El aumento en las denuncias por trata se debe a que es una de las actividades más redituables para el crimen organizado. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la trata deja 31 mil 600 millones de dólares al crimen organizado.
Desaparición por delincuencia organizada
A finales de marzo, el secretario de Gobierno, José Guadalupe Torres Sánchez, afirmó que sólo existían tres casos de desaparición en el estado y dos de ellos los señaló cómo relacionados a la delincuencia organizada.
Uno de esos casos fue el de Brenda González Ibarra, de 36 años. Ella fue “levantada”afuera de su casa en la capital del estado, el 25 de marzo pasado. Unos sujetos armados la amagaron y subieron a un carro blanco. Este hecho quedó grabado en video y hasta ahora no hay rastro de ella.
Para Fátima Alvizo, “se están normalizando condiciones violatorias de derechos humanos por parte de las autoridades ministeriales”. Ella comenta que la filtración de información, que viola los derechos de las víctimas, se da para colocar y sostener una narrativa que minimiza y niega que existe un problema de violencia feminicida y trata de mujeres.
La académica e investigadora Brenda G. Lugo señala la relevancia de lo dicho por el secretario de Gobierno al reconocer que existe un vínculo entre desapariciones y crimen organizado, no por la utilización de una narrativa que criminaliza y revictimiza, sino porque hay muy pocas declaraciones que señalan esta problemática.
“Yo creo que, frente a esto, urge un análisis de contexto que nos permita identificar las posibles lógicas que hay detrás de esas desapariciones para reconocer cuáles están relacionadas con conflictos entre cárteles, cárteles-Estado y cuáles no”, comenta la académica.
Muchos de los casos documentados de mujeres desaparecidas en el estado que se relacionan a la delincuencia organizada, tienen que ver con sus vínculos cercanos: relaciones sentimentales o parentescos.
Arely Berenice Elías Gallo, de 26 años, fue desaparecida el 23 de marzo de 2013, en un bar ubicado en la calle Rutilo Torres. Desde entonces, su familia se ha dedicado a buscarla y averiguar qué pasó con ella.
Se sabe que unos policías entraron al bar a detener a su pareja, Alejandro Contreras Sánchez, de 43 años. Patricia, hermana mayor de Arely, relata que con los años supo que su hermana trató de defender a su novio y también se la llevaron. La familia no sabía mucho sobre su relación, su hermana cuenta que sólo vio a Alejandro una vez, unas semanas antes de la desaparición.
La mamá de Alejandro trató de tranquilizar a la familia de Arely. “No era la primera vez que lo secuestraban. La señora nos dijo que esperáramos unos días para que nos los entregaran. Pero pasó el tiempo y ellos no aparecieron”, recuerda Patricia.
Mas de un año después, el 18 de julio de 2014, se publicó un video del asesinato de un hombre identificado como Comandante bebé, supuesto miembro de Los Zetas, “quien se encargaba de pagar a los halcones y del cobro de piso en el estado de San Luis Potosí” se lee en el sitio El Blog del Narco. La mamá de Alejandro identificó a su hijo en ese video, pero nada se dice ni se sabe sobre Arely.
“Mi papá es el que ha estado siempre pendiente de la investigación, pero todos (en la familia) hemos tratado de buscarla por donde hemos podido o nos han dicho”, Patricia recuerda que un conocido de la infancia investigó en una fuente cercana al grupo criminal señalado de la desaparición, que Arely le gustó a uno de los jefes. Aunque no hay certeza en la veracidad de este hecho, da un poco de esperanza de poder encontrar a Arely con vida.
La Comisión Estatal de Búsqueda de Personas abrió nuevamente la investigación por la desaparición de Arely, pero su ficha de búsqueda no se incluye en la página de pesquisa de la Fiscalía.
La respuesta de la autoridad
La afirmación del secretario de Gobierno –donde dijo que existían solo tres casos de desaparición en el estado– fue una de las primeras declaraciones donde se negó que existe un alza en las denuncias por desaparición de personas.
Pero hemos visto cómo el Gobierno del Estado ha colocado distintas narrativas que desvirtúan esta problemática: se le echó la culpa a un reto viral de internet, se dijo que perfiles falsos han distribuido videos que han generado terror y, por último, se justificó el problema diciendo que el 95 por ciento de las desapariciones son de otros sexenios.
Ahora encontramos la leyenda: “Se ausentaron por motivos de índole personal y no fueron víctimas de algún delito”, en las publicaciones de localización de personas en la página de la Fiscalía en Facebook.
Para la periodista potosina María Medrano, esta aclaración no debería existir. “Vulneran a quienes pueden ser víctimas de otra situación o delito. Si se fue por voluntad propia ¿revisaron si era víctima de violencia intrafamiliar?“.
La periodista y editora María José Puente agrega que esta publicación también puede provocar que las personas que se ausentaron por decisión propia sean víctimas de señalamiento.
“Máxime que se cuelgan la medalla de haberlos localizado, cuando muchas veces es la familia la que los encuentra o ellos mismos avisan, no por actuaciones de la autoridad”, opina María José.
El mes pasado, el Consejo Ciudadano de la Comisión Estatal de Derechos Humanos se posicionó ante el alza de desapariciones de mujeres.
“Este Consejo realiza un respetuoso llamado a las autoridades Federales, Estatales y Municipales para la adopción de medidas progresivas con perspectiva de género encaminadas a la prevención, atención y sanción de la violencia contra las mujeres incluyendo la desaparición de mujeres, así como garantizar el tratamiento de la desaparición de mujeres de forma libre de prejuicios, estereotipos y de cualquier otro elemento que propicie situaciones de desventaja, discriminación o perpetuación de la violencia”.
Si alguna mujer cercana o algún ser querido desaparece, denuncia inmediatamente en la Fiscalía General del Estado o la delegación de la Fiscalía en tu municipio. Recuerda, las primeras horas de búsqueda son cruciales para la localización. Es necesario presentar: dos copias de la credencial de elector de la persona que denuncia, dos copias del acta de nacimiento de la persona no localizada y dos fotografías a color de la persona ausente.