Por Antonio González Vázquez
El colectivo Vida Sobre Ruedas y ciudadanía ciclista tanto por gusto como por necesidad, colocaron dos Bicicletas Blancas más dentro de la ciudad. Van seis ciclistas que mueren en accidentes en este año.
La primera bicicleta está a la altura de la planta de Zinc, donde Miguel Sánchez de 19 años de edad fue arroyado y asesinado por algún conductor que evadiendo su responsabilidad, se dio a la fuga.
La segunda fue colocada en la carretera que va hacia el aeropuerto “Ponciano Arriaga”, donde el ciclista Christian Alejandro Sandoval Guerrero fue asesinado por un conductor de algún vehículo motorizado del cual no se encontraron indicios.
“Estos memoriales, son colocados como un recordatorio de la violencia vial que vivimos actualmente dentro de toda la zona metropolitana, la cual está planeada sólo para el transporte automotor y no toma en cuenta las necesidades de las personas que optan por medios sustentables de transporte como es la bicicleta y el andar a pie”, subrayó Carlos Mancilla de Vida Sobre Ruedas.
A pesar de que ya son 6 ciclistas muertos en lo que va del año, consideró “increíble que las autoridades tanto de San Luis Potosí, como de Soledad de Graciano Sánchez continúen pensando y desarrollando infraestructura que únicamente busca el beneficio directo del transporte automotor privado, cuando la misma ONU ha mencionado que ni puentes, ni pasos a desnivel resuelven los problemas de congestión vehicular, al contrario, generan fragmentación urbana y desigualdad social al no considerar a todas las demás personas que también hacen uso de la ciudad”.
Lo anterior, lo que está propiciando es un ambiente de expulsión y olvido de los usuarios más vulnerables como los son las personas con discapacidad, peatones y ciclistas; “esto nos está llevando al colapso de la ciudad en un entorno de movilidad urbana insostenible”.
“La triste realidad de nuestra ciudad se vuelve a hacer presente con la lamentable pérdida de dos vidas humanas, víctimas del acelerado proceso de motorización en el que estamos inmersos, y que en apariencia, el municipio fomenta con su nulo interés en la generación de estudios viales y la construcción de espacios incluyentes, seguros y accesibles para toda la ciudadanía, indistintamente de cual sea su medio de transporte. Estos siniestros viales, pudieron ser evitados mediante la aplicación de políticas públicas que protejan a quienes se encuentran mayormente expuestos a situaciones de esta naturaleza, por lo tanto, nos resulta imposible no dotar de responsabilidad a los gobiernos de ambas ciudades por la falta de voluntad política en el tema”.
“Por las características que posee la Zona Metropolitana de San Luis Potosí, sin duda alguna, podría y debería ser un espacio verdaderamente ciclo-incluyente, que considere a la bicicleta dentro de su sistema de movilidad urbana; a pesar de que existe una fuerte cultura ciclista dentro de la ciudad, la falta de interés de los tomadores de decisiones para adopción de un nuevo paradigma de movilidad pensado en la movilidad de personas y no sólo en coches, deja la vida humana por segundo plano para dar prioridad a la motorización y el crecimiento del parque vehicular, fomentando la segregación de las y los ciudadanos más vulnerables”.
Las bicicletas blancas fueron colocadas y solo queda este pequeño y sombrío memorial, en espera de que sirva además como una exigencia ciudadana hacia las autoridades para que actúen en favor de la conversión de San Luis en una ciudad para las personas y no para los autos.