María Ruiz
La sequía que ha azotado a México en los últimos meses ha tenido un impacto significativo en la economía de los productores ganaderos. Marcelo Gutiérrez Hernández, tesorero de la Asociación Ganadera de Ciudad Fernández, advierte sobre las consecuencias devastadoras para la industria.
La falta de lluvias ha provocado una disminución en la producción de forrajes esenciales como el rastrojo y la alfalfa. Como resultado, los precios de estos productos se han disparado.
Las pacas de rastrojo ahora se cotizan entre 85 y 90 pesos, mientras que la alfalfa alcanza los 170 pesos. El maíz en grano, aunque más disponible, sigue siendo costoso al rondar los 210 pesos.
“La situación se agrava por la falta de producción local en la región”, dijo.
Los productores se han visto obligados a importar forrajes desde lugares como Guanajuato y Tamaulipas.
“Las pacas de paja de sorgo, rastrojos, avena y zacate también se traen de otras áreas para alimentar al ganado”.
Para mantener a sus animales saludables, los ganaderos deben considerar cuidadosamente la dieta.
Gutiérrez Hernández explicó que una vaca lechera necesita consumir alrededor de cinco kilos de forraje, una cantidad similar de alfalfa, y otros cinco kilos de maíz molido o alimento concentrado. En total, se estima que un ganado debe ingerir entre diez y 15 kilos de forraje diariamente.
“La sequía no solo afecta a Ciudad Fernández, sino a todo México. La falta de lluvias y la escasez de forraje ponen en riesgo la sostenibilidad de la industria ganadera”.
Señaló que los esfuerzos para importar forrajes desde otras regiones son esenciales para mantener a flote la producción de carne y leche, por lo que para enfrentar esta crisis es crucial una gestión eficiente del recurso hídrico y la implementación de medidas preventivas.
“La sequía es un desafío urgente que requiere la colaboración de todos los sectores para garantizar la seguridad alimentaria y el bienestar de los productores ganaderos en todo el país”.