Ser o no ser como Venezuela, eso es lo que vamos a decidir el próximo domingo

Francisco X. Salazar S.

AMLO y su equipo lo ocultaron durante la campaña presidencial del 2018 pero, una vez en la presidencia, han hecho todo lo posible para hacer de México una República Bolivariana, o sea un comunismo tropicalizado de tipo latinoamericano.

Desde el principio AMLO quiso demostrar quién mandaba y que no respetaría ni el Estado de Derecho ni la propiedad privada (“tengan, para que aprendan”, y “no me vengan con que la Ley es la Ley”), aunque estuvieran firmados acuerdos internacionales. Fue el caso de la destrucción de las obras que ya tenían más del 33% del premiado Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Con el pretexto de que había una gran corrupción, cosa que nunca demostró (vamos, ni siquiera interpuso demanda alguna), lo clausuró porque le dio la gana, en contra de la opinión de asesores como Carlos Urzúa y Javier Jiménez Espriú. Gracias a esa tonta decisión comprometió los ingresos del aeropuerto actual, con lo cual seguiremos pagando por muchos años un dinero que se necesitaba para el mantenimiento del aeropuerto, que hoy es una porquería.

También desde el principio les dio manga ancha a los criminales con su estúpida “estrategia” de “abrazos, no balazos”. Ahora sabemos que así les recompensó por el apoyo económico para sus campañas, sin importarle que hoy controlen más de la mitad del país y ya lleven más de 40 candidatos asesinados. Seguramente van a tener muchos alcaldes, jefes de policía, administradores, etc. para seguir extorsionando y matando al pueblo bueno y sabio. Y, claro, para calmar a las humilladas Fuerzas Armadas les dio todo el poder (y el dinero) que pudo y les entregó la Guardia Nacional, violando todas sus promesas de no militarizar el país.

Después de 5 años y medio, hoy el país es un desastre. 100 asesinatos diariamente; más de 100,000 desaparecidos. Y terminará el sexenio con el récord de homicidios en más de un siglo: 200,000 muertos. La gente tiene miedo de salir en la noche y ahora ya también en el día. Muchas familias de México ya saben lo que es dolor de la muerte violenta.

En economía la deuda actual es de 12.7 billones (millones de millones). El déficit presupuestal para 2024 es de 1.7 billones. Aunque sigue habiendo inversión externa, no son nuevos capitales, sino solo reinversión de utilidades. No se han ido porque están esperanzados a que llegue un nuevo gobierno que no haga tantas estupideces. Aumentó el salario mínimo, pero aumentó más la inflación, por eso sigue habiendo 46.8 millones en pobreza. Hoy el 60% de los trabajadores, 32 millones, están en la economía informal, sin prestación alguna, gracias a AMLO.

Y no me extiendo en los temas de salud. Solo mencionaré los 300,000 mexicanos que no deberían de haber muerto si se hubiera manejado bien la pandemia. Estamos sin medicinas, con los hospitales hechos un desastre y más de 50 millones de mexicanos sin servicios elementales de salud.

En educación los niños de sexto de primaria apenas pasarían de panzazo un examen de tercero. Las universidades autónomas sin presupuesto y la deserción escolar es del orden de millones. Y los maestros (no sus líderes), enojados porque los mandan a la guerra sin fusil y los culpan del desastre. Y qué decir del medio ambiente, con la destrucción de la selva maya, la contaminación del combustóleo o la crisis hídrica… de los apagones, el campo abandonado, etc., etc. Este gobierno es un fracaso por todas partes.

Pero lo peor es el intento de autoritarismo. Todavía no han podido destruir o controlar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aunque lo han intentado. Lo mismo con el INE y con el INAI, para que no se les obligue a informar cuánto y cómo gastan en las inútiles obras faraónicas, que no funcionan, pero que han costado mucho más de lo presupuestado y que han servido para enriquecer a los amigos de los juniors, y a ladrones como Rocío Nahle y similares.

Pero eso no le importa a AMLO ni a su candidata. ¡Ofrecen hacer más de lo mismo! Si gana la elección Claudia Sheinbaum, seremos como Venezuela o Cuba. Estos países, antes del comunismo, eran de los más ricos de Latinoamérica. Hoy son miserables. Ya huyeron de Cuba millones que hoy viven en Estados Unidos. Y siguen huyendo a través de Nicaragua. Hoy, millones de familias de venezolanos prefieren arriesgar la vida cruzando a pie la selva del peligroso Tapón del Darién, en Panamá, porque en su país, no hay comida, ni trabajo, ni libertad. Prefieren jugarse la vida y la de sus hijos, a soportar al amigo de AMLO, Nicolás Maduro y sus militares que los oprimen.

¡No permitamos que en México llegue la dictadura bolivariana! ¡Votemos por Xóchitl Gálvez, la esperanza de México!

El voto útil de los emecistas

Hay una fuerte corriente dentro de Movimiento Ciudadano que votará por Xóchitl Gálvez. Saben que Maynez no va a ganar y como de ninguna manera les gustaría que ganara Morena, van a votar por algunos de sus candidatos a otros cargos, pero para la Presidencia de la República, sin duda votarán por Xóchitl. No quisieran desperdiciar su voto.

Es el caso de los seguidores de Alfaro en Jalisco, y de los decepcionados de Samuel García en Nuevo León. Este último, padrino de destape de Maynez, cheves de por medio, se ha metido en mil broncas y le están encontrando más propiedades que a los nopales o que a Rocío Nahle. Y además está salado. El ventarrón que tiró el templete evidentemente no es su culpa, pero sí lo es no haber atendido las alertas de las autoridades ambientales; esa sí era su responsabilidad.

Y lo mismo está pasando en todo el país, muchos emecistas van con Xóchitl.

En San Luis Potosí, yo votaré por Xóchitl Gálvez y por Enrique Galindo para la Alcaldía de la Capital.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Ingeniero Químico, maestro en Administración y doctor en Educación. Empresario. En 2005 ocupó el cargo de Secretario del Trabajo y Previsión Social a nivel Federal. Fue dos veces diputado federal y senador, y una vez diputado local. Ha sido catedrático por más de 25 años en universidades públicas y privadas. Miembro del Partido Acción Nacional de 1975 hasta abril de 2022. Ha sido consejero de Canacintra, Industriales Potosinos, Unión Social de Empresarios de México y de Coparmex. Ocupó el cargo de secretario general en el Sindicato de Académicos de la UASLP. Actualmente es presidente del Instituto de Política Laboral A.C.

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