Sierra de San Miguelito: decisiones para la vida

Alejandro Rubín de Celis

La aparición y dispersión del coronavirus Covid-19 ha puesto al descubierto el enorme daño que la ambición desmedida del poder económico ha causado al medio ambiente en todo el mundo. Expertos en distintas disciplinas han dejado claro cómo la modernidad y el modelo económico predominante están acabando con la viabilidad de la vida en el planeta. Un factor que contribuye a ello es el crecimiento desordenado de las zonas urbanas que ha provocado enormes desequilibrios en el ecosistema y una de las consecuencias es nada menos que la pandemia que padecemos.

La presencia mundial del Covid-19 debe entenderse como una advertencia de la Pachamama ─Madre Tierra para las etnias andinas─ sobre la necesidad de mantener y preservar las áreas naturales que aún quedan en el planeta si no queremos poner en mayor riesgo la vida humana y la de las distintas especies de flora y fauna que aún se conservan.

Una de esas áreas naturales privilegiadas la tenemos en San Luis Potosí en la Sierra de San Miguelito, cuya declaratoria de Área Natural Protegida (ANP) de carácter federal parece estar nuevamente en riesgo, de acuerdo a algunas señales que se han presentado durante el periodo de confinamiento a causa del coronavirus.

Aunque está suspendido el proceso de consulta que realiza el Ayuntamiento de San Luis Potosí en el marco del Programa Municipal de Reordenamiento Territorial y de Centro de Población y nada se ha movido respecto del cambio de uso de suelo para urbanizar un área de 2 mil 69 hectáreas en la comunidad de San Juan de Guadalupe y sus Anexos Tierra Blanca y San Miguelito, el pasado 30 de abril fue aprobado el plan de manejo para las 12 mil 613 hectáreas que fueron decretadas como ANP por el gobierno estatal en septiembre de 2018 ─lo que ha sido considerado por grupos ambientalistas como una maniobra para presionar al gobierno de la República─, que son independientes a la declaratoria en la que trabaja el gobierno federal y que según el presidente López Obrador abarcaría alrededor de 100 mil hectáreas.

Sobre la declaratoria federal, en reunión virtual celebrada entre representantes del gobierno estatal, el federal y la UNAM, sobre los avances del estudio para la declaratoria de ANP, el gobernador Juan Manuel Carreras se mostró complacido “… sobre todo en lo relativo a la superficie propuesta para el Área Natural Protegida, ya que con ello será posible que convivan tanto el proyecto del Área Natural Protegida como el proyecto de movilidad a través de la construcción de la Vía alterna” a la Zona Industrial, de acuerdo con un comunicado de la Comisión Nacional de Áreas Naturales protegidas. Eso hace pensar que el gobernador tendría ya la confirmación oficial de que la vía alterna a la Zona Industrial, va.

El boletín de prensa incluye un mapa carente de datos esenciales sobre la superficie y coordenadas que comprenderá el polígono considerado para la declaratoria de ANP y, como copiados de algún documento que le fue entregado por el gobierno estatal, ni siquiera menciona al municipio de San Luis Potosí como parte del territorio que deberá protegerse, únicamente se refiere a los municipios de Mexquitic de Carmona, Villa de Arriaga y Villa de Reyes.

Según los grupos ambientalistas, aunque en el mapa que se añade al comunicado es ambiguo, se puede apreciar que sí hay una afectación importante al proyecto Cañadas, lo que de confirmarse representaría un golpe demoledor al mega negocio de los desarrolladores involucrados. Sin embargo, se les concedería una parte para urbanizar.

Los defensores de la sierra, que acusan a los fraccionadores de operar con los gobiernos estatal y municipal ─mediante sofisticados sistemas de comunicación a distancia─ para lograr las autorizaciones que requieren una vez que acabe la contingencia sanitaria, y de usar para sus fines medios informativos tradicionales de su propiedad, exigen al gobierno federal que precise los datos técnicos del ANP que ya está considerada y mediante un documento que circula para su firma en plataformas digitales solicitarán al Presidente que ordene a la Procuraduría Agraria que no autorice la venta de terrenos para el proyecto Cañadas y que la Semarnat revise minuciosamente el trabajo del grupo técnico que realiza el estudio para el ANP a fin de “evitar que grupos afines y manipulados por el poder económico, como es el Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología (COPOCYT), algunos investigadores de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí(UASLP), el grupo “Sierra de San Miguelito AC” y desde luego la Secretaría de Gestión Ambiental (SEGAM), pudieran haber manipulado o pervertido el proyecto de ANP”.

Lo que está en juego, entonces, es la viabilidad de cuatro municipios, el ecosistema que los rodea y el derecho de sus habitantes a un medio ambiente sano, lo que debe hacer recapacitar a las autoridades federales si es que efectivamente tienen considerado ceder  espacios de la sierra a depredadores inmobiliarios, ya sea por razones políticas o porque han sido manipuladas. Todavía están a tiempo de rectificar.

Con motivo de la propagación del Covid-19 y sus conocidas consecuencias, científicos, filósofos, historiadores, intelectuales y artistas nos advierten que es necesario un cambio de timón a nivel planetario para preservar los espacios naturales que nos quedan y conservar la vida en la tierra.

“La humanidad enfrenta una crisis global. Las decisiones que la gente y los gobiernos tomen en las próximas semanas (…) no sólo formatearán nuestro sistema de salud, sino también nuestra economía, nuestra política y nuestra cultura”, nos dice el prestigiado historiador israelí, Yuval Harari.

“Existe la posibilidad de que la gente se organice, se comprometa, como muchos están haciendo, y consiga un mundo mucho mejor, que también se enfrente a los enormes problemas que estamos afrontando (…) los problemas de las catástrofes ambientales de las que no hay recuperación una vez que hemos llegado a esa etapa”, advierte el connotado intelectual estadounidense, Noam Chomsky.

En efecto, la gente en distintas latitudes empieza a organizarse para cambiar de fondo, entre muchas otras cosas, el modelo económico predominante, un modelo que ha favorecido a unos cuantos grupos de privilegiados.

Académicos, investigadores, músicos, actores, científicos, cineastas y premios Nobel de todo el mundo firmaron un desplegado que se publicó en el diario francés Le Monde que lleva por título Non à un retour à la normale (No a un regreso a la normalidad) en busca de revertir los enormes daños que la “normalidad” en que vivimos nos ha causado.

“… el consumismo nos ha llevado a negar la vida en sí misma, el de las plantas, el de los animales y el de un gran número de humanos. La contaminación, el calentamiento global y la destrucción de espacios naturales están llevando al mundo a un punto de quiebre”, menciona el desplegado. Entre los responsables de estos daños están justamente los desarrolladores inmobiliarios.

¿Qué más necesita el gobierno federal para tener claro que es inaceptable una nueva depredación de nuestros espacios naturales? López Obrador fue tajante en mayo del año pasado al afirmar que La Sierra de San Miguelito no se toca, pero los fraccionadores están haciendo todo lo posible por presionar y manipular a las autoridades federales, presumiblemente a través de instancias estatales, para que se les cedan los espacios que demandan para concretar su mega negocio y no perder la millonada que han invertido.

Por eso, es importante atender la demanda de los opositores al proyecto Cañadas para que no sea la presión ni la manipulación de los inversionistas la que haga al gobierno federal tomar decisiones equivocadas de consecuencias desastrosas.

 

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