Sierra de San Miguelito: la moneda aún está en el aire

Por Alejandro Rubín de Celis

Contra la mayoría de los pronósticos, que apuntaban a que Xavier Nava doblaría las manos y accedería a cambiar el uso de suelo en la Sierra de San Miguelito (SSM) para que un grupo de empresarios construyera diversos complejos inmobiliarios, la propuesta del Programa Municipal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de San Luis Potosí (PMOTDU), que ya está sujeta a consulta pública, va en sentido contrario, aunque condicionada a la declaratoria de Área Natural Protegida (ANP) por parte de la federación.

Sea por convicción o por las presiones recibidas de parte de distintos actores políticos económicos y ambientales, pero Xavier Nava y la administración municipal decidieron apostar por el bien común y no por atender intereses privados que pondrían en serio peligro la viabilidad del municipio de la capital e incluso de municipios aledaños, lo que ha derivado en la molestia y en una sentida queja de los empresarios que impulsan esos proyectos.

El documento titulado Actualización del Plan de Centro de Población Estratégico San Luis Potosí – Soledad de Graciano Sánchez establece en su punto IV.1.2.1 Zonificación General de Territorio, I. Áreas Naturales Protegidas una política de conservación ambiental y urbana que incluye a la SSM. Sin embargo, en la propuesta del PMOTDU se advierte: “Cabe resaltar que se encuentra en proceso de análisis para su posterior decreto la modificación de los límites del ANP Sierra de San Miguelito a cargo de SEMARNAT, por lo que una vez que sea decretada la nueva poligonal se deberá actualizar este instrumento, modificando las políticas correspondientes que hayan sido asignadas previamente”.

¿Incluirá o no el gobierno federal la 2 mil 69 hectáreas que busca urbanizar un grupo de poderosos empresarios para construir diversos desarrollos inmobiliarios, entre ellos el más ambicioso conocido como Las Cañadas? La moneda aún está en el aire pero también está la palabra empeñada por el presidente Andrés Manuel López Obrador que declaró en tierras potosinas que la Sierra de San Miguelito “no se toca”.

Lo cierto es que al alcalde Xavier Nava, el hecho de que la declaratoria de Área Natural Protegida haya pasado a manos de la federación –la cual puede llevar años en definirse–, le significó una bocanada de aire puro en una coyuntura que durante varios meses lo mantuvo entre la espada y la pared.

Tres factores influyeron para que la administración de Nava decidiera finalmente inclinarse por la protección de la sierra: uno, la permanente presión de grupos ecologistas y de comuneros disidentes para evitar el cambio de uso de suelo, tanto para los proyectos inmobiliarios como para la construcción de una ruta alterna a la Zona Industrial; dos, las opiniones que le expresaron navistas y miembros de la familia Nava Calvillo, quienes le plantearon la disyuntiva de optar por el interés general o el de unos cuantos empresarios que se han enriquecido a costa de provocar daños al principal pulmón de la ciudad y zona de recarga de los mantos acuíferos; y tres, la intervención federal a través de la Semarnat que mantiene el diálogo con los distintos actores involucrados y que ha dejado claro que mientras no se haga la declaratoria de ANP, nada se puede cambiar del estatus que guarda hasta ahora.

En este proceso ha sido relevante la participación del investigador del Colegio de San Luis, Juan Carlos Ruiz Guadalajara como parte de los grupos opositores –entre los que están el Frente Ciudadano Anticorrupción y el Frente Amplio Opositor–, quien gracias a una relación cercana con el titular de la Semarnat, Víctor Manuel Toledo, ha alertado a éste y a uno de sus representantes, junto con sus compañeros de lucha, de presuntos engaños de autoridades estatales respecto de los predios en donde se pretende construir la ruta alterna a la Zona Industrial, y les han hecho saber de las obras que ya realizan los desarrolladores en algunas partes de la sierra.

Es previsible que el proceso de consulta pública, que durará hasta el próximo 7 de febrero,  sea aprovechado por los desarrolladores inmobiliarios para ejercer presión ante las autoridades municipales a efecto de que se dé marcha atrás a la disposición de declarar a la SSM como área no urbanizable, y que también  buscarán dialogar y convencer a funcionarios de alto nivel de la Semarnat y, si es posible al propio presidente de la República, para que en la declaratoria de ANP queden exentas las 2 mil 69 hectáreas de sus mega proyectos.

Por su parte los grupos ecologistas y opositores estarán atentos para que el ayuntamiento de la capital no modifique la propuesta del Programa Municipal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de San Luis Potosí y continuarán haciendo gestiones y aportando toda clase de información y pruebas que sirvan a la Semarnat –y a la UNAM que es la que realiza el estudio in situ– para no incluir en la declaratoria de ANP los predios pretendidos por los empresarios.

Aunque suena en extremo difícil, ¿será posible acercar posiciones entre el alcalde y los grupos opositores para sacar adelante el enorme desafío y salvar por el bien de todos la Sierra de San Miguelito?

Como era de esperarse una parte de la prensa que tiene intereses en los proyectos inmobiliarios o que mantiene una rivalidad política con la administración que encabeza Xavier Nava, ya procesa y difunde información y opiniones para descalificar a la autoridad municipal  y cuestionar el PMOTDU.

Y es que es mucho lo que está en juego. Es la inversión de cientos de miles de millones de pesos con la que los desarrolladores obtendrían enormes ganancias a futuro; es la palabra empeñada por el presidente López Obrador de que la Sierra de San Miguelito “no se toca”; y, lo más importante, la viabilidad del municipio para ofrecer una vida digna a sus habitantes dados los importantes servicios ambientales que la sierra proporciona.

Para quienes piensan que con la propuesta del Programa Municipal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de San Luis Potosí el asunto ha quedado resuelto o casi resuelto, hay que decir que el escenario todavía presenta serias complicaciones y que aún queda más de una batalla por librar.

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