Sierra de San Miguelito, vigilancia permanente

Por Victoriano Martínez

La buena noticia es que este jueves se logró el control del incendio en la Sierra de San Miguelito, pero de ninguna manera se puede considerar que el riesgo terminó ahí.

Así como la protección a la Sierra de San Miguelito no terminó con el decreto que la declaró Área de Protección de Flora y Fauna (APFF), sino que eso apenas marcó en líneas generales las acciones permanentes que se deben tomar para su auténtica protección, que el fuego haya cedido no da por terminado el incendio.

El recorrido programado para este viernes por un grupo de brigadistas tiene como objetivo identificar posibles puntos en los que se pudiera reactivar el incendio, pero ese no es el único riesgo de un nuevo siniestro en la Sierra.

Tras el control del incendio, se entregará la vigilancia a comuneros de San Juan de Guadalupe y sus anexos Tierra Blanca y San Miguelito, así como de Escalerillas, porque la posibilidad de nuevas conflagraciones está abierta de manera permanente, y más en esta temporada de incendios.

No es ninguna novedad. Habitantes de la Sierra de San Miguelito no sólo lo saben, ya lo han vivido. Un ejemplo se dio en 2020, en plena pandemia, en la comunidad de Suspiro Picacho cuando, a pesar de las medidas de confinamiento por el Covid, hubo personas que subían a esa parte de la Sierra y se volvían un riesgo de provocar incendios.

El Comité Comunal de Suspiro Picacho organizó entonces una serie de brigadas para recorrer el Cerro Grande porque constantemente había personas que lo subían y solían dejar fogatas que abrían la posibilidad de provocar un incendio.

“Por los días de Semana Santa suben a nuestro cerro mucha gente. Por el momento estamos en constante vigilancia. Tal vez si no la hubiera ya tuviéramos incendios”, expuso entonces Saúl Gaspar Hernández, Juez auxiliar, quien participa con el Comité Comunal.

“‘Turista’ regrésate, no eres bienvenido”, decía entonces un letrero en una cartulina que se vieron en la necesidad de colocar en el acceso al lugar.

Y no es que se tenga que limitar el acceso a personas que pretendan realizar actividades al aire libre en la Sierra de San Miguelito, sino que se tiene que trabajar mucho en hacer conciencia de los altos riesgos que puede provocar que dejen basura o fogatas que no se hayan sofocado debidamente.

Un ingrediente adicional que potencia los riesgos de nuevos incendios lo representa la sospecha de que hayan sido provocados porque de alguna manera se pudieran ver favorecidos grandes desarrolladores inmobiliarios, sobre todo por la zona en la que se dio el iniciado el pasado domingo.

Según explicó el activista Carlos Covarrubias en entrevista con Julio Hernández López en el programa Astillero Informa, la ubicación del incendio abre la presunción de que esta situación resulta conveniente para los grupos económicos aliados con gobiernos estatales y municipales por que se da en una línea de intersección que va hacia la Vía Alterna, en la que prevén vialidades.

Por mucho que la Sierra de San Miguelito ya forma parte de las áreas naturales protegidas, sus tierras no han dejado de ser codiciadas por grandes desarrolladores inmobiliarios, por lo que alterar sus condiciones por la vía de incendios no deja de ser sospechoso, si se toma en cuenta que mantienen 24 juicios de amparo que buscan anular el decreto de APFF.

El incendio se controló, pero la vigilancia debe ser constante para prevenir otros. La Sierra se declaró APFF, pero la efectividad de esa protección depende de mantenerse vigilantes para que se cumplan las medidas del decreto, que se resumen en aquella consigna de que “la Sierra de San Miguelito no se toca”.

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