Signos de un mal porvenir

Antonio González Vázquez

A finales del mes de septiembre, el Movimiento de Regeneración Nacional elegirá a su nueva dirigencia nacional. Ese relevo será clave respecto de su futuro en San Luis Potosí con vistas a las elecciones de 2027.

Las y los morenistas potosinos, hastiados de Mario Delgado Carrillo, esperan ansiosos la celebración del Congreso Nacional que marcará el fin del ciclo partidista del próximo secretario de Educación Pública, de quien el movimiento obradorista no tiene más que reclamos.

Con su salida, tienen la esperanza de poner punto final a la indeseada alianza con la Gallardía.

En octubre de 2020, Delgado Carrillo ganó la presidencia en un proceso mediante tres encuestas, cuyos resultados fueron validados por el Instituto Nacional Electoral y ratificados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

A la Secretaría General, la ganadora fue Minerva Citlalli Hernández Mora.

Delgado, identificado con el ala moderada y pragmática de Morena y, Hernández proveniente del núcleo duro de izquierda incrustado en el grupo denominado los “puros” que son los que iniciaron el movimiento junto a Andrés Manuel López Obrador.

El legado de ambos está fuera de toda duda en cuanto a triunfos electorales: el partido logró mantener la presidencia de la república, consolidó su mayoría en las Cámaras de Diputados y Senadores y gobierna 23 entidades de la república, así como San Luis Potosí con el Partido Verde como aliado.

Sin embargo, Mario Delgado ha sido objeto de críticas severas por su proclividad a un pragmatismo indecente, ajeno a los principios que dieron origen al movimiento, como son no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, de modo que logró imponer alianzas con toda suerte de personajes, organizaciones y partidos impresentables.

En ese sentido, el caso de San Luis Potosí es emblemático por los acuerdos que impulsó en perjuicio de Morena y en favor de la Gallardía durante los comicios de 2021 y 2024.

La proximidad del adiós de Morena a Delgado Carrillo, explica la reacción de la dirigente estatal, Rita Ozalia Rodríguez Velázquez, quien recientemente dio por concluida la alianza con la Gallardía para acto seguido, avizorar que su partido está listo para ir por la gubernatura sin necesidad de una alianza con el Verde o lo que es lo mismo, sin el gobernador.

No se trata de una simple declaración a la prensa, ni mucho menos una ocurrencia. Ha sido una expresión que concentra el ánimo del obradorismo potosino y que ha de contar con el aval de Claudia Sheinbaum Pardo.

La presidenta electa es parte del ala de los “puros” de la que también ha sido figura principal la actual secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, quien es la aspirante más firme para ocupar la presidencia del Comité Nacional.

En esa ala del morenismo están quienes no han sido militantes de otros partidos, sino que acompañan a Morena desde que fue erigido en movimiento en 2011 y mantienen una línea ideológica de izquierda.

La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Isela Rodríguez Velázquez también es parte de ese sector por lo que sus vínculos con López Obrador y con Claudia Sheinbaum son muy estrechos, incluso fraternos.

Con la joven Alcalde Luján de apenas 36 años de edad, Morena abandonaría el pragmatismo electorero observado durante la gestión de Mario Delgado lo que, de entrada, para San Luis Potosí representa desde ahora una oportunidad invaluable para deshacer en definitiva la alianza con la Gallardía.

Hasta ahora, es la única que se ha pronunciado sobre su deseo de dirigir al partido, aunque hay un par de tiradores que están a la espera: Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila. Con cualquiera de éstos, habría continuismo a lo hecho por Mario Delgado, por lo que Ricardo Gallardo estaría encantado.

Los dos fueron derrotados ampliamente en el proceso interno de la 4T por Claudia Sheinbaum. No representan gran cosa, pero les dieron como premio de consolación ser coordinadores de las fracciones parlamentarias en el Senado y Cámara de Diputados, respectivamente.

Con los “puros” en la dirigencia nacional, el gobernador enfrentará un escenario hasta ahora desconocido. La presidenta del partido no será una aliada incondicional, por el contrario, encontrará una férrea defensa de la valía y alcances del morenismo potosino.

No habrá modo de que vuelva el trueque de votos por cuentas de vidrio que es a lo que se refería Rita Ozalia cuando confesó que la coalición con el Verde había sido una farsa. En México, se dejaron manipular con el canto de las sirenas de la Gallardía, quien se llevó la mayor parte de la tajada electoral.

Repetir esa fórmula para las elecciones del 2027, en especial con la candidatura a la gubernatura, es algo que no volverá a ocurrir.

Pero eso obliga a Morena y a su dirigencia estatal a erigir una estructura capaz de superar en fuerza y organización a la del Verde; regresar a sus orígenes como movimiento para hacer política tocando a las puertas de cada casa en colonias y comunidades; comunicar con eficiencia lo que representa la transformación; informar de lo realizado durante el sexenio obradorista y no depender de la imagen presidencial.

Necesitan hacer valer que se trata de la fuerza política y electoral más importante del estado para no permitir que los vuelvan a avasallar.

Se percibe un ambiente festivo porque Mario Delgado ya se va de la dirigencia, pero eso no tendría que ser lo más relevante. Lo importante es ponerse a trabajar porque las derrotas en el estado no se le pueden achacar solo a los presuntos abusos de la Gallardía.

Y ponerse a trabajar no necesariamente implica destapar candidaturas a la gubernatura, como lo hizo el diputado local electo, José Roberto García Castillo, quien sin venir al caso ya se pronunció por Rosa Isela Rodríguez.

Ya hay en la burocracia guinda atisbos de ambición pues dan como un hecho que la presidenta Sheinbaum designará a Rita Ozalia como encargada de los programas del Bienestar en el estado y que, con ello, podrán empezar a perfilar a Rosa Isela como la candidata oficial dentro de tres años.

Eso es simple y vulgar ambición por el poder.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

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