Siria (12 de septiembre de 2016).- La Guerra Civil en Siria ha dejado más de 400 mil muertos, millones de migrantes y ciudades en donde los niños prefieren terminar con su vida
En Madaya, Siria, los niños prefieren suicidarse a seguir con su vida en medio de la guerra.
Así lo dan a conocer organizaciones defensoras de derechos humanos, principalmente de menores de edad, que trabajan en la región.
“Los niños de Madaya” ya habían sido noticia hace unos meses. En enero se denunció que ya no existía comida, debido al asedio del gobierno de Bashar al Assad.
“Psicológicamente están acabados. Cuando hacemos actividades como cantarles, no reaccionan para nada”, dijo una profesora de Madaya a Save the Children.
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— Save the Children US (@SavetheChildren) 1 de septiembre de 2016
Por ejemplo, en los últimos dos meses, al menos seis niños y adolescentes intentaron suicidarse.
También, hay reportes del intento de siete adultos; según datos de Save The Children. “La más joven tenía 12 años”, contaron.
El asedio de Madaya, Siria.
Madaya es una de ciudad opositora al régimen de Bashar Al Assad, grupo que intentó derrocarlo en 2011.
Desde entonces, las fuerzas del gobierno han bloqueado el acceso a Madaya, un pueblo de más de 40 mil habitantes. En esta labor cuentan con el apoyo de Hezbollah, un grupo militar originario de Líbano.
A diferencia de las zonas controladas por Al Assad, los caminos de Madaya están plagados de minas antipersonales.
Por lo tanto sus habitantes tienen dos opciones al querer salir: ser atacados o morir por la explosión de una mina.
Además, Madaya no es el único lugar en estas condiciones, más de 250 mil niños están viviendo en asedio, según Save the Children.
Por otro lado, después de que se conoció la historia de “Los niños de Madaya”, el gobierno de Siria permitió la entrada de ayuda humanitaria.
“Los equipos de la ONU han sido testigos de escenas que los dejarán marcados”, comentó en su momento Ban Ki-moon, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas.
“Los ancianos, los niños, las mujeres y los hombres están en los huesos: demacrados, muy desnutridos. Tan débiles que apenas pueden caminar y desesperados por el más mínimo bocado”.
Ya que desde abril no se permite el ingreso de ayuda humanitaria, defensores de derechos humanos hacen un llamado a la comunidad internacional.