Fernanda Durán
San Luis Potosí se encuentra entre los estados con “migración residual” que no va a ceder, de acuerdo con Paola Nadine Cortes Calzada, activista y abogada internacionalista especialista en materia migratoria.
La especialista explicó que este fenómeno ocurre cuando las personas quedan atrapadas entre las fronteras al norte y sur del país, ya que son detenidos en la estación migratoria tipo A de Ciudad Juárez, Chihuahua, después los trasladan a otras tipo B, ubicadas en Aguascalientes, Jalisco y San Luis Potosí, por lo que “solo dan vueltas” por el territorio.
“Nosotros creemos que son muchos y que siguen entrando, pero sólo están dando vueltas, son migraciones residuales”.
Cortes Calzada aseguró que los oficiales del Instituto Nacional de Migración (INM) no deportan a las personas a sus países de origen, sino que “las dejan en las calles, pero en el centro del país (…) y esos son los migrantes que ustedes se encuentran en las calles”.
De acuerdo con la activista, durante 2022 en San Luis Potosí detuvieron a 5 mil 812 migrantes en estado irregular, de las cuales se canalizaron mil 726, por lo que consideró necesaria la revisión de las rutas de flujos migratorios, así como blindar la política migratoria para que los “agentes del estado” protejan los derechos de las personas.
Destacó que los flujos migratorios en el estado son importantes para migrantes con escasos recursos, ya que existen tres; uno de ellos ubicado en una carretera y otra a través de la vía del tren, este conocido como La Bestia, el cual se divide en dos trayectos justo en el territorio potosino.
